Verónica había vivido toda su vida siendo la oveja negra de su familia mientras que Audrey, su melliza siempre era la favorita, pero con la decisión de Ben de traer a los Vk's a Auradon, la vida de Ronnie dara un giro completo convirtiéndose en un h...
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Verónica llevaba veinte minutos dando vueltas en su cama, había discutido con Audrey por haberse sentado aquella tarde con los Vk's y no dejaba de darle vueltas al asunto.
Audrey no dejaba de repetirle lo peligrosos que eran esos chicos y de decirle que no traerían nada bueno a Auradon, que ella no debía acercarse a ellos, tanto por su bien como por el de su familia.
Ronnie resopló cansada, solo quería dormirse y dejar de pensar en la prepotente y engreída de su hermana.
Se levantó de su cama sin hacer ruido y se coloco sus pantuflas guardando su teléfono en el bolsillo de su pantalón de pijama, Becca estaba dormida y no quería despertarla y explicarla todo lo que había estado rondando su cabeza.
Caminó hasta la cocina con la idea de una sopa caliente en su cabeza, sin duda Vero amaba la sopa con todo su corazón, le recordaba a Kuzco que le hacia sopa siempre que estaba triste o enferma y desde que era tan solo una niña lo había recordado como su comida favorita, lo relacionaba con recuerdos felices y por lo tanto con la alegría.
Abrió la puerta tarareando una animada canción, una vez cruzó entrando en la habitación se dió cuenta de que los villanos también estaban allí cocinando y frunció el ceño confundida.
— Hola— murmuró acercándose a ellos, estaba claro que su animo estaba mucho más bajo que de costumbre, las discusiones con Audrey siempre la hacían sentirse triste y consumida— ¿Que hacéis?
— Galletas— respondió mal sonriéndole falsamente, los nervios la consumían, no debía de darse cuenta de que trataban de hacer un hechizo de amor para Ben.
— A mi también me gustan los tentempiés nocturnos— les sonrió levemente tratando de no pagar sus problemas personales con ellos. Se acercó a Mal y bajo la mirada de todos los Vk's metió el dedo en la masa para probarla después.
— ¡No!— gritaron todos confundiendo a la chica.
— ¿Qué? No volveré a hacerlo lo juro— dijo levantando las manos.
— ¿Sientes algo?— pregunto Evie mirándola con curiosidad.
— Si, es posible que le falte algo.
Jay y Hugo se acercaron a ella apoyándose en la mesa mirándola coquetos.
— Hola— dijeron al uniso mientras Verónica los miraba alzando una ceja divertida por esa situación que no entendía para nada.
— Chocolate— le dijo Ronnie moviéndose por la cocina con gran rapidez y en ese momento Hugo supo que ella debía haber pasado mucho tiempo en aquel sitio.
— ¿Chocolate?— pregunto Jay.
— ¿Y eso es?— dijo Mal algo cansada de la interrupción moviendo la masa.
— Pepitas de chocolate, lo más importante y mejor que existe— explicó acercándose a ellos con un pequeño cuenco esparciendo un puñado en la masa— ¿Vuestros padres no os han hecho galletas con pepitas? Cuando estás triste y están recién salidas del horno con un gran vaso de leche y tu madre te hace reír y empiezas a verlo con perspectiva y...
