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Como si los eventos no fuesen suficientes para tener a Verónica con la cabeza casi echando humo también se les añadían todas las entrevistas a las que estaba invitada últimamente y sin duda sentía que en cualquier momento iba a explotar

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Como si los eventos no fuesen suficientes para tener a Verónica con la cabeza casi echando humo también se les añadían todas las entrevistas a las que estaba invitada últimamente y sin duda sentía que en cualquier momento iba a explotar.

Hugo tocó la puerta de la habitación de la rubia esperando pacientemente, ambos tenían una entrevista con Blancanieves y le había prometido pasar por ella e ir juntos.

— Vamonos— le dijo Ronnie saliendo rápidamente por la puerta colgándose el bolso del hombro y agarrando la mano del chico arrastrándolo.

— Hay un coche esperando fuera no hace falta que corras— le dijo Hugo entrelazando sus dedos con los de la chica.

— Llegaremos tarde si no nos damos prisa— se quejó ella con la respiración agitada sin dejar de caminar— Después de la entrevista tengo que ir a ver al hada madrina para el cotillón.

Poco después estaban bajando del lujoso coche negro y caminando hasta donde Blancanieves los esperaba para comenzar la entrevista.

Antes de entrar Vero se soltó de Hugo alisándose la falda del vestido y asegurándose de que su pelo estaba perfectamente colocado.

— Buenos dias— saludo Blancanieves cuando ambos adolescentes estaban ya sentados en los sofás frente a ella.

— Buenos días Blanca— devolvió el gesto la rubia acomodándose en el sofá.

— La gente en Auradon no deja de preguntarse si vosotros dos sois ya una pareja oficial o si tal vez hay cierto moreno que también está entre vosotros— empezó con una sonrisa pícara.

— Nosotros no somos pareja— dijo Hugo deseando que la respuesta fuese otra, pero habían decidido no ponerse etiquetas en lo que había entre ellos tres y ese era el precio a pagar.

— Todo el mundo cree que si, o por lo menos que pronto lo sereis— siguió la mayor apoyando sus manos dejando relucir su manicura francesa que parecía estar recién hecha— me incluyo.

— Es complicado— habló Verónica sonriendo levemente.

Lo cierto es que eran casi una pareja, pero eran tres y eso iba a ser un escándalo si llegaba a pasar.

— Pero sois muy cercanos, eso no se puede negar— continuó la reportera.

— Si, casi desde el primer momento— sonrió Ronnie girando la cabeza hacia el chico.

— Sería un bombazo que anunciaseis vuestra relación, espero ser la primera en enterarme si eso llegará a pasar— guiño el ojo Blancanieves.

— Seriamos ideales— dijo Hugo con algo de burla sin poder evitarlo notando como el tacón de Ronnie chocaba contra sus zapatillas.

Hugo le sonrió fingiendo inocencia y ambos siguieron hablando con Blancanieves.

(...)

— ¡Tiene que ser una maldita broma! ¡Una horrible broma de mal gusto!— gritaba Yaiza levantándose del desgastado sofá de su guarida.

Todo el mundo cree que si, o por lo menos que pronto lo seréis me incluyo— se escuchaba de forma desgastada atraves de la vieja televisión.

— ¡Con una princesa!— siguió gritando la pelinegra.

— Déjalo Yai, ya sabías cómo era cuando te liaste con él— le dijo Dalia mirándose el nuevo diseño de uñas que su hermana pequeña había estado practicando en sus uñas.

— ¡Pero es mío! ¡Mio!— la señaló completamente colérica.

Habían estado viendo las interminables entrevistas a las que habían asistido los Vk's y sin duda Yaiza había visto lo suficiente como para odiar a Verónica aún sin conocerla de absolutamente nada.

— ¡La odio! ¡La odio!

— Oh por favor— se quejó la hija de Drizella echando la cabeza hacia atrás hasta.

Desde que Hugo había abandonado la isla su amiga había reducido toda su vida a esperar que regresará, pero Dalia siempre supo que no la quería y de poder jamás volverían a la isla.

— Todos sabemos cómo es Hugo y esa chica— señaló vagamente la televisión— es todo lo que le gusta a Hugo.

— Pero estuvo conmigo— se quejó la hija de Yzma— y esa y yo no nos parecemos en nada.

— También estuvo con una docena de chicas más, por lo menos— se encogió de hombros Dalia.

— Algún día saldré de esta maldita y juro que encontraré a esa princesita y volveré a tener lo que es mío— Dalia negó con la cabeza cansada.

(...)

— Tienes que tomarte un descanso— le decía Jay posando sus manos sobre los hombros de su casi novia.

— No tengo tiempo para un descanso— repitió Verónica agarrando la mano del hijo de Jafar con cariño— Tengo mucho que organizar, vestidos que mirar, zapatos por comprar, joyas que elegir y tengo que encargarme de que no me de algo antes.

Jay carcajeó suavemente apretando su agarre mientras Ronnie veía a lo lejos a Mal acercándose a ellos con la mirada algo perdida y mucho más decaída de lo normal. Vero frunció el ceño algo preocupada, últimamente su amiga estaba tan perdida en sus pensamientos que casi parecía que estaba en otro lugar muy lejos de Auradon.

— Mally, ¿Está todo bien?— preguntó cuando la ahora rubia abría su taquilla dejando algunos libros.

— Si, todo está bien ¿Algo no debería ir bien?— contesto confundiendo a los otros dos.

— Jay, nos vemos luego amor— le dijo dándole un corto beso en los labios agarrando de la mano a Mal y alejándola de la muchedumbre que había en los pasillos de la academia— ¿Estás segura de que todo está bien?

Mal suspiró sabiendo que a esas alturas Verónica si sabía que algo la preocupaba.

— Todo aquí se ha vuelto tan...— la hija de Maléfica suspiró pensando bien las palabras que iba a decir para tratar de no ofender a su amiga— agobiante, me siento casi asfixiada entre las entrevistas, las preguntas y los eventos, no puedo más. Yo no soy perfecta Vero y no lo voy a ser nunca.

— Yo tampoco soy perfecta, nadie lo es. Y la verdad es que yo también me siento algo agobiada con todo esto— le dijo Verónica.

— Pero todos quieren que lo sea, incluso Ben. Estáis todos tan bien integrados aquí, todos menos yo, a veces creo que debí haberme quedado en la isla— Ronnie abrió los ojos sorprendida por la confesión de su amiga.

— A veces a mí también me gustaría salir corriendo de aquí, pero si en su momento elegiste quedarte en Auradon por algo es— Mal la miró ladeando la cabeza no muy segura de ello.

Ella era una chica de la isla y a veces tanta presión la hacía querer volver corriendo a su antiguo hogar y abandonarlo todo, allí nadie esperaba que fuese la reina perfecta, todo aquello era demasiado para Mal.

𝐇𝐔𝐑𝐀𝐂𝐀𝐍- DescendantsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora