29. Retomar el camino

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Hana observaba su cuarto con una sensación extraña en el pecho. Sus fotos desde que entró a Nekoma, y las fotos y reconocimientos que tuvo con su equipo no le ayudaban a procesar lo que estaba a punto de hacer. Con un suspiro, acomodó cuidadosamente su nuevo uniforme de Karasuno. Ahora comenzaría en una escuela diferente, y aunque estaba emocionada, también sentía la inevitable tristeza de dejar atrás muchas cosas.

Sentada en la cama, Natsumi miraba a su amiga empacar con una expresión melancólica, sosteniendo una de las sudaderas de Hana cuando pertenecía al equipo Nekoma. La tristeza nublaba sus ojos, sabiendo que su mejor amiga ya no estaría con ella en la misma escuela. Las dos habían sido inseparables desde que se conocieron en el equipo, y aunque no lo decía en voz alta, la idea de no poder compartir el día a día con Hana la destrozaba por dentro.

—¿De verdad tienes que irte? —preguntó Natsumi, rompiendo el silencio que las envolvía. Su voz era suave, casi como si no quisiera escuchar la respuesta.

Hana sonrió levemente mientras cerraba su mochila.

—Sí, Natsumi, un cambio de aires me hará bien. Además... —se detuvo un segundo, su expresión suavizándose—. Podré tener más oportunidades para hablar con Tsukishima.

Natsumi frunció el ceño, cruzando los brazos.

—¿Tsukishima? ¿En serio aún piensas en él? —preguntó con un toque de incredulidad. Sabía que Hana llevaba tiempo sin acercarse a él, ni siquiera había podido hablarle desde que aquel accidente.

—Por supuesto que pienso en él —respondió Hana, con un suspiro pesado—. Después de todo, llevo a su bebé en mi vientre. Es difícil no pensar en él.

Las palabras de Hana estaban cargadas de una verdad que Natsumi no podía negar. Habían pasado casi cinco meses desde que Hana descubrió su embarazo, y ahora era más que un miedo, una realidad que ambas fueron procesando.

Natsumi bajó la mirada, jugueteando con la manga de la sudadera que tenía en las manos.

—Lo sé... es solo que... las cosas se están moviendo tan rápido —suspiró—. Primero me deja Nishinoya, ahora te vas tú...

Hana dejó su mochila sobre la cama y se acercó a Natsumi, sentándose a su lado.

—Lo siento, Nat... ¿Quieres que hable con él? Ver cómo está y contarte.

Natsumi asintió lentamente, limpiándose las lágrimas con la manga.

—Sí... si puedes. Solo quisiera saber cómo está.

  
    

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El primer día de Hana en Karasuno fue más rápido de lo que esperaba. Mientras caminaba por los pasillos, con su uniforme recién planchado y la mochila colgando de un hombro, no pudo evitar sentirse algo nerviosa. A pesar de haber conocido a varios chicos del equipo de voleibol durante torneos y entrenamientos, estar en la misma escuela que ellos ahora le daba una extraña sensación.

Al entrar al salón, vio a los chicos en segundo año. Hinata estaba hablando animadamente con Kageyama, como siempre, mientras Yamaguchi y Tsukishima estaban sentados más atrás, charlando en voz baja.

—¡Hana! —exclamó Hinata al verla entrar. Sus ojos se iluminaron con una mezcla de sorpresa y entusiasmo—. ¡No sabía que tú serías la nueva estudiante de nuestro salón!

Kageyama levantó la mirada un segundo antes de volver a concentrarse en sus notas.

—Bienvenida —murmuró sin mucho entusiasmo, pero no era difícil notar que estaba un poco sorprendido.

Blessing || Kei Tsukishima x TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora