11. Tsukki tiene que ver

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Hana yacía en una de las camillas, mirando al techo mientras Yamaguchi estaba a su lado con una expresión de preocupación.

—Hana, tienes que decírselo —comenzó Yams, con suavidad pero con firmeza en su voz—. No puedes seguir ocultándolo.

Hana suspiró profundamente, llevando una mano a su vientre de manera inconsciente.

—Lo sé, Yamaguchi. Pero... ¿cómo le digo a Tsukishima que estoy embarazada? Tengo miedo de cómo va a reaccionar —admitió, con la voz quebrada—. Yo misma encontraré una solución por mi cuenta.

Yamaguchi frunció el ceño, pensativo.

—Entiendo que tengas miedo, Hana. Pero esto es algo que no puedes manejar sola. Si tu solución no es abortar, entonces tienes que contarle la verdad a Tsukishima. No hay otra opción.

Hana bajó la mirada, las lágrimas comenzando a acumularse en sus ojos. Sabía que Yamaguchi tenía razón, pero el miedo a empeorar las cosas la paralizaba.

—No sé si puedo hacerlo —murmuró—. ¿Y si me rechaza? ¿Y si se va y me deja sola?

Yamaguchi le dio un apretón en el hombro, intentando infundirle ánimos.

—Tsukishima no es así, Hana. Es frío y sarcástico, sí, pero también tiene un corazón. No te dejará sola. Necesitas confiar en él.

Hana asintió lentamente, aunque aún con dudas en su mente. Sabía que debía encontrar el momento y la forma adecuada para contarle la verdad a Tsukishima, pero no estaba segura de cuándo sería ese momento.

El campamento terminó, y con él, la rutina diaria de entrenamientos. Hana se enfrentó a la realidad cuando Akane la apartó del equipo debido a su estado. Aquello la dejó destruida.

—Lo siento, Hana —dijo Akane, con una mezcla de tristeza y determinación—. Sabes que te considero una jugadora increíble, pero tu salud es más importante. No puedo permitir que sigas en el equipo en tu estado.

Hana intentó mantener la compostura, pero las lágrimas rodaron por sus mejillas. Akane le dio una palmada en el hombro, intentando consolarla, pero la tristeza era demasiado abrumadora.

Las cosas tampoco iban bien con Natsumi. Desde el campamento, la relación entre ambas se había tensado, y Natsumi se limitó a decirle que "se lo dijo" cuando se enteró de su salida del equipo. Hana solo iba a clases, pero evitaba los entrenamientos, sintiéndose fuera de lugar y sola.

Un día, un mensaje de Yamaguchi apareció en su teléfono.

💬 “Hana, ven a vernos entrenar hoy. Ya empiezan los torneos y sería genial tenerte allí, aunque sea como espectadora.”

Hana dudó por un momento, pero finalmente accedió. Necesitaba un poco de distracción y, quizás, un poco de apoyo moral.

Aquel día el gimnasio estaba lleno de energía y emoción. Los chicos de Karasuno entrenaban con intensidad, preparándose para los próximos torneos. Justo el mismo día el equipo femenino de Nekoma también jugaba un partido amistoso contra el equipo femenino de Karasuno. Hana se sentó en las gradas, observando cada movimiento, cada jugada. Sin embargo, no pudo evitar sentir una punzada de tristeza al recordar que ella ya no formaba parte de su equipo.

Cuando el entrenamiento terminó, Yamaguchi se acercó a ella, con una sonrisa amable en su rostro.

—Hana, ¿por qué no estás con Natsumi? —preguntó, con preocupación.

Hana suspiró, sabiendo que no podía seguir evitando la verdad.

—Nos peleamos desde que fui al campamento. Luego, Shinowara se enteró de mi embarazo y me sacó del equipo.

Blessing || Kei Tsukishima x TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora