Sombra Escarlata

Honor en los Páramos

Perspectiva de Ghost:

Después de derrotar al Falso Caballero y luchar contra Hornet en los Senderos Verdes, el Caballerito observó el cuerpo inerte de uno de sus hermanos caídos. El receptáculo yacía en el suelo, y junto a él, una capa de ala de polilla. Con un leve gesto, Ghost recogió la capa, sintiendo una extraña conexión con el objeto, al probarla vio que podía abalanzarse al frente, sería útil para futuras situaciones.

Sin embargo, antes de que pudiera continuar su viaje, tres figuras misteriosas aparecieron ante él. Monomon la Maestra, Lurien el Vigilante y Herrah la Bestia, los soñadores.

"Debes detenerte aquí, pequeño guerrero," dijo Monomon con una voz serena pero firme.

"Tu camino no puede continuar," añadió Lurien, su mirada penetrante.

"Es por el bien de Hallownest," concluyó Herrah, su tono lleno de pesar.

Antes de que pudiera reaccionar, las figuras lo rodearon con una energía misteriosa, sumiéndolo en un profundo sueño.

Al cabo de un tiempo, Ghost despertó solo en el mismo lugar donde había sido atacado por los soñadores. Confundido pero determinado, se levantó y continuó su camino. Sabía que su misión era vital para el destino de Hallownest y no podía permitirse detenerse.

Perspectiva de Hornet

Desde las sombras, Hornet observaba con atención cada movimiento del Caballerito. Su destreza en combate y su tenacidad la habían impresionado, pero aún necesitaba demostrar su verdadera valía. Después de sus encuentros anteriores, Hornet decidió seguirlo mientras avanzaba hacia los Páramos Fúngicos, un territorio traicionero y lleno de peligros.

Los corredores oscuros y desolados dieron paso a un terreno lleno de hongos gigantes y esporas flotantes. Cada paso que daba el Caballerito hacía crujir el suelo bajo sus pies, liberando esporas que brillaban tenuemente en la penumbra. Hornet observaba desde la distancia, evaluando su habilidad para navegar en este nuevo entorno.

Ghost se movía con determinación, enfrentándose a criaturas que lanzaban esporas venenosas y hongos gigantes que explotaban al contacto. Hornet no podía evitar admirar su destreza en combate, aunque sabía que los desafíos más grandes aún estaban por venir.

Durante su travesía, Ghost compró otro mapa de Cornifer, al pagar los geo que había solicitado solo dio la media vuelta, sin embargo Cornifer se dirigió a su principal cliente, diciendo "Veo que tiene el amuleto de brújula, seguramente te lo vendió mi esposa. No te preocupes, no debes comprar más, ese te sirve para cualquiera de mis mapas. Ahora continua con tu travesía viajero"

Ghost asintió ligeramente, agradecido por la ayuda, y continuó su camino con una determinación renovada.

Finalmente, el Caballerito llegó al puente que conducía a la Ciudad de Lágrimas. Sin algún objeto externo, el acceso al puente era imposible. Hornet decidió que era el momento de intervenir. Apareció de entre las sombras, su aguijón preparado y su mirada fija en él.

"Para llegar a la Ciudad de Lágrimas, necesitarás las Garras de Mantis," dijo Hornet con voz firme. "Están guardadas en el nido de las mantis, al este de aquí. No podrás cruzar sin ellas."

Hornet sabía que podía ayudar más al Caballerito, como activar el puente ella misma, pero decidió no hacerlo. Darle todo lo que necesitaba podría interferir en el camino de Ghost para hacerse más fuerte y no ser suficiente para su misión.

Ghost miró a Hornet y, con un gesto sutil, levantó una mano, señalando con la cabeza hacia adelante, como invitándola a acompañarlo. Hornet negó con la cabeza suavemente. "No, debes hacerlo solo," pensó para sí misma. Sabía que debía ayudarlo, pero desde las sombras, permitiéndole crecer y fortalecerse.