36. Momento familiar

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Hana estaba frente al espejo, acomodándose el cabello con las manos temblorosas. Sentía mariposas en el estómago por nervios de la cita a la que se dirigía. Había sido invitada por Tsukishima a un almuerzo en su casa con sus padres y  Akiteru. Algo bastante cotidiano, pero a sus siete meses de embarazo, cualquier situación la hacía sentir vulnerable.

Natsumi estaba tumbada en la cama. Hana volteó a mirarla con preocupación al notar lo pálida que estaba. Natsumi casi no se había levantado en toda la mañana y se quejaba de un malestar persistente.

—¿Segura que estarás bien, Natsu? —preguntó Hana, preocupada, mientras se acercaba y le ponía la mano en la frente. No estaba ardiendo en fiebre, pero no se veía bien.

Natsumi resopló con una sonrisa débil.

—Estoy bien, Hanita. Solo un poco de malestar —su voz sonaba más apagada de lo normal, pero Natsumi trataba de aparentar normalidad.

Hana, sin embargo, no se dejaba engañar. Algo en su instinto de futura madre le decía que esto no era solo un malestar común.

—¿Un poco? —Hana la miró de arriba abajo, viendo el modo en que Natsumi se agarraba el abdomen—. ¿Te duele algo en específico? ¿La cabeza, el estómago?

—Nah, solo mi estómago está algo revuelto. Nada grave. —Natsumi intentaba quitarle importancia, pero el malestar era evidente. Apenas podía moverse sin hacer una mueca de incomodidad.

Hana se cruzó de brazos, mordiendo ligeramente su labio inferior. Una idea le cruzó por la mente, una idea que no pudo ignorar.

—Natsu... no quiero ser alarmista, pero... ¿cuándo fue la última vez que te vino tu periodo?

Natsumi se quedó en silencio unos segundos, como si el comentario la hubiera golpeado con fuerza. Luego levantó la mirada hacia Hana, parpadeando rápidamente como si estuviera haciendo cuentas mentales.

—Eh... bueno, creo que hace... —Se quedó pensativa por un momento más—. Hace un par de meses, pero no le di mucha importancia. He estado estresada, y eso siempre me retrasa. Además soy bastante irregular así que no estoy muy al pendiente de mis fechas.

—¿Estás segura? —Hana ladeó la cabeza, notando la ligera vacilación en su respuesta—. Porque, sinceramente, tienes algunos síntomas que me recuerdan mucho a... bueno, a mi situación actual —señaló su vientre redondeado, acariciándolo suavemente.

Natsumi se encogió en la cama, su expresión cambió a una mezcla de sorpresa y preocupación.

—No... No creo que sea eso, Hana.

—Lo mismo pensé yo al principio —respondió Hana, inclinándose hacia ella con una sonrisa comprensiva—. No pierdes nada con hacerte una prueba, ¿no crees?

La sugerencia quedó suspendida en el aire. Natsumi la miró con ojos entrecerrados, claramente inquieta, pero algo en sus gestos indicaba que la idea ya había empezado a crecer en su mente. Finalmente, dejó escapar un suspiro resignado.

—Está bien. Haré una prueba, solo para salir de dudas.

Hana asintió, satisfecha de que Natsumi al menos tomara la precaución. Pero aun así, no podía evitar preocuparse por dejarla sola.

—No tengo que ir a la casa de Tsukki si no te sientes bien —dijo Hana, notando la preocupación en el rostro de Natsumi—. No pasa nada si cancelo.

—No puedes hacer eso —contestó Natsumi—. Ya quedaste con ellos, y es tu oportunidad para pasar tiempo con ellos, después de todo serán familia de la gomita.

—Pero no quiero dejarte sola, y menos en ese estado —Hana miró a su amiga con tristeza.

—Tranquila, voy a estar bien —Natsumi intentó sonreír, aunque el malestar seguía reflejado en su cara—. Anda ve y disfruta el almuerzo. No te preocupes por mí. Si algo pasa, te llamaré.

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Blessing || Kei Tsukishima x TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora