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Hugo y Jay habían estado una semana entera hablando con Edgar y preguntándole sobre cómo arreglar las cosas con Verónica, el rubio estaba tan harto que quiso huir de ellos en más de una ocasión sabiendo que preguntarían por su amiga rubia

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Hugo y Jay habían estado una semana entera hablando con Edgar y preguntándole sobre cómo arreglar las cosas con Verónica, el rubio estaba tan harto que quiso huir de ellos en más de una ocasión sabiendo que preguntarían por su amiga rubia.

— Vamos Bro, tiene que haber algo que podamos hacer— Hugo estaba tan desesperado que Edgar sintió pena, su pelo estaba más desordenado que de costumbre y bajo sus ojos se podían apreciar ojeras.

— Tienes que saber algo, la conoces desde hace mucho— alentó Jay, quién tampoco tenía mejor aspecto, incluso había perdido cuatro veces su teléfono aquel día.

— Hablad con ella, no es tan complicado— sugirió Edgar.

Hugo y Jay se miraron, el hijo de Hans ya lo había intentado y no había salido muy bien, Jay tenía miedo de fracasar y ser rechazado por ella.

— Ya lo intente ¿Recuerdas cómo salió?

— Era todo muy reciente y justificaste a Ben— el rubio le señaló acusatoriamente con el dedo— Decirle como os sentís.

Antes de que alguno de los dos villanos pudiese volver a pedir algún consejo se vieron deslumbrados por aquel pelo dorado que les había estado robando el sueño y los pensamientos últimamente y no tardaron en ver cómo Edgar iba tras ella sin molestarse en despedirse, lo cierto es que eso tampoco les importaba.

—  Por Dios, perdónale porque sino me voy a lanzar de nuevo por la madriguera— dijo parandose junto a la taquilla de Vero— Perdonalos a los dos.

— No es tan fácil Ed ,y lo sabes— suspiró la chica cerrando su casillero.

— Vamos Ronnie, nunca te he pedido nada ¿si? Te pido esto ahora, perdónalos antes de que me lance por la madriguera tratando de huir de ellos y su desesperación porque les perdones.

Verónica no pudo evitar sonreír ante lo dicho por su amigo, no creía que a ninguno de los villanos les estuviese afectando tanto como el rubio decía, tenía tendencia al dramatismo.

— Si quieren venir a hablar, bienvenidos son— dijo la rubia marchándose de allí.

Edgar volvió junto a los villanos y se paró mirando fijamente a Hugo y a Jay.

— Hablad con ella— exigió.

(...)

Audrey había salido con Chad de compras, estaban buscando un traje que combinase con el vestido que ella llevaría el día de la familia, por lo que aquella tarde Verónica era completamente libre de haber lo que quisiese y ese día solo quería dormir e ignorar todos los problemas asique se fue hasta su habitación pensando en su comoda cama y sus sábanas calentitas, pero una vez con el pijama ya puesto y a punto de meterse en la cama unos toques en la puerta la hicieron levantarse de mala gana.

Jay y Hugo estaban al otro lado de la puerta rezando mentalmente para que Verónica no los mandase a la mierda cuando les viese.

— ¿Pasa algo?— preguntó la rubia sabiendo de sobra lo que pasaba tanto entre ellos como por el problema con Audrey.

𝐇𝐔𝐑𝐀𝐂𝐀𝐍- DescendantsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora