Prólogo

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En los oscuros confines del reino de Hallownest, donde las sombras acechan y los secretos se ocultan tras cada rincón, dos figuras se encontraban en una confrontación inevitable. El Rey Pálido, monarca del reino y protector de su frágil equilibrio, se hallaba frente a frente con Grimm, el misterioso y poderoso maestro de la Tropa Grimm.

La sala del trono estaba envuelta en penumbra, solo iluminada por las tenues luces que parpadeaban desde las antorchas. El Rey Pálido, con su figura baja y esbelta, irradiaba una presencia majestuosa, aunque melancólica. Sus ojos brillaban con una luz fría, reflejo de las pesadas responsabilidades que cargaba. Frente a él, Grimm sonreía con una expresión enigmática, sus ojos rojos brillando intensamente.

"Rey Pálido," comenzó Grimm, su voz suave pero llena de poder, "no esperaba encontrarme contigo en estas circunstancias.

El Rey Pálido observó a Grimm con una mezcla de desconfianza y cautela. "Grimm, tus movimientos siempre han sido impredecibles. ¿Qué te trae a Hallownest en este momento?"

Grimm inclinó ligeramente la cabeza, manteniendo su sonrisa. "He venido a ofrecerte una alianza. Mi hija, mi Grimmchild, necesita crecer y consumir las llamas del reino para alcanzar su máximo potencial. Pero para lograrlo, necesita un protector, alguien de tu linaje que la guíe y apoye.

El Rey Pálido frunció el ceño, su desconfianza evidente. "¿Por qué no puedes proteger a tu propia hija, Grimm? ¿Qué te impide hacerlo tú mismo?"

Grimm suspiró ligeramente, su expresión tornándose seria. "Mi deber es mantener el equilibrio y guiar a la Tropa Grimm en su misión. Estoy constantemente en movimiento, realizando rituales y asegurando que todo esté en orden. No puedo estar en un solo lugar el tiempo suficiente para proporcionar la protección que mi hija necesita."

El Rey Pálido lo miró con escepticismo. "¿Estás sugiriendo que una de mis creaciones se una a tu Grimmchild? ¿Qué obtendría yo a cambio de tal alianza? ¿Cómo beneficiaría tener a tu compañía de mi lado? Hasta donde sé, el único poderoso en la Tropa Grimm eres tú."

Grimm levantó una mano, señalando una pequeña llama que flotaba a su lado. "Si aceptas, la Tropa Grimm será tu aliada. Nos uniremos para enfrentar cualquier amenaza que surja en Hallownest. Además, el crecimiento de mi hija fortalecerá a tu reino. Mi poder no es el único que importa; cada generación de nuestra especie es más fuerte que la anterior. La Grimmchild, al alcanzar su máximo potencial, podría superar incluso mis habilidades."

El Rey Pálido reflexionó por un momento, consciente de los peligros y las oportunidades que esta alianza podría representar. Pero su mente estaba preocupada por la situación del Destello, una amenaza que no podía ignorar. "No puedo aceptar tu oferta, Grimm. La situación con el Destello es demasiado peligrosa. No puedo arriesgarme a que una de mis creaciones se corrompa al estar en compañía de tu hija."

Grimm sonrió, sus ojos brillando con una intensidad mayor. "Pero, Rey Pálido, el Hollow Knight sería el candidato perfecto. Es fuerte, puro, y podría proteger a mi Grimmchild mientras ambos se fortalecen."

La expresión del Rey Pálido se endureció. "El Hollow Knight debe permanecer puro, sin distracciones ni tentaciones. Su propósito es contener el Destello, y cualquier desviación podría llevar a la ruina a nuestro reino. No permitiré que se corrompa."

Grimm avanzó un paso, intentando una última vez convencer al monarca. "Piensa en el poder que podríamos desatar juntos. Hallownest y la Tropa Grimm, unidos contra cualquier amenaza. No hay necesidad de que rechaces esta oportunidad. El poder no es lo único, Rey Pálido. La fortaleza de cada nueva generación es un recurso invaluable. Con cada ciclo, nuestra fuerza se incrementa. Tu reino podría beneficiarse inmensamente de esta alianza."

El Rey Pálido alzó una mano, señalando la salida de la sala del trono. "Conozco tu naturaleza, Grimm. No intentes pasarte de listo conmigo. Sé a quién sirves: la entidad de las pesadillas. Conozco bien en qué consiste tu ritual. En estos tiempos de crisis, no puedo permitirme confiar en ti ni en tus intenciones. No aceptaré tu oferta, y no permitiré que el Hollow Knight sea puesto en peligro. Vete ahora, antes de que me vea obligado a tomar medidas más severas."

Grimm retrocedió, su sonrisa desapareciendo lentamente. "Muy bien, Rey Pálido. Pero recuerda mis palabras. La oportunidad que rechazas hoy podría ser la clave para la salvación de Hallownest."

Después de que Grimm se retirara, la Dama Blanca entró en la sala del trono, sus movimientos gráciles y su presencia serena llenando el espacio. Observó la expresión seria de su marido y se acercó a él con suavidad. "¿Qué ha ocurrido aquí, mi Rey?"

El Rey Pálido la miró con un suspiro pesado. "Grimm ha venido a ofrecer una alianza. Quiere que una de nuestras creaciones proteja y guíe a su Grimmchild."

La Dama Blanca frunció el ceño ligeramente, pero su lealtad y confianza en su marido eran inquebrantables. "¿Es esto lo mejor para Hallownest, mi Rey?"

El Rey Pálido asintió lentamente. "Creo que no, querida. Conozco la naturaleza de Grimm y a quién sirve. En estos tiempos de crisis, no podemos permitirnos confiar en él ni en sus intenciones."

La Dama Blanca observó a su marido con preocupación. "Espero que hayas tomado la decisión correcta, mi Rey. Confío en tu juicio."

El Rey Pálido asintió, su rostro serio. "Hice lo que era necesario para proteger nuestro reino".

Mientras tanto, en el campamento de la Tropa Grimm, Grimm regresó con una expresión de decepción. Brumm, su fiel servidor, lo recibió preocupado. "Maestro, ¿qué ha sucedido?"

Grimm suspiró, sus ojos reflejando su frustración. "El Rey Pálido ha rechazado nuestra oferta. Quería aprovechar la crisis para que mi hija se fortaleciera, pues sé que ante esta infección no habrá muchos guerreros que sobrevivan. Pero el Rey no confía en nosotros."

Brumm frunció el ceño. "¿Y ahora qué, maestro?"

Grimm miró a la distancia, sus ojos llenos de determinación. "Tendremos paciencia. Sé lo importante que es eso. Habrá algún caballero que escolte a mi pequeña a su destino. Empaca todo Brumm, esto solo fue una parada, ya volveremos. La espera será larga, pero valdrá la pena."

Y así, en ese momento decisivo, se selló un desacuerdo que cambiaría el curso del reino y las vidas de aquellos que habitarían en él. Una confrontación forjada en la penumbra, destinada a enfrentar las amenazas y desafíos que acechaban en el oscuro horizonte.

Jamás sabremos si esta decisión habría cambiado el rumbo de Hallownest. Lo que sí sabemos es que el Hollow Knight cayó, y el Destello se desató, trayendo consigo una devastación sin precedentes. Las esperanzas y sueños del reino se vieron truncados por la corrupción y la oscuridad. En ese momento, el Rey Pálido tomó una decisión basada en la desconfianza y el temor, una elección que definiría el destino de su reino.

Quizás, en algún rincón del tiempo y el espacio, una alianza con la Tropa Grimm podría haber salvado a Hallownest de su destino sombrío. Pero eso es algo que nunca sabremos con certeza. El reino se sumió en la oscuridad, y los habitantes de Hallownest se enfrentaron a una lucha interminable por la supervivencia. Así es como la historia se cuenta, y así es como Hallownest fue recordado.

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Aclaraciones:
Hola. ¿Qué tal? La verdad es que pues no daré mucho contexto, solo estaba aburrido y se me ocurrió escribir esta historia. Intentaré ser lo más activo posible, pero deben irme ocurriendo ideas, pues las voy pensando al momento. También quiero aclarar que esto no será 100% fiel, tiene cambios, como que algunos personajes no tienen un sexo definido, pero por cuestiones aquí se les pone. Espero que les guste y disfruten, cualquier sugerencia pueden comentar, gracias:)

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