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A la mañana siguiente Verónica se había levantado de tan buen humor que Lola ni siquiera tuvo que ir a despertarla

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A la mañana siguiente Verónica se había levantado de tan buen humor que Lola ni siquiera tuvo que ir a despertarla.

Becca había ido a visitar a su madre aquella mañana por lo que Verónica caminaba sola hasta los grandes jardines de la academia buscando a Lonnie, la hija de Mulan, le había prometido ayudarla con sus clases de historia, pero no la encontraba por ningún lado.

Se acercó hasta la mesa de sus amigos dándose cuenta de que Edgar abrazaba a Ginna, últimamente parecían más cercanos de lo usual.

— Oye, ¿habéis visto a Lonnie?— los tres negaron y Edgar balbuceó con la boca llena de comida haciendo que Lola le lanzase un trozo de zanahoria para que parase.

— No hagas eso, da asco.

— Creo que estuvo ayer con los Vk's— respondió la pelirroja.

La rubia salió corriendo hasta donde se encontraban los Villanos y se apoyó en su mesa tratando de recuperar el aliento.

— ¿Habéis visto a Lonnie?

Hugo, Jay y Carlos se miraron confundidos sin saber realmente de quién les estaba hablando la chica.

Hugo la agarró del brazo sentándola junto a él bajo la intensa mirada de Jay. La abrazó por los hombros y apartó a un lado su comida centrando toda su atención en ella.

— Debe de estar alli— le dijo Evie señalando la mesa de Audrey.

Verónica puso su mano en su frente riñendose mentalmente, estaba claro que debía de estar ahí.

— Oye, habéis hecho muchos cambios de looks por aquí ¿no?— bromeó mirando a Mal.

— ¿Quieres uno?— le pregunto Carlos confundido, todas las chicas que habían ido a pedirle un cambio a Mal se sentían inseguras, pero todo en Verónica irradiaba seguridad.

— No le hace falta— dijo Hugo con tranquilidad sin ser consciente realmente de lo que había dicho.

— Tiene razón — secundó Jay.

Verónica notó como el calor subía hasta sus mejillas y bajo su mirada hasta el cuenco de frutas frente a Hugo. Agarró una uva y la mordió.

— ¿Para que buscas a Lonnie?— preguntó Mal curiosa. Se había dado cuenta de que Verónica siempre estaba de un lado a otra buscando a diferentes personas, siempre le pedían ayuda.

— Me pidió ayuda con sus clases de historia— dijo encogiéndose de hombros.

Lonnie la saludó desde la otra mesa y ahí fue cuando la rubia tomó el gesto como señal para ir junto a ella.

— ¿Te vas?— Mal alzó la ceja ante lo dicho por Jay y Hugo, últimamente solían hablar al mismo tiempo y parecía casi escalofriante. Parecía perros perdidos cada vez que Verónica se iba.

𝐇𝐔𝐑𝐀𝐂𝐀𝐍- DescendantsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora