Ya habíamos llegado a la finca, los escoltas nos recibieron y nos ayudaron a desempacar. Yo por alguna razón no me sentía comoda... Sentía que algo iba a pasar, pero me trate de paranoica.
-El Mariachi vendrá junto a Julieta, tengo que hablar unos temas con el... Tu podrías hacerte amiga de Julieta... •Comenta Armando mientras desempacaba.
-Si... Obvio... Armando, ten cuidado con quién traigas a la finca... No podemos confiar en nadie... •Dije seriamente.
-Tranquila... Mariachi es de confiar... ¿Vamos a comer?
-Esta bien... Ve tu por mientras, yo iré al baño •Digo un poco insegura.
Cuando entré al baño me pude mirar al espejo... Estaba realmente cambiada comparada a como empecé a conocer a Armando. ¿En que me había convertido? Comence a mirar cada detalle de mi cuerpo, y cada detalle lo podía ver diferente a como los recordaba.
Cuando mire mi vientre, no pude evitar tocarlo... Aún estaba un poco inflamado por el embarazo... No podía dejar de pensar en Isabel, pero por alguna razón, no podía sacarme de mi cabeza a Nataniel...
Salí del baño y me dirigí a la cocina, donde debería estar Armando...
-Hice quesadillas... Es lo único que hay en este refrigerador abandonado... •Dice Armando con una leve risa.
-Tranquilo... Podrías mandar a los escoltas al supermercado, ¿No? •Digo mientras como una quesadilla.
-Tienes razón... ¡Gatillo!, necesito que compres mercadería... Aquí tienes dinero suficiente... •Ordenó Armando mientras le pasaba 500 dólares en efectivo.
-Yo me iré a cambiar... Me avisas cuando Mariachi llegue... •Dije acercándome a el, por alguna razón su cuerpo me llamaba, solo nos mirábamos fijamente, hasta que Armando tomo mi rostro con su mano para acercarme a el, solo sentí nuestros labios entrelazarse... Realmente extrañaba eso...
-Te amo... •Susurro Armando sonriéndome.
-Yo más... •Dije para irme a cambiarme de ropa.
Busqué en toda mi ropa y encontré un conjunto blanco, me lo puse con unos tacones plateados, joyas de diamantes que Armando me regaló, y me hice ondas en el cabello.
Escuché una avioneta afuera de la finca, me asomé por la ventana de la habitación y ví a Mariachi y a Julieta bajarse de esa avioneta, con solo verle la cara a Julieta ya se me hizo mierda el día.
Fuí hacia ellos y ví a Armando esperándolos.
-Tanto tiempo! •Grita Mariachi al vernos.
-En especial contigo, Selena, ¿Por que tan desaparecida?... •Pregunta Mariachi.
-E tenido mucho trabajo... Ahora ya estaré más tiempo aquí... •Digo mirándolo.
-Traje a Julietita, si no es alguna molestia... •Dice tomando a Julieta de la cintura.
-No hay ningún problema... Adelante... •Digo con un poco de sarcasmo mirando mal a Julieta, aunque ella traía la mirada débil.
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-¿Es verdad los rumores que andan? •Pregunta Mariachi interesado.
-De que rumores hablas, Mariachi... •Dice Armando confundido.
-Que tienen una hija o hijo... ¿Es verdad? •Pregunta Mariachi.
-Jaja... No... ¿De donde sacan esos rumores? •Miento, a lo que Armando me queda mirando extrañado, por alguna razón ese señor no me daba buena espina.
-Oh... De verdad quería conocer a una mini versión de Aretas o de Selena... •Dice Mariachi un poco apenado.
-Aún no... Mariachi... •Respondo con una leve risa.
-¿No quieren ir a beber algo? •Pregunta Armando para cambiar el tema de nuestra hija.
-Nos encantaría!... •Dice Mariachi con una sonrisa.
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-Pero bueno... La policía marítima no los pudo atrapar, eso es lo bueno... •Contaba Mariachi.
-Permiso, iré al baño... •Digo para levantarme, realmente no me sentía bien... Tenía náuseas y ganas de vomitar, pero no sabía por qué...
Vomité un largo rato en el baño, me senté cerca del inodoro a tomar aire, hice mi cabeza hacía tras para relajarme un poco, cerré los ojos y lo único que podía ver era a Isabel. Apenas llevaba unas horas lejos de ella, y ya la extrañaba con todo mi ser...
Me levanté para lavarme los dientes, me los lave, y me retoque el labial... Me arreglé para salir, me acomodé mi cabello que se me había desordenado, acomodé mis joyas y salí hacia donde todos estaban.
-¿Todo bien? Tardaste mucho... •Pude ver a Armando preocupado.
-Todo bien... •Respondí con una sonrisa para no preocuparlo.
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Nuevamente Armando invitó a Mariachi y a Julieta a dormir... Nisiquiera me queje, deje que hiciera lo que quisiera... Por alguna razón ya no tenía ganas de discutir.
-Te e visto un poco rara... ¿Todo ha estado bien?... •Preguntó Armando acercándose a mí.
-Todo está bien... Solamente me siento rara sin Isabel a mi lado...
-Tranquila... Pronto volveremos a ver a nuestra hermosa hija... •Pude escuchar a Armando con sus ojos brillando mientras imaginaba a Isabel.
-Lo sé... Solo espero que ella esté bien... •Digo para luego abrazar a Armando, fué un abrazo largo, los dos nos concentramos en conectarnos...
-Vamos a dormir... •Dice Armando suavemente.
Yo solamente lo seguí hacia la cama, nos acostamos y nos acurrucamos, el me abrazó y me hizo mimos hasta conseguir el sueño.
Yo sabía que estaba soñando... Estaba soñando que estaba con Armando y Isabel en un bello jardín, con el pasto verde, el cielo azul como los ojos de Isabel, y flores hermosas. Caminabamos por el sendero con son de paz, hasta que Armando y Isabel se quedan atrás, pero por alguna razón yo seguía caminando... Mientras los miraba confundida, mire hacia adelante y había un oscuro y profundo precipicio, yo no podía dejar caminar... Mientras les gritaba desesperadamente a Armando y a Isabel sentí como la tierra dejo de tocar de mis pies...
Me desperté al escuchar disparos, ví como Armando también se despertó, los dos tomamos nuestras armas y no salimos de la habitación, Armando me abrazó mientras apuntaba a la puerta.
Hasta que ví como Julieta entró a la habitación apuntandome sólamente a mí, decidida de sus acciones....
-Moriras, cabrona... ¿No te gustó humillarme?...
Yo intenté disparar, jalé el gatillo pero mi arma por alguna razón no tenía balas... Ví como Armando también lo intentó hacer, pero en vano.
Miré los ojos de Julieta, ya no eran débiles... Estaban llenos de odio y rencor...
-Julieta...
Fué lo último que pude decir, ya qué la bala ya había atravesado mi pecho, también sentí otras balas en otras partes de mi cuerpo... Estaba perdiendo la conciencia, mis últimas imágenes fueron a Armando tirándose encima de Julieta para matarla, para luego dirigirse a mí y abrazar mi cuerpo... Yo intenté resistir, pero mi cuerpo estaba cansado... Fuí cerrando lentamente los ojos, sin saber que iba a ser la última vez que iba a poder hacerlo...
Con muchísimo amor... Para mi querido Armando Aretas. Y para mi querida hija, Isabel Aretas Santos, ahora descanso con mi amado hijo, Nataniel.
Que Dios ampare a mi familia.
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AMOR EN GUERRA || Armando Aretas
RomanceEn un mundo de peligros y amores prohibidos, Selena Santos, valiente jefa de la D.E.A., se enamora perdidamente de Armando, el narcotraficante más buscado de América del Norte e hijo del amigo cercano de Selena, Mike Lowrey. A medida que su amor cre...