|Cap 5|

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—Adelante, Asquerosos Humanos—

Alastor estaba dormido debajo de un frondoso árbol en el Edén, con semen escurriendo por sus muslos

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Alastor estaba dormido debajo de un frondoso árbol en el Edén, con semen escurriendo por sus muslos. Luzbel lo miraba, su expresión era una mezcla de adoración y determinación.

Con un simple chasquido de sus dedos, Alastor quedó completamente limpio. El ángel se preparaba para llevar a cabo su plan de entregar la fruta prohibida.

El reciente pecador se convirtió en una serpiente escurridiza, moviéndose rápidamente hacia la ubicación de la mujer. Al llegar, trepó por el tronco del árbol del conocimiento del bien y del mal, arrancando uno de sus frutos.

Las hojas eran de un verde profundo, y la fruta prohibida brillaba con un rojo intenso, como si guardara dentro de sí un misterio sin resolver.

-Lilith. -habló la serpiente desde las ramas del árbol, espantando a la mujer de cabellos rubios.

-¿Ustedes pueden hablar? -preguntó Lilith, mirando al animal con asombro.

-Algo así. La diferencia es... ¡que soy único! Lo soy por no seguir las reglas del Creador. -comentó la serpiente, con una voz que goteaba seducción y misterio.

-Pero... eso está mal. Dios colocó cada regla para nuestro orden. -respondió Lilith, aunque su tono mostraba un atisbo de duda.

-Oh, querida Lilith. -comenzó la serpiente. - ¿te has preguntado alguna vez por qué Dios nos ha prohibido comer del árbol del conocimiento del bien y del mal? -La curiosidad brilló en los ojos de Lilith, así que la serpiente continuó. -¿No te parece que el conocimiento es algo que deberíamos tener, algo que nos haría más completos y sabios? ¡Imagina todo lo que podríamos aprender, entender y experimentar si desafiamos esas restricciones!

La serpiente estaba taladrando en la mente de la mujer, implantando semillas de duda y deseo. Sin esperar más, Luzbel se transformó en su forma angelical, quedando frente a Lilith con la manzana en mano.

-Tú... -murmuró Lilith al ver al ángel.

-Dios nos ha dado tanto, pero ¿no te parece que también nos ha mantenido en la oscuridad sobre tantas cosas? -Luzbel se acercó un poco más a la mujer, sus alas doradas brillando bajo la luz del sol. -¿No deberíamos tener la libertad de decidir por nosotros mismos qué es lo correcto y qué es lo incorrecto, en lugar de seguir ciegamente sus órdenes? El conocimiento es poder, Lilith, y tú y yo podemos obtenerlo si tomamos esta fruta. No podemos permitir que nos impidan alcanzar nuestro verdadero potencial. -Luzbel extendió la manzana hacia Lilith, su rostro lleno de convicción.

Lilith, con la mente totalmente manipulada, tomó la manzana, quedando sorprendida por el vivo color rojo de la fruta. Estaba a punto de morderla cuando un grito la sobresaltó. Era su esposo, Adán, de cabello castaño y expresión de enojo.

-¡Lilith! ¿Qué carajos ibas a hacer? ¡Padre nos prohibió comer de esa fruta! -reclamó Adán con furia.

Antes de que Lilith pudiera responder, Luzbel intervino.

-Adán, hermano mío. -dijo Luzbel, viéndolo con una mezcla de compasión y desafío. - ¿No te has preguntado por qué Dios nos ha prohibido específicamente comer del árbol del conocimiento del bien y del mal? -Al ver la confusión en el rostro de Adán, Luzbel vio su oportunidad. Una lengua de serpiente siseó en su boca. -¿No te parece que es una restricción injusta, una forma de mantenernos en la oscuridad sobre aspectos importantes de nuestra existencia? -preguntó acercándose al humano. -El conocimiento es una herramienta poderosa que nos permite entender mejor el mundo que nos rodea y tomar decisiones informadas. -continuó Luzbel, sonriendo ligeramente. -Creo que Dios nos ha privado de este conocimiento para mantenernos bajo su control, para que dependamos exclusivamente de Él y no cuestionemos sus designios. Algo egoísta, si me permites comentar.

Adán comenzó a cuestionar todo lo que escuchaba, su mente empezaba a ser manipulada.

-¿No deberíamos tener el derecho de explorar y descubrir por nosotros mismos lo que es bueno y lo que es malo? Comer de este fruto no solo nos dará sabiduría, sino también la capacidad de decidir nuestro propio camino, de ser verdaderamente libres. -dijo Luzbel, sus ojos reflejando una serpentina sabiduría. -Este es nuestro momento de reclamar nuestra autonomía y de desafiar las normas que nos han sido impuestas.

Los dos humanos se miraron, sus mentes resonando con la misma idea: "Comamos y seamos libres."

El Edén era un paraíso exuberante, con una vegetación densa y flores de colores vivos que llenaban el aire con su fragancia. Los árboles se alzaban majestuosamente, sus ramas cargadas de frutos, mientras arroyos cristalinos serpenteaban por el terreno, reflejando el cielo azul.

Las hojas crujían suavemente bajo sus pies y los cantos de los pájaros llenaban el ambiente con una melodía tranquila. Este lugar perfecto, creado por Dios, estaba a punto de ser testigo de una transformación monumental.

Luzbel, Lilith y Adán se encontraban en el centro de esta escena, rodeados por una naturaleza vibrante que parecía ajena al drama que se desarrollaba. La tentación y el deseo de conocer lo prohibido impregnaban el aire, y el destino del Edén y sus habitantes estaba a punto de cambiar para siempre.

Alas de Rebelión . //AppleRadio//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora