|Cap 2|

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Entonces ¿te llamas Alastor?

Exacto, ¿y tú?

¡Luzbel! Para ti será "Lu".

Muy bien, Lu. 

–Canto de Amor– 

-¡Lo odio! Habla como idiota, piensa como idiota, ¡ES UN IDIOTA! -gritó Alastor, su voz resonando en la tranquilidad del prado

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-¡Lo odio! Habla como idiota, piensa como idiota, ¡ES UN IDIOTA! -gritó Alastor, su voz resonando en la tranquilidad del prado. Sus ojos brillaban de ira y dolor mientras golpeaba el césped con sus manos, sus lágrimas cayendo sin cesar. - ¡¿Y sabes qué dice después?! ¡Que solo soy una bolsa para darle bebés! -La desesperación en su voz era palpable.

Luzbel, con su expresión endurecida por la ira, miraba su propio puño con furia contenida.

-No te equivocas en decir que es un idiota. -dijo con voz firme. Luego, su semblante se suavizó, y una sonrisa reconfortante apareció en su rostro. -Pero no seré así. ¡Te respetaré siempre! -Sus palabras eran sinceras, y ver cómo las lágrimas caían del rostro de Alastor le llenaba el corazón de determinación. -Al... -murmuró, dando un paso más cerca.

El humano levantó la mirada, sorprendido por las bellas palabras del ángel rebelde. En toda su corta existencia, nadie le había hablado de esa manera. Su "alma gemela" solo lo sometía y trataba de ayudarlo, su creador no le daba atención, pero ahora este ángel, un ser que desafiaba las normas, juraba protegerlo y respetarlo. ¿Qué otras palabras bonitas podría decir?

-Perdón... -susurró Alastor, limpiando sus lágrimas mientras una leve sonrisa se formaba en sus labios. Su corazón se sentía cálido ante esa promesa inesperada.

-No, tranquilo. Estás en tu derecho de llorar por tal injusticia. -dijo Luzbel, tomando la mano de Alastor y acercándose más a él.

-No. -negó Alastor, viéndolo con una sonrisa. -Lloré por tus palabras. Eres la primera persona que me las dice. -La sinceridad en su voz dejó al ángel ruborizado.

Un dia después, en la noche, Luzbel caminaba por el Edén con una pequeña canasta en sus manos. Dentro, había varias frutas coloridas que había recolectado con esmero, deseando entregárselas a Alastor.

Mientras caminaba por el paraíso, el entorno era una mezcla de belleza natural: flores de colores vivos, árboles frondosos y una brisa nocturna suave que acariciaba su rostro.

Al avanzar, divisó a Alastor sentado cabizbajo en un tronco. Pequeños sollozos llegaban a sus oídos, llenándolo de preocupación. Con cautela, se acercó al castaño.

-Alastor. -llamó Luzbel, viendo los ojos rojos del doncel. -Al...

-No me escuchó... casi logra su cometido... -murmuró Alastor, limpiando sus lágrimas con manos temblorosas. -Dolió mucho... mis muñecas arden y mi vientre se retuerce... -Se sujetó el vientre moreteado, dejando escapar más lágrimas.

Luzbel dejó la canasta a un lado y se arrodilló para examinar el vientre herido de Alastor. Con ira y pena acumuladas, colocó sus manos sobre las heridas, dejando que un brillo dorado cubriera la zona. En cuestión de segundos, el brillo disminuyó, revelando que las heridas habían desaparecido.

-¿Cómo...? -susurró Alastor, sorprendido.

-Magia angelical. -respondió Luzbel con una sonrisa, aunque sus ojos reflejaban tristeza y preocupación.

Alastor mantenía una sonrisa suave, pero sus ojos seguían mostrando una tristeza profunda. Luzbel, al notar esto, hizo aparecer una guitarra dorada con un movimiento rápido.

-¿Y eso? -preguntó el doncel, viéndolo con curiosidad mientras el ángel se ponía en una posición cómoda.

Luzbel comenzó a tocar una suave y linda melodía, sus dedos deslizándose con gracia sobre las cuerdas doradas. 

Cancion: Andru -309   (Escuchar desde segundo |0:24 | para entender el ritmo)

-Te ves tan bien. Yo sólo quiero invitarte a bailar, todas las noches y ver el brillo en tus ojos al amanecer, mañana. -Luzbel miraba las cuerdas de la guitarra, evitando el rostro del castaño por la pena que sentía. -Hoy sale luna llena, estrellas sobre la ciudad, el tiempo no avanza más. Ya no existe nada más que, tú y yo. -Sonrió tímidamente mientras extendía un poco sus alas, el resplandor de la luna reflejándose en sus plumas doradas. -Y nos besamos, en medio de la vegetación. Sin controlarnos, es tan mágico. Haz lo que quieras, en mi habitación. -Luzbel levantó la vista, sus ojos brillando con una intensidad que reflejaba su emoción. -Hagamos una película de amor.

Alastor, con un notable sonrojo en sus mejillas, escuchaba atentamente. Una linda sonrisa adornaba su rostro mientras seguía la canción con su mirada fija en Luzbel.

-Te quiero dar un tour que quieras recordar, para siempre. -Alastor vio cómo Luzbel no detuvo la canción, así que, con más ánimo, continuó. -Y sé, que sientes estas cosas tú también. Lo sé.

-Hoy vamos a dejar atrás, el miedo y la soledad. -cantó Luzbel, sus ojos zafiro fijos en los del doncel.

-Me vuelvo a enamorar. -Alastor estaba completamente perdido en los ojos de su ángel, su corazón latiendo con fuerza.

-Ya no existe nada más que tú, y yo. -Luzbel voló suavemente al lado del doncel, sus alas creando una ligera brisa que hacía ondear el cabello de Alastor.

-Y nos besamos. -dijeron al unísono, sus voces fusionándose en una melodía armoniosa.

-En medio de la vegetación. -cantó Luzbel, su voz suave y envolvente.

-Sin controlarnos. -repitieron juntos, sus voces llenas de una emoción compartida.

-Es tan mágico. -siguió Alastor, sus ojos brillando con una mezcla de amor y asombro.

-Haz lo que quieras. -ambos se miraron con dulzura, sus sonrisas reflejando la profundidad de sus sentimientos.

-En mi habitación. -cantó Luzbel, su voz cargada de promesas.

-Hagamos una película de amor. -dijeron, cerrando los ojos y sonriendo mientras el momento se llenaba de una magia palpable.

El mal momento se volvía uno romántico. Dos hermosas almas compartiendo su nuevo sentimiento.

-Si estoy soñando con algo mejor. -el ángel miró cómo varios animales se acercaban curiosos, creando una atmósfera aún más encantadora. -Apaga un rato el despertador.

La música paró bruscamente, dejando a Alastor confundido.

-¿Lu? -preguntó cuando sintió cómo el ángel lo elevaba, sujetándolo firmemente pero con ternura.

-Y nos besamos, en medio de la vegetación. Sin controlarnos, es tan mágico. Haz lo que quieras, en mi habitación. -Luzbel sujetó la mejilla del castaño, mirándolo profundamente a los ojos. -Hagamos una película de amor.

El doncel puso sus manos detrás del cuello del hermoso ángel, acercándose más.

-Amor, amor... -cantó, acercando su rostro al ajeno.

Mientras el ritmo aún sonaba en el fondo de sus mentes, ambos unieron sus labios en un cálido beso en el cielo, sellando su amor en una noche mágica.


Las letras en negrita es para separar la cancion de las acciones y que no se confundan.

Alas de Rebelión . //AppleRadio//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora