|Cap 26|

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—Te amo Significa que Nunca Te Dejare Ir—

En una reunión de los Pecados Capitales, Alastor se encontraba en la cabecera de la mesa, escuchando con paciencia los gritos y argumentos de los demonios que discutían sin parar

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En una reunión de los Pecados Capitales, Alastor se encontraba en la cabecera de la mesa, escuchando con paciencia los gritos y argumentos de los demonios que discutían sin parar. Los desacuerdos entre ellos eran habituales, y aunque algunos lograban articular ideas coherentes, la mayoría del tiempo era puro caos. Alastor, con su rostro habitual de serenidad y control, empezaba a sentir la tensión apoderándose de él. Qué estrés.

De repente, un golpeteo en la puerta interrumpió el tumulto, logrando lo que nada más había podido: silencio absoluto. Todos los presentes se miraron con curiosidad, pero Alastor, sin apartar su atención de la reunión, dio una orden firme:

-Sigan, no le den importancia.

Los demonios intentaron volver a su discusión, pero el sonido persistente de los golpes en la puerta se hizo imposible de ignorar. Alastor apretó la mandíbula, su paciencia al borde del colapso.

-Carajo... -murmuró, clavando su mirada en la puerta, justo cuando Rot se adelantó para abrirla.

Al otro lado, se encontraba Lucifer, sosteniendo un imponente ramo de rosas rojas que parecían brillar con un resplandor propio. El contraste entre el majestuoso rey del Infierno y el delicado ramo era tan extraño como encantador.

-¿Majestad? -preguntó Rot, sorprendido al ver a Lucifer en una situación tan inusual.

-Quiero ver a mi esposo. Este ramo es para él. -dijo Lucifer con una sonrisa, sus ojos fijos en Alastor, que lo observaba con una mezcla de incredulidad y fastidio.

-Lucifer, vete. -ordenó Alastor, levantándose de su asiento, su voz impregnada de autoridad.

-No. Vengo a secuestrarte y a llevarte a un lugar tranquilo. -bromeó Lucifer mientras avanzaba hacia el centro de la sala, ignorando las miradas curiosas y las bocas abiertas de los otros demonios.

Alastor frunció el ceño, su paciencia agotándose rápidamente.

-Vete. Estamos en medio de una reunión que aún no ha terminado, Luzbel. -dijo con un tono que oscilaba entre la advertencia y el agotamiento.

Pero Lucifer, con su sonrisa obstinada, se mantuvo firme, sin mostrar la más mínima intención de retroceder. Su determinación era evidente, y su expresión no dejaba lugar a dudas de que no se marcharía hasta haber conseguido lo que quería.

Finalmente, Alastor suspiró, derrotado por la persistencia de Lucifer. Con un gesto rápido, tomó el ramo de flores de las manos de su esposo, lanzándole una mirada que mezclaba cansancio y resignación.

-¡Está bien! Tomaré el ramo de flores, PERO VETE YA. -gritó Alastor, agitando las rosas frente a Lucifer, como si eso pudiera hacerlo desaparecer.

-¡Noup! -dijo sonriendo dejando que una suave y alegre melodía empiece a sonar.

Alas de Rebelión . //AppleRadio//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora