25. Necesito tu apoyo

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Hana estaba nerviosa, observando la casa de Tsukishima desde la acera. Había recibido un mensaje de él, pidiéndole que hablaran. No era algo que ella esperaba, especialmente después de todo lo que había sucedido recientemente. Con un suspiro profundo y una mano sobre su vientre, se decidió a caminar hasta la puerta y tocar el timbre.

La puerta se abrió con un sonido leve, revelando al hermano mayor de Tsukishima, Akiteru, quien la saludó con una sonrisa cálida.

—¡Hana! Qué sorpresa verte por aquí —dijo Akiteru con entusiasmo—. ¿Cómo te han ido las cosas?

Hana trató de sonreír, pero su expresión se veía apagada. Últimamente, su piel había perdido el brillo habitual, y las ojeras se marcaban más en su rostro. Akiteru lo notó de inmediato.

—Parece que no te encuentras muy bien, ¿tu embarazo te da problemas? —preguntó con un tono de preocupación.

Hana negó con la cabeza y se apresuró a aclarar:

—No es eso. Es solo que... bueno, ya le dije a Kei sobre mi embarazo.

Akiteru se quedó en silencio por un momento, luego una sonrisa emocionada se dibujó en su rostro.

—¡¿En serio?! ¿Y qué te dijo? ¿Cómo reaccionó?

Hana se encogió de hombros, incómoda.

—Vine aquí para hablar con él de eso... o al menos eso creo yo.

Akiteru frunció el ceño, claramente confundido.

—¿Quieres decir que ese tonto no te dijo nada cuando le contaste?

Hana suspiró, tratando de explicar.

—Es complicado... —comenzó—. Ese día estaba lloviendo, y Kei... él me vio con otra persona y fue todo un lío.

Akiteru levantó las cejas, sorprendido por la información.

—¿Otra persona? ¿Estás saliendo con alguien más?

Hana agitó las manos rápidamente, sintiendo cómo sus mejillas se encendían.

—¡No, no! No estoy saliendo con nadie más, solo tengo ojos para tu hermano —dijo mientras su rostro se ruborizaba.

Akiteru, comprendiendo, le dio una palmadita en el hombro con una sonrisa.

—Entiendo, no te preocupes. Bueno, ¿por qué no subes a su habitación? Ya conoces el camino.

Hana asintió, agradecida.

—Gracias, Akiteru —dijo mientras se dirigía hacia las escaleras.

El corazón de Hana latía con fuerza mientras subía los escalones, cada uno resonando como un tambor en sus oídos. Al llegar frente a la puerta de la habitación de Tsukishima, respiró hondo antes de levantar la mano para tocar.

—Pasa —se oyó la voz de Tsukishima desde adentro.

Hana empujó suavemente la puerta y entró. Tsukishima estaba sentado en su escritorio, mirando por la ventana, pero giró la cabeza para mirarla cuando ella entró.

—Tsukishima... —lo saludó con voz temblorosa—. ¿Cómo estás?

Tsukishima se levantó lentamente y la miró fijamente.

—Viniste...

Hana se armó de valor, sabiendo que la conversación que estaba por tener no sería fácil.

—Sí... Estoy aquí, lista para escuchar lo que tienes que decirme.

Tsukishima tomó un momento para responder, su expresión era indescifrable.

Blessing || Kei Tsukishima x TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora