|Cap 6|

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—Padres del Pecado—

Al momento de probar bocado a la fruta, Lilith dejó caer el fruto prohibido al suelo, liberando una oleada de autoconciencia en ambos humanos

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Al momento de probar bocado a la fruta, Lilith dejó caer el fruto prohibido al suelo, liberando una oleada de autoconciencia en ambos humanos. Gritaron al darse cuenta de su desnudez, cubriéndose torpemente con las manos mientras Luzbel, en su forma angelical, soltaba una carcajada amarga.

En segundos, el cielo se cubrió de nubes grises y truenos resonaron en el aire, haciendo que todos los presentes miraran hacia arriba con miedo. Luzbel y Alastor fueron teletransportados a la imponente sala de juicio, un vasto espacio celestial con un trono radiante en el centro, rodeado por filas de ángeles que los observaban con ojos severos y acusadores.

El arcángel sabía muy bien por qué estaban allí.

-¿Lu? -preguntó Alastor, su voz temblorosa mientras se acercaba al ángel que instintivamente lo protegía.

Dios se encontraba en su trono, con ángeles a su alrededor, arriba y abajo, todos sentados y observando. El juicio estaba por comenzar. Alastor temblaba al ver tantos ángeles reunidos en un solo lugar, su miedo palpable en cada movimiento.

-Luzbel, hijo mío. -comenzó Dios con una voz que resonaba en toda la sala. -Tú sabes lo que has hecho.

-Y tú sabes por qué lo hice. Eres Dios, ¿no? Sabes todo. -respondió Luzbel con arrogancia, su mirada fija en el Creador.

Dios suspiró profundamente, su mirada llena de lástima.

-¡¿Por qué nos miras así?! -reclamó Alastor, dando un paso adelante desde detrás del ángel, su furia evidente en cada palabra.

-¡Alastor! -llamó Luzbel, intentando detenerlo.

-¡Nosotros hicimos lo que tú no! ¡Esa idiota creación tuya abusaba de su nueva esposa y tú ni te inmutabas! ¡Queríamos compartir nuestra libertad con ella porque su 'responsable' creador estaba demasiado ocupado para notar su sufrimiento! -gritó Alastor, dejando a la corte de ángeles en un silencio impactado.

-¡Tú! -gritó Gabriel, levantándose enojado.

-Gabriel, siéntate. -ordenó Dios, haciendo que el ángel obedeciera. -Alastor, no permitiré faltas de respeto en mi corte.

-¿Falta de respeto? Es una verdad. -comentó Luzbel, colocándose al lado del castaño.

-Ustedes dos están iniciando una rebelión. -afirmó Leonardo, otro ángel.

-¡LO ES! ¡Estamos hartos de sus estúpidas, estrictas, agobiantes y para nada divertidas reglas! -gritó Mammon, levantándose desde la corte y volando hacia Luzbel.

-Se enfoca en su adversario solo para desacreditar. Qué fácil es ser moralista. -dijo Galim, otro ángel.

-Qué difícil tener moral. -añadió Bee, una ángel que descendió para unirse al grupo.

-Su palabra es fóbica. -comentó Asmodeo, uniéndose a los rebeldes.

Más ángeles descendieron, uniéndose a los rebeldes con sonrisas en sus caras, cada uno expresando su descontento mientras formaban un círculo protector alrededor de la pareja principal. Alastor estaba sorprendido pero al mismo tiempo emocionado, reconfortado al ver que tantos pensaban como él y Luzbel.

Dios, con enojo y rabia, golpeó la mesa celestial, viendo cómo Azrael y Miguel volaban frente a los rebeldes.

-¡Una enorme grieta se formó en la tierra por tus pecados, LUCIFER! -gritó Dios, su voz llena de furia. - ¡ERES EL CREADOR DEL PECADO AL DARLE DE COMER EL FRUTO PROHIBIDO A MIS CREACIONES Y FORNICAR EN EL PARAÍSO! ¡TU CASTIGO SERÁ JAMÁS VER LA BONDAD DE LOS HUMANOS NI LA MÍNIMA PIZCA DE AMABILIDAD!

Todos los presentes estaban en shock, pero ninguno retrocedió.

-Y tú. -dijo Dios, mirando a Alastor, que fue rápidamente cubierto por Bee y Belfegor. -Pecaste al no aceptar a tu esposo y no saber respetar tu libertad, llevaste a un ángel a pecar por medio de la manipulación y la fornicación. -Al ver la sonrisa orgullosa del castaño, su enojo creció. "¡LA VIDA QUE CARGAS EN TU VIENTRE AHORA MISMO SERÁ ARREBATADA CON DOLOR! ¡DE TU VIENTRE NUNCA MÁS SALDRÁ UNA VIDA!

Cuando la sonrisa de Alastor desapareció, Dios sonrió ampliamente.

Todos los rebeldes miraron el vientre del castaño junto a su mano temblorosa. Asmodeo tomó su mano y lo abrazó, sintiendo su túnica mojarse con lágrimas.

-Todos ustedes sufrirán eternamente en la grieta del pecado. Expulsen a todos. -ordenó el Todopoderoso.

Un gran agujero se abrió en el suelo, dejando caer a todos los rebeldes. Asmodeo soltó accidentalmente a Alastor, que cayó solo.

Alastor estiró su mano, dando un último aliento al ver el agujero cerrarse y ahora solo viendo un rojo intenso. Sus lágrimas comenzaron a caer cuando sintió su espalda quemarse por la velocidad de la caída. A su alrededor, todos los ángeles caían también. Era una escena hermosa pero dolorosa.

Un fuerte abrazo y un cambio de lugar aliviaron el llanto de Alastor. Era Luzbel, o más bien, Lucifer. Iba perdiendo plumas de sus alas por la fuerza de la caída.

-Todo estará bien... -le susurró a su amor antes de estrellarse contra el suelo.

Un gran cráter se creó al impactar, levantando una cortina de humo. La onda expansiva afectó el doble a los demás ángeles, que al caer crearon cráteres más pequeños alrededor del principal. El paisaje era ahora un reflejo del caos y la desobediencia, un lugar rojo y ardiente, marcado por la rebelión de aquellos que habían decidido desafiar a su Creador.

Alas de Rebelión . //AppleRadio//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora