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Una vez Verónica se tranquilizó entro en la habitación de su hermana y la escena con la que se encontró le partió el corazón en dos

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Una vez Verónica se tranquilizó entro en la habitación de su hermana y la escena con la que se encontró le partió el corazón en dos.

Audrey estaba llorando sobre su tocador mientras que las fotos que tenía emarcadas con Ben estaban por el suelo y los cristales rotos esparcidos por la alfombra.

Se acercó a ella y la abrazó por la espalda sin decir ni una palabra Audrey se levantó y se abrazó a Verónica aferrándose a su cuerpo.

- ¿Por qué me ha hecho algo así?- Vero se mordió el labio inferior pensando las palabras correctas que podía decir para consolar a su melliza- Delante de todos, Verita.

- Porque es imbécil y todos los que le han animado igual, incluso Chad ha tenido más compasión y empatía que ellos- le acariciaba el pelo tranquilamente tratando de reconfortarla y tranquilizar sus sollozos.

- ¿Qué tiene Mal que yo no tenga?- aquella pregunta hizo que Verónica tuviese el impulso de llevar su mano hasta su pecho por el dolor que se estaba acumulando dentro de ella al ver a su hermana de esa forma.

- Nada, Drey, eres perfecta tal y como eres.

- Pero Ben...- Verónica chasco la lengua en desacuerdo con lo que su hermana estaba a punto de decir.

- Que un chico haya decidido hacer las cosas mal contigo no significa que haya sido tu culpa, él elige lo que hacer y lo que no, que haya querido irse con ella no conlleva que seas peor que Mal no que haya sido por algo que hayas hecho- Audrey separó su cabeza del pecho de su hermana para mirarla y supo que daba igual lo mal que hiciese las cosas su hermana estaría ahí para ella, Verónica sintió sus ojos llorosos cuándo vio el dolor reflejado en los ojos de su hermana y se odio a si misma cuando una lágrima se escapó de ellos, era Audrey la que estaba mal y no ella la que debía de llorar también, pero le dolía horrores ver a su hermana de esa forma.

- La abuela Leah- murmuró la castaña casi con terror- ¿Qué le voy a decir a ella?

- ¿Has dicho que estás con Chad no?- Audrey asintió- Él también es un príncipe se tendrá que conformar con eso. Además, su decepción siempre voy a ser yo- bromeó la chica causando una leve risa en su hermana.

- ¿Vas a estar siempre conmigo verdad, Verita?- Verónica sintió un deja vu tan fuerte que tuvo que aferrarse a su hermana para no caerse del mareo que la estaba invadiendo.

- Siempre, Drey.

- Aunque te gusten esos villanos- lo dijo con tanto asco que Verónica se sintió pequeña ante la mirada de su hermana.

- Audrey, eres mi hermana, hubiese golpeado a Ben si Lola y Ginna no me hubiesen agarrado antes- la castaña sonrió.

Audrey prefiero no seguir preguntando sobre lo que su hermana sentía o no por Jay y Hugo, había preferido ignorar el hecho de que su hermana no había respondió realmente a su pregunta, pero solo quería estar con ella un rato más sabiendo que la apoyaba incondicionalmente.

(...)

Mal caminaba tras Hugo intentando seguirle el ritmo, pero el moreno era bastante más rápido que ella.

Después de su discusión con Verónica se había negado a siquiera hablar con la pelimorada.

- ¡Hugo!- gritó ella llamando la atención del resto de personas que estaban allí.

Incluso a unos metros de distancia pudo escuchar el bufido que soltó el hijo de Hans, que a regañadientes se giró hacia ella deteniendo su camino. Ella también estaba frustrada por el enfado de Verónica, pero no quería que el enfado de la rubia conllevase a que se enfadasen entre ellos.

- ¿Qué?

- Yo no tengo la culpa de lo que ha hecho Ben- empezó Mal desesperada, tanto él como Jay parecían resentidos con el príncipe y por un momento creía que con ella también lo estaban- Siento que hayas discutido con Ronnie y también me da lástima Audrey, pero lo hago por mi madre, todo lo que quiero es que este orgullosa de mi.

Hugo suspiró y asintió, no era culpa de Mal las decisiones que tomaba o no Ben, ni tampoco la discusión que había tenido con Verónica.

- Si, tienes razón. No es tu culpa- cedió el chico acercándose a ella- Pero ahora Verónica ni se me acerca.

- Voy a intentar hablar con ella- dijo Mal girándose a buscar a la rubia entre la multitud y a lo lejos pudo reconocerla sentada junto a Lola y Lonnie con un montón de hojas y libros a su alrededor.

- Mal, no sé si es buena idea- llamó Hugo, pero ya era demasiado tarde, ya estaba llegando a donde se encontraba Verónica.

Ronnie levantó la vista de la hoja que estaba intentando memorizar, llevaba media hora y no conseguía nada, no dejaba de pensar una y otra vez en como se encontraría su hermana y en esos dos villanos que la estaban por volver loca. Cuando una figura se colocó frente a ella tapándole el sol alzó la mirada encontrándose con los potentes ojos verdes de Mal.

- ¿Podríamos hablar?- pidió en un tono que la pelimorada creía que nunca existiría en ella, había sonado casi dulce.

- Si.

Se levantó bajo la mirada de sus dos amigas y se alejo junto a la villana del resto de miradas curiosas.

- Yo... -ni siquiera sabía por donde empezar-Vero, no quería que eso pasará, Hugo me ha dicho que habéis discutido y yo no tenía ni idea de lo que iba a pasar.

- ¿Solo vienes a disculparte por Hugo?- se burló la rubia mirando a lo lejos donde Jay y él recién nombrado descansaban a la sombra de un árbol con la vista fija en ellas.

- No, yo siento lástima por Audrey, nunca pensé que Ben hiciese algo asi- Verónica alzó una ceja ¿lástima? su hermana no necesitaba la lástima de nadie- Creo que no estuvo bien.

- Pues se os vio a todos muy divertidos con ese espectáculo de tu novio- recalcó con burla- Humillasteis a mi hermana y yo no puedo permitirme eso, no quiero tener nada que ver contigo, con ninguno de vosotros, lo siento Mal.

Era de las primeras veces que no se refería a ella como Mally y la hija de Maléfica sintió un vacío en el estomago y un dolor en el pecho que la hicieron pensar que se iba a morir, realmente lo creyó. La rubia se dió la vuelta y volvió junto a las princesas con el humor por los suelos y Mal corrió hasta sus amigos y se agarró a Evie preocupando a Ben.

- ¿Qué te pasa?- pregunto la peliazul preocupada.

- Me duele el pecho- puso un puchero y Jay frunció el ceño, parecía asustada de verdad- y es como si algo se estuviese tragando mi estómago dejándome vacia- lo decía tan preocupada que la peliazul puso su mano en la frente de su mejor amiga asegurándose de que no estuviese realmente enferma.

- Se llama preocupación- le dijo Edgar suavemente apretando el hombro del hijo de Jafar- Supongo que no ha ido bien con Ronnie-Mal negó sin despegar su mano de su pecho.

- No me ha llamado Mally, ni me ha sonreído y no me ha llamado Mally- Evie apretó los labios, no sabía cómo podría arreglar todo ese problema, pero sin duda sus amigos no soportarían mucho el hecho de que Ronnie los estuviese apartando de su vida- No quiere tener nada que ver conmigo- terminó en un hilo de voz sintiendo los brazos de Ben rodearla, pero lo aparto y se acercó a Hugo abrazándose a él.

El hijo de Hans le respondió el gesto observando a lo lejos como Verónica abandonaba el lugar, desde su sitio podía saber lo cabreada que estaba con ellos y le dolía tanto, ni siquiera le había dirigido la más mínima palabra.

Ben miró casi con recelo como el brazo de Hugo rodeaba la cintura de Mal, pero zarandeo la cabeza alejando todos los pensamientos negativos de su cabeza, de todas formas le tenía más confianza a aquel chico que a él y esa era la verdad.

𝐇𝐔𝐑𝐀𝐂𝐀𝐍- DescendantsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora