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La isla de los perdidos no había salido de la mente de Mal desde hacía semanas, todo en Auradon le parecía demasiado complicado, demasiado perfecto como para poder encajar ahí

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La isla de los perdidos no había salido de la mente de Mal desde hacía semanas, todo en Auradon le parecía demasiado complicado, demasiado perfecto como para poder encajar ahí.

Se había negado a dejar el libro de hechizo en el museo, había discutido con Ben y al parecer ninguno de sus amigos tenía el pensamiento de volver a la isla o extrañarla en algún sentido.

La chica caminaba entre los jardines dándole patadas a una piedra intentado descargar así toda su frustración.

— ¿Estás bien?— la voz de Verónica hizo que la tensión en sus hombros se disipase, Vero siempre se molestaba en intentar entenderla.

Mal suspiró, sabía que algo no iba bien con ella, pero tampoco estaba completamente segura de decirle que realmente estaba deseando huir de Auradon.

— Supongo— murmuró agachando la mirada sin atreverse a mirar a la rubia a los ojos.

— Mal, ¿sabes que puedes hablar conmigo?— apoyo su mano en el hombro de la villana consiguiendo que la mirase por fin— ¿lo sabes verdad?

— Si, pero ya hablamos el otro día de la isla y no quería parecer pesada, ni siquiera yo se lo que quiero ni lo que siento— intentó explicarse lo mejor que pudo.

— Mally, si necesitas hablar una cosa mil veces yo te voy a escuchar mil una si hace falta, no me molesta ni mucho menos me parecerás pesada— le aseguró Ronnie con una pequeña sonrisa.

Mal no pudo evitarlo y se lanzó sobre Verónica abrazándose a ella fuertemente con el pensamiento de que si Ronnie la soltaba todo sería mucho peor de lo que ya era arraigado en su mente.

— Quiero irme a la isla— susurró contra el cuello de Verónica mientras la princesa le acariciaba el pelo tratando de reconfortarla.

— ¿Ha pasado algo con Ben?— Mal no sabía cómo era posible que Vero siempre supiese cuando estaba mal y que intuyese el motivo de aquello.

— Discutimos y me grito, pero realmente no me importa— le resto importancia separándose de la rubia y encogiéndose de hombros.

Lola había recorrido toda la academia en busca de su mejor amiga y mientras corría por los jardines la vio a lo lejos con Mal y decidió acercarse a ellas.

— He hecho dos tartas, tres bandejas de galletas, cuatro cuadros y todavía siento que sería capaz de escalar una montaña— recapituló su día apoyándose en Ronnie que le sonrió para coger aire, pero pronto vio lo decaída que estaba su otra amiga y pronto la alegría se desvaneció pasando a ser preocupación— ¿Estás bien?

— Algo asi— negó con una sonrisa Mal divertida por la cantidad de energía que tenía Lola.

— Digamos que Auradon es agobiante para todos y Mal tiene que lidiar con mucha presión— resumió Verónica mientras las tres comenzaban a dar un paseo por los alrededores.

— Y no es solo eso ¿me equivoco?— preguntó la hija de Rapunzel sorprendiendo a la Vk.

— Díselo, Lola no te va a juzgar— le aseguró Ronnie con calma.

— Extraño la isla de los perdidos— dijo rápidamente deseando que realmente no le hubiesen escuchado, no quería más problemas de lo que ya estaba acumulando.

— ¿Y se supone que tengo que echarme hacia atrás y gritar de horror?— bromeó Lola haciendo que Mal riese levemente, seguramente Ben o incluso Evie no le hubiesen visto ningún sentido a lo que ella quería, pero al parecer aquellas princesas intentaban entenderla siempre lo mejor que podían. Mal amaba a Evie, pero en aquella situación no la entendía.

— A veces quiero irme y no volver— confesó— ¿Las princesas aquí siempre tenéis esa presión en el pecho y la sensación de que todo el mundo os juzga?

— Ojalá nosotras no tuviésemos que complir con todas las expectativas— respondió Lola.

— Aquí todo el mundo te juzga, te mira mal. Aquí te van a criticar por todo y por nada— siguió Ronnie— Mis padres jamás aceptarían una relación con un hijo de villano, pero con el tiempo te dejan de importar las opiniones.

— ¿Sabes lo que hacemos cuando estamos tristes?— le dijo Lola a Mal abrazándola por los hombros.

— ¿Qué?

— ¡Comer sopa!— habló ilusionada Veronica mordiéndose el labio inferior para aguantarse la risa cuando vio la cara de su amiga— y también tumbarnos a comer helado y chuches.

— Y también vamos de compras— finalizó Lola.

— Eso suena maravilloso— sonrió Mal.

Lola agarró a ambas chicas de la mano y las arrastro hasta las cocinas de la academia eufórica por la tarde de chicas que pasarían.

(...)

— ¿Y por qué  sigue con él si es un imbécil con ella?— se quejaba Mal tapada con las sábanas de la cama de Verónica.

Finalmente habían decidido que en vez de salir de compras se quedarían en la habitación de la hija de Aurora a ver películas.

— Porque a veces no vemos que son unos imbéciles.

— El amor es ciego Mally— se encogió de hombros Verónica.

Mal sonrió encantada, ni siquiera seguía triste, estaba tan tranquila que se había sorprendido a si misma.

Se sentía afortunada de que ambas princesas hubiesen aparecido en su vida, nunca le había gustado hablar de como se sentía porque realmente no sabía hacerlo y por su pasado había cosas que se le dificultaba hacer, explicar e incluso entender, pero al parecer esas dos rubias siempre se molestarían por entender hasta el problema más mínimo que se cruzase por su cabeza.

— Gracias— lo soltó sin pensar, pero se sentía tan agradecida que ni siquiera le hizo falta pensarlo.

— ¿Por qué?— dijeron las otras dos a la vez riendo levemente después.

— Por molestaros en entenderme, cualquiera me tomaría por loca por querer volver a la isla o siquiera por pensarlo— le estaba costando tanto manifestar sus sentimientos, pero sentía que se ahogaría si no lo hacia, sentía tantas cosas tan confusas al mismo tiempo que no sabía que hacer.

— Nada de gracias, para eso estamos— le dijo Lola.

— Si reímos juntas lloramos juntas— la señaló Verónica divertida— Pero enserio Mally, estamos aquí para lo que sea cuando sea, no dudes en buscarnos si lo necesitas.

Mal sonrió asintiendo creyendo que su corazón estaba tan lleno de cariño en ese momento que podría llegar a reventar.

𝐇𝐔𝐑𝐀𝐂𝐀𝐍- DescendantsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora