— Estoy segura que nadie trajo el proyecto que pidió la docente hace dos semanas atrás.
— Mejor ni le hagan acuerdo de ese proyecto.
— Yo me quede a la mitad del proyecto.
— No creo que revise, les recuerdo que tuvimos dos semanas largas de exámenes.
— Ahora hazle entender eso a ella — bufó.
— Eso será muy difícil.
— No se de que te quejas si tu siempre traes a tiempo, Keila.
La pelirrubia chasqueó sus dientes al escuchar aquella chica, la miró por encima de su hombro y luego miró a sus amigas. Sus amigas solo negaron para que no le hiciera caso a lo que estaba diciendo, Keila dibujó en su rostro una sonrisa
— Estoy apoyando aunque ya tenga hecho mi proyecto. No soy como tú.
Todos los presentes pusieron atención a la próxima discusión que iban a presenciar en primera fila. Todos sabían como eran las casi peleas y discusiones con las dos chicas, una rivalidad a muerte que nadie podía parar.
— Aquí vamos de nuevo — susurró una de sus amigas.
— ¿Cómo dijiste? — preguntó la chica indignada.
— Qué no soy como tú ¿acaso no escuchas bien?
— Si claro, yo tengo mucho más prestigio en esta universidad y tú no eres nadie.
— Y se perfectamente como lo obtienes. ¿Quieres que comente a todo el mundo lo que haces para tener ese prestigio en esta universidad?
La chica borró su sonrisa al ver el semblante de la pelirrubia.
— No se de que hablas.
— ¿Prefieres que lo cuente a todo el mundo?
La pelinegra sabía como atacar y es lo que siempre ha venido diciéndole a la pelirrubia desde que tiene memoria. Había sido tan cautelosa con lo que hacía, su simple descuido le iba a traer consecuencias.
— Nadie va a creer a una huérfana como tú.
— Es lo que siempre dices, pero esa palabra ya ni me ofende.
— De-
— Sus discusiones ya no me sorprenden en este salón. Es mejor que sienten señoritas.
Keila alzó sus hombros sin importancia y solo hizo caso a lo que le dijo la docente. La otra chica solo miraba furiosa a la pelirrubia y con otro llamado de atención fue lo suficiente para que se sentara en su puesto.
— Por lo menos la callaste con eso.
— Ella empieza y luego no aguanta.
— Bueno jóvenes, saben que el día de hoy se presenta el proyecto final de bimestre, espero que todos hayan hecho un buen trabajo — dejó su maletin en la mesa — En orden van dejando su trabajo, por favor.
Todos se miraron entre sí. Nadie había terminado hacer el proyecto final debido al poco tiempo que tenían por los exámenes. Keila levantó su mano para poder hablar.
— Por lo menos alguien se dignó hacer el proyecto, porque ya estoy viendo sus caras de que no hicieran absolutamente nada.
— En realidad quería hablar de eso, ingeniera — la docente se cruzó de brazos.
— ¿Hubo algún problema?
— Si y voy hablar por todos mis compañeros. No pudimos hacerlo por motivos de exámenes y el tiempo de presentación fue muy corto.
ESTÁS LEYENDO
El poder de Vendetta
AcciónQuién iba a pensar que un simple Vendetta pudiera ser más que el mismísimo demonio. Un loco asesino con sed venganza que no tiene escrúpulos. Su única misión es acabar con las personas que lo traicionaron y asesinaron a lo más preciado que tenía.