Sombra Escarlata

Las Garras de la Deshonra

El aire en los Jardines de la Reina estaba cargado de humedad, y el aroma de la vegetación era intenso mientras Scarlett y Ghost avanzaban por el terreno cubierto de enredaderas. El silencio solo era interrumpido por el crujido de las ramas bajo sus pies y el zumbido ocasional de las musgólulas, que flotaban cerca como pequeños globos de hierba.

"Este lugar... es extraño," murmuró Scarlett mientras flotaba al lado de Ghost, observando las vastas enredaderas y flores que se entrelazaban a lo largo del paisaje. Sus alas escarlatas revoloteaban en el aire, nerviosas ante lo que pudiera surgir entre las sombras.

No pasó mucho tiempo antes de que aparecieran las primeras cáscaras espinosas. Estas criaturas, cubiertas de maleza y espinas, se camuflaban perfectamente entre la vegetación, esperando el momento justo para atacar. Sin embargo, no eran rivales demasiado fuertes para el dúo. Scarlett, con su acostumbrada confianza, disparó pequeñas llamas hacia una de ellas, haciéndola retroceder mientras Ghost atacaba otra con su aguijón, derrotándola de un solo golpe certero.

"No son muy resistentes, pero son molestas," comentó Scarlett con una sonrisa triunfante mientras esquivaba los pinchos que una de las cáscaras espinosas había lanzado en su dirección. Ghost, como siempre, permaneció en silencio, concentrado en avanzar y acabar con los obstáculos que se interponían en su camino.

Después de varios encuentros con estos enemigos menores, el dúo subió una serie de plataformas naturales formadas por raíces y rocas cubiertas de musgo. A medida que ascendían, la atmósfera se volvía más opresiva, y el aire estaba cargado de una sensación de misterio. Scarlett, curiosa, volaba un poco más adelante, sus ojos atentos a cualquier cambio en el entorno.

"Ghost, mira eso," dijo señalando hacia una estructura que apenas se vislumbraba entre la niebla y la vegetación. Parecía antigua, hecha de piedra y enredaderas que la habían reclamado con el paso de los años. Sin dudarlo, ambos decidieron acercarse.

La entrada a la estructura estaba rodeada de pinchos y trampas naturales, pero Ghost, con su agilidad, los evitó fácilmente. Scarlett, por su parte, volaba con cuidado para no tocar las espinas que sobresalían de las paredes. Dentro, el aire era más denso, como si las antiguas paredes de piedra guardaran secretos que no habían sido revelados en siglos.

Después de derrotar a los enemigos menores y superar los obstáculos, Ghost y Scarlett llegaron a una cámara en el fondo de la estructura enigmática. En el centro de la sala, flotaba una esencia oscura y vibrante que capturó inmediatamente la atención de Ghost. Junto a ella, el cadáver de un caracol chamán yacía inerte, pero aún irradiaba una leve sensación de magia.

Ghost sintió una extraña atracción hacia la esencia, como si le susurrara algo desde dentro. Con cuidado, se acercó y, al tocarla, una corriente de almas atravesó su cuerpo. En ese instante, un flujo de energía y poder fluyó a través de él, pero también un susurro: "Este es nuestro grito... úsalo sabiamente."

Por un momento, Ghost quedó paralizado, sintiendo cómo las almas que entraban en su cuerpo resonaban en su interior. El poder era desconocido para él. No sabía cómo usarlo, pero la sensación lo invadía, como un eco profundo que aún no podía comprender del todo. Cerró los ojos, concentrándose en las almas que sentía dentro de sí. No sabía exactamente qué había ganado, pero comprendía que el poder no era simple; debía descubrirlo por sí mismo.

"Gracias... por ayudar a mis hermanos," fue lo último que escuchó antes de que la esencia desapareciera.

Ghost permaneció en silencio, pensativo. No tenía una idea clara de cómo utilizar ese poder que había absorbido, pero sentía que, cuando llegara el momento, lo entendería.

Scarlett, aunque no entendía completamente lo que estaba ocurriendo, observaba con asombro. "¿Qué era eso?" preguntó en voz baja, sus ojos grandes fijos en Ghost. Él simplemente asintió, sin decir nada, pero la luz en sus ojos revelaba que había ganado algo importante.