nota 3

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Nota 3, Ángel Martínez Zapata.


Entonces Ana María no era más que una mujer esquizofrénica que se imaginó todo eso para justificar su infertilidad.

Parpadeé un par de veces frente a la pantalla tratando de asimilar el desastre que había leído. Como historia ficticia lo encontraba maravilloso, un gran giro en la trama, pero el punto era que había pagado un montón de dinero para hallar pistas de una historia real, ¿y me salían con esto? No podía sentirme más decepcionado.

Luego de escribir esa frase cerré la laptop y les juro que casi la lancé por la ventana, sino que no pude hacerlo debido a que ahí tenía mi investigación. Tiré varias cosas frustrado y comencé a calcular cada centavo que había gastado, en tiquetes, vuelos, entradas de museos, hospedajes en hoteles y cualquier cosa más que se relacionara con el Jordán porque todo se había ido al mismísimo carajo. No era más que una historia romántica de ficción histórica, no iba a encontrar nada.

Pateé todo lo que encontré a mi paso y dormí en medio del chiquero de apartamento que tenía, jamás me había sentido tan estancado como en esa ocasión. Ahora sí era verdad que iba a desquitármelas con esa gente que se aprovechó de mi curiosidad para sacarme dinero y no iba a decir que no lo merecía porque sí lo merecía. Me habían advertido no directamente, pero lo habían hecho y era toda mi culpa. Sin embargo, no lo quería y me negaba a aceptarlo. Necesitaba culpar a alguien de mi desgracia.

Estaba seguro de que el libro capaz lo podía encontrar en algún sitio de internet, pero claro, conmigo se llenaron los bolsillos en compensación de lo estancados que debían estar porque ni siquiera estaba bien escrita. Parecía más un borrador de ideas. Más allá de lo certera que podía ser la información sobre los guanes, el contexto histórico y las cosas que encajaban en sí no aportaba nada, es que no lo hacía. ¿La verdadera historia del Jordán en dónde estaba? ¿Por qué no podía contarle a nadie sobre eso siendo que era ficción? ¡Semejante barbaridad!

Envié un mensaje descargando toda mi furia contenida y deseándoles la muerte, me importaba ya si moría o no. En ese momento no pude controlar nada, sólo me di rienda suelta porque era lo que deseaba hacer y punto. ¡Adiós profesionalismo, también soy humano! Necesitaba un momento redención a la inmadurez saciando mis sentimientos de furia y venganza. Tardó varios días en ser contestado, exactamente 16 días.

"No es mi problema si le ha gustado o no la información que le proporcioné. Al menos le queda de lección para que la próxima no meta las narices donde no le llamaron".

La sangre me hirvió, ¡maldita sea! Y al final había sido mi culpa, tenían razón. Aparte no sabía con quién me estaba metiendo y si podían llegar a dañar mi nombre así que decidí no responderles más nada y continuar mi búsqueda por otro lado. Decidí regresar a los antiguos museos donde había buceado los primeros trozos de historia.

Una mujer me explicó algo interesante sobre los guanes. Eran indígenas "blancos", por su tono de piel más no porque realmente procedieran de las personas caucásicas, ya que tenían ascendencia mongola y su sociedad en algunos aspectos era bastante actualizada como eso de que no usaban taparrabos, sino que vestían completamente su cuerpo y no tenían cultura de la guerra a diferencia de otros. Siempre siguieron el camino de la paz y por eso se les hizo fácil a los españoles conquistarlos y domarlos. Ellos no sabían pelear, por eso prefirieron dejar sus hogares y ceder territorio a arriesgar sus vidas. Ahora sí entraba en contexto.

Más tarde, buscando información sobre los secretos que se guardaba aquella forzosa desaparición, me acerqué a uno de los que atendía para hablar más sobre el idioma guane puesto que había sido eclipsado y olvidado demasiado rápido a mi parecer. El chico me explicó que se debía a que su idioma era muy metafórico y no tenía una estructura establecida como el español, esto permitió a los guanes aprender español con más rapidez y acostumbrarse a este contando encima que se les impuso la cultura española. Fue un dato atrayente, me dejó pensando y recordé el relato que tanto despreciaba, pero que cobraba sentido al investigar ese tipo de detalles. Comenzó a mostrarme ejemplos de palabras que han sobrevivido a la actualidad que pertenecieron a su dialecto hasta que algo me sacó de mi burbuja.

La verdad del Jordán, el informeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora