8. Cuando Hana lo sabe

1.4K 120 26
                                    

 

Natsumi lanzó el sobre en la mesa con un gesto rápido y determinado. El sobre blanco, inofensivo a primera vista, parecía irradiar una energía que llenaba la habitación de tensión. Hana, sentada en la mesa del comedor, alzó una ceja mientras mordía un pan con atún, su expresión mostrando una mezcla de ironía y curiosidad.

—¿Qué es eso? —preguntó Hana, masticando lentamente.

Natsumi cruzó los brazos, su mirada fija en Hana.

—Hana, ¿desde cuándo tú comes atún? Ni siquiera te gusta.

Hana frunció el ceño, molesta por el comentario.

—Tenía hambre y se me antojó —replicó con tono defensivo.

Natsumi suspiró profundamente, tratando de mantener la calma.

—¿No te das cuenta?

Hana se detuvo un momento y la miró con ojos entrecerrados.

—¿Cuenta de qué?

Natsumi tomó aire y lo soltó despacio, como preparándose para una conversación difícil.

—De lo que te está sucediendo. Te cansas mucho más en los entrenamientos, te sientes mal muy seguido, te da vueltas y te duele la cabeza. Hoy te desmayaste, y ahora comes cosas que odiabas y jamás en la vida comerías.

Hana rodó los ojos y dio un mordisco más al pan.

—Estás exagerando. Solo he estado cansada por los entrenamientos de más que he estado haciendo para mejorar mi juego.

Natsumi iba a responder, pero Hana se tapó la boca de repente, se levantó y corrió al baño. Natsumi la siguió apresuradamente y la encontró vomitando en el inodoro. Sin pensarlo dos veces, Natsumi se apuró a sostenerle el pelo hasta que Hana terminó. Hana se levantó con la cara pálida y se enjuagó la boca con agua.

—Por eso no comía atún —dijo Hana, tratando de sonreír pero sin éxito.

Natsumi la miró con preocupación y un poco de enojo.

—¿Y ahora estás vomitando? —le reclamó—. Hana, ¿no entiendes lo que te estoy diciendo?

Hana negó con la cabeza, exasperada.

—No, Natsumi, no entiendo. Sé más directa de una buena vez.

Ambas regresaron a la sala y Natsumi señaló el sobre con un gesto serio.

—Ábrelo —dijo.

Hana suspiró, rodó los ojos y abrió el sobre. Lo leyó cuidadosamente, sus cejas frunciéndose a medida que trataba de entender. Natsumi la observaba en silencio. Cuando Hana terminó de leer, sus ojos se abrieron como platos.

—¿Qué clase de broma es esta? —preguntó irónicamente.

Natsumi negó con la cabeza.

—No es ninguna broma.

Hana dejó caer el papel sobre la mesa y se cruzó de brazos.

—No te creo. ¿Cómo se te ocurrió bromear con algo tan serio?

—No es ninguna mentira —respondió Natsumi con firmeza—. Eso te dieron cuando estabas en la enfermería.

Hana se dejó caer en una silla, preocupada.

—No puede ser verdad...

Natsumi se inclinó hacia adelante, tratando de hacer que Hana la mirara a los ojos.

—Piénsalo mejor. Todo tiene sentido, desde cómo te has estado sintiendo hasta cómo has estado actuando.

Hana negó con la cabeza, como si quisiera deshacerse de la idea.

Blessing || Kei Tsukishima x TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora