XVI

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El recorrido restante hasta el palacio se realizó en silencio absoluto

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El recorrido restante hasta el palacio se realizó en silencio absoluto. El carruaje avanzaba con el suave crujido de las ruedas sobre el pavimento, y el paisaje que pasaba fugazmente por la ventana no hacía más que amplificar el vacío que sentía en el pecho. Aric estaba inmerso en sus pensamientos, y yo me encontraba perdida en mis propios. No hubo palabras entre nosotros, solo el murmullo distante del carruaje en movimiento.

Al llegar al palacio, Aric me ayudó a bajar con una cortés inclinación de cabeza, pero su actitud era distante y formal. Parecía ansioso por regresar a sus obligaciones.

-Emily -dijo antes de que pudiera seguir-. Necesito informarte de algunas cosas antes de irme. Habrá una dama de compañía aparte de Lady Evelyn. Llegará en unos días y empezaremos con los preparativos para la boda.

Me quedé en blanco, sin poder procesar toda la información que Aric acababa de soltar. Mi mente estaba embotada, y antes de que pudiera formular una respuesta, él ya se había dado la vuelta y se dirigía hacia su despacho. Las palabras se quedaron atascadas en mi garganta mientras lo observaba alejarse, dejándome con una sensación de abandono y confusión.

Sentí una mezcla de frustración y enojo mientras Aric se perdía en la distancia. Su actitud me recordó al Aric distante y reservado que había conocido antes, y una oleada de decepción me invadió. Me preguntaba si todo había sido un simple juego para él, una forma de manipulación que no lograba comprender completamente.

El día paso lentamente . El palacio parecía más silencioso de lo habitual, y me encontré deambulando por los pasillos sin un propósito claro, me sentía adolorida de manera física y de repente siento un fuerte calor an mí amdomen. En seguida salí corriendo al baño, ya que sabía con lo que me encontraría.

En el baño, llamé a una de las sirvienta y está me trajo un vestido y lo necesario, para cuando termine de acomodarme y arreglarme llego la hora de la cena.
Durante la cena, me acerqué a un guardia y le pregunté si había visto a Aric. El guardia, con una expresión neutra, me respondió que había estado todo el día en su despacho. Esa noticia no hizo más que aumentar mi malestar.

De regreso a mis aposentos, una sirvienta me ayudó a cambiarme para la noche. Mientras ajustaba mi camisón de dormir, la sirvienta notó mi inquietud.

-¿Está todo bien, milady? -preguntó con amabilidad.

-No estoy segura -admití, mi voz temblando un poco-. Me gustaría hablar con Aric, pero no estoy segura de si es el momento adecuado.

La sirvienta me ofreció una sonrisa reconfortante.

-Si siente que necesita hablar con él, hágalo mañana.

Agradecí su consejo, pero el desasosiego en mi interior no me permitió esperar. Apenas la sirvienta se fue, me sentí impulsada a actuar. Decidí que necesitaba confrontar a Aric esa misma noche, sin más dilaciones.

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