Vigilante Silencioso

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Hallownest, un reino que alguna vez fue próspero y vibrante, ahora se encontraba en un estado deplorable. La infección se había extendido por todo el reino, corrompiendo tanto a sus habitantes como a sus paisajes. Los caminos antes transitados ahora estaban desiertos, y la oscuridad se había apoderado de cada rincón. Los habitantes, convertidos en sombras de su antigua gloria, vagaban sin rumbo, víctimas de una plaga que parecía imparable.

En un intento desesperado por contener la infección, tres figuras poderosas se sacrificaron para convertirse en soñadores, guardianes eternos del sello que mantenía contenida la amenaza. Monomon la Maestra, Lurien el Vigilante y Herrah la Bestia se sumieron en un sueño eterno, confiando en que su sacrificio protegería el reino. Sin embargo, con el tiempo, el sello comenzó a debilitarse, y la infección encontró nuevas formas de propagarse.

En medio de este caos, una figura solitaria se mantenía vigilante. Hornet, la hija de Herrah la Bestia y el Rey Pálido, había asumido la responsabilidad de proteger Hallownest. Criada con un propósito claro y una misión inquebrantable, su vida había sido una mezcla de soledad y deber. Su concepción no había sido un acto de amor, sino una necesidad estratégica para asegurar que su madre, Herrah, pudiera convertirse en una de las soñadoras y ayudar a contener la infección.

Un día, mientras vigilaba desde las alturas, Hornet notó algo que capturó su atención: un pequeño ser de ojos vacíos y máscara blanca, emergiendo desde Bocasucia. Desde ese momento, Hornet había estado siguiendo al Caballerito, observando sus movimientos y evaluando su propósito.

"¿Quién eres tú realmente, pequeño guerrero?", se preguntaba a sí misma mientras lo veía interactuar con Quirrel en las ruinas de Hallownest. Ya se habi topado con aquel insecto y habia luchado brevemente con el, pero debia centrarse en el caballero. La conversación entre el Caballerito y el enigmático explorador fue breve, pero suficiente para despertar su curiosidad. A medida que el Caballerito exploraba el reino, enfrentando desafíos y enemigos, Hornet no dejaba de observarlo.

Había visto muchos receptáculos antes, todos destinados a contener la infección, pero ninguno había demostrado ser digno. Para Hornet, el Caballerito no parecía ser diferente. Ella estaba confiada en que podría derrotarlo como había hecho con otros receptáculos que habían intentado y fracasado antes que él. Sabía que, técnicamente, esos receptáculos eran sus medios hermanos, hijos también del Rey Pálido. Pero no tenía tiempo para compasión ni remordimiento. Necesitaban ser fuertes, o no servían para la misión de reemplazar al Hollow Knight.

Hornet llevaba consigo un pequeño fragmento del vacío, heredado de su padre, el Rey Pálido. Aunque no podía usarlo como sus hermanos, los receptáculos, sentía su presencia como un recordatorio constante de su linaje y su propósito.

Hornet observaba a este caballerito mientras compraba un mapa de Cornifer, el cartógrafo del reino. Al principio, el Caballerito parecía desorientado, sin saber bien cómo ubicarse en los laberintos de Hallownest. Hornet lo siguió con cautela, observando cómo subía de nuevo a Bocasucia. Cuando regresó, algo había cambiado. Se movía con una determinación renovada, sabiendo exactamente a dónde ir.

"¿Cómo es posible?", se preguntó Hornet. Fue entonces cuando notó el pequeño amuleto y una pluma en su posesión, una brújula que claramente le ayudaba a navegar. "Interesante... parece que este pequeño guerrero aprende rápido."

La primera vez que vio al Caballerito en combate fue contra el Falso Caballero. Desde una distancia segura, Hornet observó la batalla con una mezcla de escepticismo e interés. "¿Será posible que este pequeño ser tenga un propósito mayor?", pensó, viendo cómo el Caballerito luchaba con una destreza sorprendente.

Mientras observaba el combate, un recuerdo la asaltó:

*Flashback*

Era mucho más joven entonces. En ese tiempo, la reina de la Colmena, Vespa, había tomado a Hornet bajo su protección. La Colmena era un lugar de rigurosa disciplina, donde cada movimiento y decisión estaba impregnado de estrategia y propósito. Vespa, una figura imponente y sabia, había reconocido el potencial en la joven Hornet y decidió entrenarla personalmente.

Sombra EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora