Descanso en las Termas

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Ghost se detuvo un momento, observando a Hornet. A pesar de su resistencia y determinación durante la batalla, era evidente que las heridas habían comenzado a pasarle factura. Su respiración era pesada, y aunque intentaba disimularlo, Ghost podía notar el leve temblor en su cuerpo. Decidió que lo mejor sería llevarla a un lugar donde pudiera recuperarse adecuadamente.

Habia que curar a Hornet, Ghost inmediatamente penso en unas termas, así que Ghost saco su mapa señalando cruces Olvidados al igual que su libretita dibujando unas aguas, para después señalar con un gesto hacia el Ciervocamino más cercano. Sabía que allí podrían encontrar un lugar seguro y tranquilo para que Hornet se recuperara.

Hornet, notando la intención de Ghost, negó con la cabeza ligeramente, un gesto que le costó más esfuerzo del que quería admitir. "No," dijo con firmeza, aunque su voz sonaba un poco más débil de lo habitual. "Hay un lugar más cerca, en la Ciudad del Lágrimas."

Ghost la miró con una mezcla de curiosidad y preocupación, esperando que continuara.

"En el Torreón de la ciudad," explicó Hornet, intentando mantenerse erguida, "hay una casa conocida como la Casa de los Placeres. Allí, hay termas que son más accesibles desde aquí, y encontré una Llave Simple mientras buscaba rastros de ti en la ciudad. No tendremos problemas para entrar."

Grimmchild, que volaba cerca de ellos, observaba en silencio, preocupada por el estado de Hornet pero aliviada de que hubieran encontrado una solución más cercana. Si bien deseaba ir con su padre, sabía que podía esperar un poco más, el seguiría estando ahí, pero Hornet si no actuaban, tal vez no.

Ghost asintió, aceptando la sugerencia de Hornet. Sabía que el viaje a los Cruces Olvidados sería más largo y agotador, y si Hornet decía que tenían una opción más viable en la ciudad, no había razón para rechazarla.

Con una decisión silenciosa, el trío se dirigió hacia el Ciervocamino, pero en lugar de tomarlo hacia los Cruces Olvidados, pasaron de largo hacia el Torreón, donde las Termas del Placer los aguardaban. Mientras caminaban, Hornet se aferraba a la llave que había encontrado, sintiendo un extraño alivio al saber que pronto podría descansar y recuperarse, aunque no dejaba que su orgullo se lo mostrara demasiado a los demás.

El camino hacia la Casa de los Placeres era corto, pero cada paso parecía llevar consigo el peso de las decisiones recientes y de las batallas por venir. Sin embargo, por ahora, su prioridad era la recuperación, y Hornet sabía que necesitaba estar en su mejor estado si iban a enfrentarse a lo que Hallownest les deparaba.

El camino hacia la Casa de los Placeres no fue sencillo. A medida que avanzaban por las calles de la Ciudad del Lágrimas, el trío se encontró con varios guardias de la ciudad, que aún infectados, se encontraban leales a su deber de proteger la capital de Hallownest, y con otros enemigos que vagaban por las ruinas. Ghost y Grimmchild avanzaban con eficiencia, eliminando a los enemigos que se interponían en su camino con precisión y sin esfuerzo. Las llamas de Grimmchild eran pequeñas pero letales, y Ghost se movía con una agilidad que parecía casi sobrenatural, su aguijón atravesando a los guardias con movimientos calculados.

Hornet, por otro lado, luchaba por mantenerse en pie. Aunque su cuerpo resistía gracias a la sabiavida que se inyectó, el dolor de las heridas y el agotamiento la abrumaban. Odiaba sentirse así, odiaba no poder luchar como sabía que podía hacerlo, pero se obligaba a seguir adelante. Cada paso era un recordatorio de su condición, de su fragilidad en ese momento.

Finalmente, llegaron. Hornet le entregó la llave a Ghost, el cual la introdujo, abriendo paso. El gran ascensor que llevaba a la Casa de los Placeres se encontraba delante de ellos, y con un gesto de Ghost, subieron. El viaje hacia arriba fue silencioso, la tensión en el aire solo rota por el sonido metálico del ascensor mientras ascendían.

Sombra EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora