Se cuenta que al inicio de la creación había un ángel cuya pasión por la libertad y sus ideales liberales lo hicieron ser conocido como un alborotador.
Sin embargo, este ángel se enamoró profundamente del Doncel creado por Dios.
En un intento de c...
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Alastor había soñado con ser madre desde que había caída en el infierno. Cuando finalmente vio las dos líneas rosadas en la prueba de embarazo, sintió que su corazón estallaba de felicidad. Los primeros meses transcurrieron sin problemas, llenos de emociones y preparativos. Pero a medida que avanzaba el embarazo, comenzaron a surgir complicaciones.
En la semana veinticuatro, durante una revisión rutinaria, el doctor privado de la familia MorningStar frunció el ceño al examinar los ultrasonidos.
-Su majestad, parece que su bebé está creciendo más lentamente de lo esperado. Vamos a tener que hacer algunos estudios adicionales. -el ciervo sintió un nudo en el estómago, pero trató de mantenerse positivo mientras su mano era agarrada por su esposo y su hijo miraba con preocupacion el ultrasonido.
Las semanas siguientes fueron una montaña rusa emocional. Se descubrió que Charlie, su princesa, tenía Restricción del Crecimiento Intrauterino (RCIU). Además, Alastor fue diagnosticada con preeclampsia, una condición que ponía en riesgo tanto su vida como la de su bebé. El doctor lee recomendó reposo absoluto y frecuentes visitas al hospital para monitorear el progreso de Charlie.
Una noche, Alastor se despertó con un dolor intenso en el abdomen. Sabía que algo no estaba bien.
-Lu, mi abdomen... -se quejo el doncel sujetando su vientre.
Lucifer se levanto somnoliento viendo las lágrimas en su consorte.
-¿Al? -pregunto tomándolo de la espalda.
-A pereza.. -gimoteo respirando entrecortado. -Anillo de la pereza. -dijo rasguñando a su esposo.
El rey no dudo en abrir un portal directo y pasarlo a un cuarto donde el equipo médico confirmó que su esposo estaba en trabajo de parto prematuro. Era demasiado pronto; Charlie solo tenía 30 semanas.
El parto fue complicado y lleno de tensión. Alastor sintió cada contracción como un martillo golpeando su cuerpo, pero se mantuvo fuerte, aferrándose a la esperanza de que su pequeña saldría adelante.
Lucifer casi se desmayaba por todo lo que pasaba, tantos gritos y tensión le hacían doler la cabeza. Caín no se había levantado de su sueño, eso alivio un poco el corazón del rey, pues lo que menos necesitaba en ese momento era a otro demonio furioso.
Finalmente, Charlie nació. Era diminuta, pesaba poco más de un kilo, y sus llantos eran apenas un susurro. La llevaron de inmediato a la Unidad de Cuidados Intensivos.
Alastor solo pudo verla brevemente antes de que los doctores se la llevaran, sus ojos estaban llenos de lágrimas, pero también de una determinación feroz.
-Charlie es fuerte, igual que su madre. -comento Lucifer acariciando la mano de su esposo.
Los días en el hospital fueron largos y llenos de incertidumbre. Lucifer pasaba cada momento posible al lado de la incubadora de Charlie, hablándole y Alastor cantándole canciones de cuna. Los monitores pitaban constantemente, pero cada día que pasaba era una pequeña victoria.
