14. Tiempo De Calidad

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Natsumi no podía creer lo que estaba escuchando. La cafetería de la preparatoria Nekoma resonaba con el murmullo habitual de estudiantes, pero en la esquina donde ella y Hana estaban sentadas, la conversación había adquirido un tono de incredulidad.

—¿En serio? ¿Tsukishima accedió a enseñarte sus técnicas de voleibol? —preguntó Natsumi, casi ahogándose con su jugo.

Hana asintió, sus ojos brillaban con una mezcla de emoción y sorpresa.

—Sí, fue muy inesperado. Él propuso la idea sin dudarlo demasiado —dijo Hana sonriendo tímidamente.

Natsumi se inclinó hacia adelante, susurrando con entusiasmo.

—¡Esta es una gran oportunidad! Podrías acercarte a él y, ya sabes, contarle lo del bebé.

Hana se mordió el labio, sus dedos jugueteaban nerviosamente con el borde de su taza.

—No quiero ir tan rápido. Podría asustarlo. Aún no tengo la suficiente cercanía con Tsukishima como para contarle —respondió con una sombra de preocupación en su rostro.

Natsumi suspiró, pero asintió.

—Lo entiendo, pero también es una buena manera de ganarte su confianza. Si él empieza a verte como alguien cercana, será más fácil cuando llegue el momento de decirle.

Hana dudó por un momento, pero luego asintió lentamente.

—Supongo que tienes razón.

—Pero debes tener mucho cuidado de no hacer sobreesfuerzos —le advirtió Natsumi—. Podrías dañar al bebé o tener accidentes como los que solían pasar cuando jugabas en el equipo.

Natsumi le sonrió, reconfortándola con una mirada comprensiva.

—Seré cuidadosa. Confía en mí.

   

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Esa mañana, Hana y Tsukishima estaban reunidos en la cancha de Karasuno. La atmósfera estaba cargada de una mezcla de tensión y entusiasmo mientras Tsukishima explicaba algunos movimientos para mejorar el bloqueo.

—Siempre debes mantener las manos firmes y los brazos rectos. La clave es anticipar el movimiento del atacante —dijo Tsukishima, demostrando con precisión la técnica correcta.

Hana intentaba imitar sus movimientos, pero a pesar de sus esfuerzos, no lograba perfeccionar la técnica. Una y otra vez, sus intentos resultaban fallidos.

—Así no, Hana. Necesitas más firmeza —corrigió Tsukishima, frunciendo el ceño.

Frustrado por la falta de avance, Tsukishima se colocó detrás de Hana, tomando sus manos con las suyas para guiar sus movimientos. Hana sintió cómo el calor subía a su rostro, pero se dejó guiar por él.

—Así, mira. Mantén la postura y sigue mi ritmo —dijo Tsukishima con voz baja pero firme.

Con su ayuda, Hana finalmente logró el movimiento a la perfección, a pesar del sobreesfuerzo que sentía. Una amplia sonrisa se dibujó en su rostro, y Tsukishima, aunque intentó mantener su compostura fría, también parecía satisfecho.

—¡Por fin me salió! —exclamó Hana, dando un pequeño salto de alegría.

Tsukishima sonrió levemente, pero pronto ambos se dieron cuenta de lo cerca que estaban. Con el rostro sonrojado, se separaron rápidamente.

—Estás mejorando —dijo Tsukishima, cruzando los brazos para ocultar su nerviosismo.

—Gracias, Tsukishima. Realmente aprecio todo lo que me estás enseñando —respondió Hana con gratitud.

Blessing || Kei Tsukishima x TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora