|Cap 24|

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—Rot—

Antes de seguir con Lucifer tratando de recuperar el cariño de su esposo, les daré un contexto de por que Lucifer y Rot se llevan algo mal.

Después de que el infierno ganara nuevamente la exterminación anual gracias a Rot, este voló directamente al balcón del castillo MorningStar, adentrándose al pasillo de retratos y reliquias

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Después de que el infierno ganara nuevamente la exterminación anual gracias a Rot, este voló directamente al balcón del castillo MorningStar, adentrándose al pasillo de retratos y reliquias. Las paredes estaban decoradas con innumerables cuadros que mostraban la historia de la familia real, y estatuas adornaban cada rincón del pasillo. El ambiente era oscuro pero majestuoso, con antorchas que proyectaban sombras danzantes en las superficies pulidas.

En su corta y dolorosa caminata, Rot se encontró con la reina, Alastor, que observaba un cuadro familiar con una expresión pensativa.

-Diste buena pelea, Rot. -dijo Alastor, sonriendo y mirando en dirección del demonio.

-Agradezco que haya visto mis hazañas, su majestad. -respondió Rot, acercándose al doncel y arrodillándose con dificultad. Tomó con delicadeza la mano derecha del ciervo y le dio un grato beso.

Esa acción hizo sonreír al pelirrojo. 

Alastor extendió su mano hacia la mejilla ensangrentada del guerrero, el toque fue un consuelo para el adolorido sirviente.

-Has hecho un gran sacrificio por nosotros, Rot. -Alastor dijo suavemente mientras acariciaba la mejilla del demonio. -Ahora déjame curar tus heridas.

Alastor se arrodilló y comenzó a cantar una melodía suave y tranquilizadora. A medida que cantaba, las heridas de Rot empezaron a cerrarse, el dolor disminuyendo lentamente. Rot no pudo evitar sonreír, disfrutando de la mirada de odio que Lucifer le lanzaba desde la distancia.

Una semana había pasado desde ese acontecimiento, y Lucifer no había visto a su esposo por ningún lado. La preocupación crecía en su corazón oscuro.

-Caín, ¿has visto a tu madre? -preguntó Lucifer a su hijo, intentando mantener la calma.

-No lo sé. -respondió Caín, acostado en el sillón sin levantar la mirada. -Pero vi que se fue con Rot a algún lugar.

Lucifer sintió una repentina ira subir por su cuerpo. Sus ojos se oscurecieron y apretó los puños con fuerza.

-¿Con Rot? -gruñó, tratando de controlar su furia—. ¿Sabes a dónde fueron?

Caín finalmente levantó la mirada, notando la ira en su padre.

-No, padre. Solo los vi salir juntos. -dijo, encogiéndose de hombros.

Lucifer inhaló profundamente, tratando de calmarse. Se giró hacia la ventana, mirando el horizonte infernal con una mezcla de preocupación y rabia.

-Buscaré a Alastor yo mismo. -dijo en voz baja, más para sí mismo que para Caín. -Nadie se llevará a mi reina sin pagar las consecuencias.

Lucifer recorrió el castillo con pasos decididos, sus pensamientos una mezcla de furia, celos atorados y preocupación. Su búsqueda lo llevó a una habitación de invitados en una de las alas más alejadas del castillo. Abrió la puerta con cuidado y encontró a Alastor y Rot dormidos en la cama. La escena lo desconcertó: Alastor, el temido y poderoso ciervo demoníaco, acurrucado junto a Rot como si fueran simples mortales disfrutando de un descanso pacífico.

Se acercó sin hacer ruido y, con una voz suave, dijo:

-Alastor, despierta.

Mientras hablaba, Lucifer fulminaba a Rot con la mirada, sus celos manifestándose en un brillo peligroso en sus ojos. Alastor abrió los ojos lentamente, sus párpados pesados de sueño. Al ver a Lucifer, sonrió con somnolencia y comenzó a acariciar y apapachar a Rot, quien apenas se movió.

-Estoy durmiendo, Lucifer. -murmuró Alastor, sin molestarse en abrir completamente los ojos.

Lucifer suspiró, tratando de mantener la calma y no despertar bruscamente a su esposo. Con una mezcla de ternura y frustración, decidió actuar con suavidad. Se inclinó y cargó a Alastor como si fuera un saco de papas, levantándolo con cuidado. Mientras lo hacía, sombras emergieron del suelo, envolviendo al dormido Rot y llevándolo suavemente fuera de la habitación.

Caminando por el pasillo con Alastor sobre su hombro, Lucifer notó que su esposo comenzaba a despertar un poco más.

-¿Qué estás haciendo, Lucifer? Quería seguir durmiendo. -protestó Alastor con voz somnolienta, moviéndose ligeramente.

-Lo sé, mi amor, pero no es apropiado que duermas con Rot de esa manera. -respondió Lucifer, tratando de mantener la calma mientras ajustaba a Alastor en sus brazos.

Alastor suspiró y se acomodó en los brazos de Lucifer, cerrando los ojos nuevamente.

-Entonces, déjame dormir aquí contigo. -murmuró, ya casi volviendo a dormirse.

Lucifer miró a su esposo con una mezcla de amor y resignación. Con un movimiento cuidadoso, ajustó a Alastor en sus brazos, permitiéndole estar más cómodo.

-Duerme, mi querido venado. Te llevaré a nuestra habitación. -dijo con suavidad, su voz llena de ternura.

Alastor solo murmuró algo incomprensible y se hundió más en el sueño, mientras Lucifer continuaba su camino hacia sus aposentos. Las sombras que llevaban a Rot se desvanecieron en la oscuridad, dejándolo en una habitación cercana. Lucifer sabía que tendría que hablar con Rot más tarde, pero por ahora, solo quería asegurarse de que su amado Alastor estuviera cómodo y a salvo.


No se si exprese bien el odio de Lucifer a Rot y como este hacia burla de que el recibia mas atencion, pero espero al menos se entienda.

Alas de Rebelión . //AppleRadio//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora