Capitulo 2

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— Creo que caí mal en una de los tantos saltos que di.

El Vendetta se bajó con una mueca de dolor de la motocicleta. Se agachó para verificar su pierna y solo escuchó un exclamacion por parte de la otra persona al notar la mancha qué sobresalia del pantalón del Vendetta.

— Carajos.

— No puedo entender como no reaccionaste ante ese disparo.

— Ni siquiera lo sentí. La adrenalina que tenía en ese momento fue demasiado como para no darme cuenta que me habían disparado. Inútiles policías de mierda.

— Ven, tenemos que sacarte esa bala antes de que sea demasiado tarde.

Vendetta caminó con dificultad hasta la pequeña casa. La puerta rechinó al ser abierta en su totalidad y antes de ser cerrada, el chico miró a su alrededor para verificar de que nadie los hubiera seguido. Acto seguido, el chico lo ayudó a llegar a la habitación donde tenía todo lo necesario para su intervención.

— Con cuidado...

— Solo es una estúpida bala.

— Pudo haber sido peor.

Vendetta rodó los ojos mientras se acomodaba bien en la camilla. Sus manos se pisaron en el frío metal de los extremos de la camilla, el dolor se intesificaba más al tener esa bala en el interior de su pierna.

— Saca esa maldita bala de mi pierna...

— Espera un momen-

— No te dije, ¡te di una orden!

— ¡Estoy preparando todo! Toma esto — le dio un pañuelo — No tengo anestesia ahora — puso todo lo necesario en una bandeja de metal.

— Mierda...

Vendetta se puso el pañuelo en su boca. Su compañero hizo su trabajo de sacarle la bala de la pierna, Vendetta se quejaba de dolor, sus ojos se cerraron abruptamente y trataba de moverse para que su compañero pudiera hacerlo bien.

— Por suerte no atravesó mucho — le indicó la bala — Ya está.

— Saca esa mierda de mi vista.

— De acuerdo, de acuerdo Vendetta. Aun no te vas a levantar, dejame ponerte la venda. Si te digo que descanses, se que no lo harás, pero si procura no hacer mucho esfuerzo.

— Dejalo así. Por ahora no pienso hacer nada más — se levantó con la ayuda de su compañero.

— ¿Ya encontraste la información que quería?

— Estaba a punto de hacerlo, pero esos idiotas me han estado siguiendo hace rato.

— Te arriesgas mucho ¿sabes?

— No voy a descansar hasta encontrar a esos malditos traidores.

Su compañero solo suspiró, realmente no podía que Vendetta cambiará de opinión. La policía lo tenía bien fichado debido a las múltiples cosas que hacía Vendetta todo el tiempo, no había un descanso para despistarlos.

Sabía la historia detrás que originó lo que ahora es Vendetta, su sed de venganza seguía muy latente en él y no iba a descansar hasta encontrar a las personas que un día consideró sus amigos y que lo traicionaron de la peor manera.

A él lo conoció hace dos años, en una situación similar de la que esta ahora. Vendetta salió herido en una persecución policial y lo único que se le ocurrió para resguardarse era meterse en un callejón. Esa noche, él salía de su último día de trabajo debido a que lo despidieron injustamente por un error que él no había cometido, y al ser un novato lo único que hicieron fue echarle la culpa. Él había tomado un ruta desconocida debido a que no conocía del todo bien la ciudad.

El poder de VendettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora