Niebla y Jardines Silenciosos

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Scarlett sentía el aire pesado a su alrededor. El sudor corría por su frente mientras intentaba concentrarse en la tarea que tenía frente a ella. El entrenamiento estaba siendo más duro de lo que había anticipado. Cada vez que intentaba invocar su poder, sentía una resistencia dentro de sí, como si algo la detuviera. Sus alas, ahora extendidas, comenzaban a temblar por el esfuerzo, pero no podía darse por vencida. No después de todo lo que había avanzado.

"Vamos, Scarlett. Puedes hacerlo," murmuró para sí misma, sintiendo la urgencia de demostrar que podía ser más fuerte. Grimm, siempre cercano y protector, la observaba con una mezcla de orgullo y paciencia, alentándola con su mirada cálida y segura.

"Levántate, hija mía. No permitas que un pequeño tropiezo te detenga. Sabes que tienes mucho más poder dentro de ti," dijo Grimm con una sonrisa. Su voz, suave pero firme, irradiaba confianza, y Scarlett no pudo evitar sentir algo de ese ánimo recorrer su cuerpo.

Scarlett apretó los dientes, sintiendo el peso de las palabras de su padre. Sabía lo que él y la Entidad le habían dicho: que dentro de ella había un poder mayor que incluso el de Grimm. Pero, a pesar de eso, una pequeña parte de ella aún dudaba. "Si quiero estar a la altura de lo que esperan... si quiero seguir a Ghost... debo lograrlo," pensó, mientras su determinación se fortalecía.

Con un grito de esfuerzo, Scarlett extendió sus alas nuevamente y comenzó a flotar. El aire alrededor de ella se calentaba mientras concentraba su energía escarlata. Sintió el poder comenzar a fluir desde su interior. Esta vez, no dejaría que la duda la detuviera.

Poco a poco, una pequeña chispa de fuego se formó en su pecho. Era débil al principio, temblorosa, como si pudiera desvanecerse en cualquier momento. Pero Scarlett no se rindió. Sus ojos brillaban con determinación mientras canalizaba más energía, alimentando la chispa hasta que tomó forma: un diminuto murciélago de fuego.

Scarlett observó con asombro lo que había logrado. No era tan imponente como las criaturas que su padre podía invocar, pero para ella, era un avance increíble. Sintió una ola de emoción y orgullo recorrer su cuerpo. "¡Lo hice!" gritó con una sonrisa amplia. Sin dudarlo, corrió hacia Grimm y lo abrazó con fuerza, incapaz de contener su felicidad.

Grimm, siempre demostrativo, la envolvió en sus brazos con ternura, sonriendo de oreja a oreja. "¡Eso es, mi pequeña estrella! Sabía que lo lograrías. Sabes que tienes más poder dentro de ti, solo debes creer en ello," dijo, lleno de orgullo.

Scarlett se apartó ligeramente, sus ojos brillando con emoción, pero aún había una pequeña duda en su corazón. "Papá, la Entidad me dijo que algún día seré más fuerte que tú. Pero... ¿y si no lo soy? ¿Y si no puedo controlar ese poder?"

Grimm, con una sonrisa cálida, acarició suavemente la cabeza de su hija. "Scarlett, ya eres más fuerte de lo que crees. El poder está dentro de ti, lo veo cada día. No tienes que apresurarte, todo llegará a su tiempo. Y cuando llegue, sé que serás capaz de manejarlo. Además, siempre estaré aquí para apoyarte, pase lo que pase."

Scarlett lo miró, todavía un poco insegura, pero el amor y la confianza en los ojos de su padre la reconfortaron. "Tienes razón," dijo con una sonrisa más calmada. "No estoy sola. Y con tu ayuda, lograré ser más fuerte."

Grimm la abrazó nuevamente, sintiendo cómo su propia incertidumbre se desvanecía. Aunque el poder de la Entidad era una fuerza peligrosa y temible, no podía evitar sentir orgullo por la fortaleza y el corazón noble de su hija. En el fondo, su mayor deseo era que Scarlett encontrara su propio camino, uno donde no estuviera atrapada en las mismas cadenas que él.

Scarlett observó el pequeño murciélago de fuego volando débilmente a su alrededor, y no pudo evitar sonreír. Aún tenía mucho que aprender, pero con el apoyo de su padre, sabía que estaba en el camino correcto.

Sombra EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora