Me pasé todo el día en mi cuarto, estudiando los documentos que Lady Evelyn me dejó, pero no podía dejar de pensar en el estúpido rey y en la manera en que me trató hoy y la última vez. Este hombre tiene serios problemas de personalidad.
La tarde había caído, y la luz del sol que se filtraba por las cortinas dibujaba patrones en el suelo. Los libros y documentos estaban esparcidos por toda la mesa, pero mis pensamientos seguían girando en torno a Aric y su actitud. ¿Cómo podía ser tan encantador y luego tan irritante?
—Señorita Emily —escuché mientras se abría la puerta, lo que me hizo dar un pequeño salto en mi lugar por el susto.
—¿Sí? —respondí.
—Llegó esta carta para usted —dijo la sirvienta, entregándome un sobre negro con un sello dorado.
Estaba a punto de abrirlo cuando ella volvió a hablar—. El señor Elio ha regresado.
Dijo esto último y se retiró con una reverencia. Me emocioné bastante, me había sentido sola sin su compañía. Pero la intriga del sobre me ganó, así que lo abrí despacio y comencé a leer.
Era una invitación a la fiesta de compromiso organizada por la Reina Amelia. En ella se mencionaba que se celebraría mi compromiso y que allí conocería a mi prometido. La emoción y la incertidumbre me invadieron. Con la carta en mano salí en busca de Elio.
Me crucé con un guardia y le pregunté dónde se encontraba Elio. Me dijo que estaba hablando en el despacho del rey. Inmediatamente me dirigí hacia allí. Durante los días que Aric estuvo ausente, no solo fui hasta donde se encontraba aislado, sino que también aproveché para dar un recorrido por el castillo.
Al entrar al despacho, vi a Aric y a Elio, pero solo me enfoqué en Elio.
—¡Mira! Es una invitación a la fiesta de la Reina Amelia y es para mi compromiso —dije emocionada, ignorando la presencia de Aric. Sin pensarlo, me lancé a abrazar a Elio.
Aric carraspeó para llamar la atención, me sentí realmente pequeña.
—Emily, me alegra verte tan emocionada —dijo Aric, con su tono frío.
Me giré rápidamente, soltando a Elio—. ¡Aric! No te vi ahí. Estaba... um... ¿qué querías decirme? —pregunté, nerviosa.
—Nada importante —respondió—. Solo hablábamos de tu prometido. Parece que todos están muy emocionados por este compromiso.
Fruncí el ceño—. ¿Mi prometido? ¿Y tú qué sabes de él? —pregunté, cruzando los brazos.
—Bueno, sé que debe ser un tipo con mucha paciencia para aguantarte —bromeó Aric, tratando de suavizar el ambiente.
Me ofendí—. ¿Qué significa eso? —espeté—. No tienes derecho a hablar así de alguien que ni conoces.
Elio intentó intervenir, pero Aric lo detuvo con una mano.
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Lazos de Luna
WerewolfLazos de Luna Un mundo dividido por antiguas rivalidades y secretos ancestrales. En este épico relato, seguimos los pasos de Emily, una joven cuya vida cambia drásticamente cuando se convierte en un peón en el juego de poder entre los reinos de Dawn...