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— De verdad chicas, no tengo tiempo ahora— repitió Verónica siguiendo su camino con Evie y Becca siguiéndola de cerca

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— De verdad chicas, no tengo tiempo ahora— repitió Verónica siguiendo su camino con Evie y Becca siguiéndola de cerca.

— Tu no tienes tiempo nunca Ronnie— se burló Jay a su lado.

— Pero esque hemos diseñado un vestido para ti— trato de persuadirle la peliazul.

— Estoy segura de que al hada madrina no le molestará que busques un vestido para el cotillón, ni siquiera has ido a comprarte uno— le dijo Becca agarrándola de la muñeca haciéndola frenar.

— Vamos amor, no querrás ir sin vestido ¿no?— las intento ayudar el hijo de Jafar.

Vero suspiró, lo cierto era que tanto Jane como el hada madrina la habían mantenido tan ocupada que apenas había tenido tiempo suficiente para pensar en que realmente sí necesitaba un vestido para el cotillón y no se había parado ni a mirar una tienda.

— Vale, pero rápido que tengo que mirar colores de cristales o algo así con Jane, Hugo me ha pedido que le ayude a elegir traje y tengo que hacerle un favor a Lonnie— recapituló alguna de las cosas que tenía pendiente aquel día.

— ¡Si! Genial, vámonos— festejo Evie agarrándola de la mano y arrastrándola hasta su habitación donde Mal las estaba esperando también.

— Así que lo han conseguido— sonrió hacia Veronica— Pensé que no podrían convencerte.

— Y no lo habrían hecho— aseguró la hija de Aurora— Pero realmente necesito un vestido.

Jay sonrió burlona hacia Mal acercándose a su chica.

— Yo tengo entrenamiento— le dijo despidiéndose dándole un suave beso en los labios.

— Claro, adios— murmuró olvidándose por completo de que había quedado con Lonnie para ayudarla a entrar en el equipo. Verónica había aceptado pero estaba segura de que las capacidades de la morena eran muy superiores a las de algunos de los jugadores del equipo.

— Pruebatelo— exigió Becca mostrándole el vestido rojo con detalles dorados que habían diseñado específicamente para ella.

Normalmente en los eventos especiales a algunas personas de Auradon les gustaba vestir de colores o con alguna cosa que hiciese alusión a sus padres o antepasados, pero Verónica había decidido que las únicas personas a las que ella quería honrar eran Kuzco, Hércules y Megara, ni siquiera había vuelto a hablar con sus padres desde el día de la coronación y estaba segura de que su abuela Leah ni siquiera le dirigiría la palabra.

— Chicas de verdad no tengo nada de tiempo— se quejó tocándose el pelo de forma nerviosa.

— Pruebatelo y luego te sigues quejando, Ronnie— le dijo Evie sonriendo levemente. Le causaba diversión el hecho de que Veronica siempre estuviese corriendo de un sitio a otro atareada con miles de cosas diferentes— Ya te he dicho que no te vamos a robar mucho tiempo.

— Si, y lo hemos hecho solo y exclusivamente para ti— secundó la hija de Blancanieves.

— Además me muero por ver cómo te queda— habló Evie en un tono ilusionado mientras sacaba otro vestido para Mal— Pruébatelo— exigió hacia su mejor amiga.

Ambas rubias se pusieron los vestidos mientras sus dos amigas se acercaban a ellas para darles los últimos retoques a los vestidos estando completamente seguras de que estarían perfectas el día del cotillón.

— ¡Oh!— se quejó Mal cuando Evie apretó su corsé— Vale Evie no puedo respirar.

— Bueno, respiraras después del cotillón.

— Sinceramente lo dudo, después hay por lo menos veinte actos más y no consigo recordad de que va ninguno— el tono de Mal era cansado y decaído y Vero la miró preocupada sabiendo que por la mente de su amiga llevaban pasando muchas cosas las últimas semanas.

— Y yo tengo que ayudar a prepararlos todos— se quejó riendo levemente tratando de apaciguar el ambiente.

— Tienes que aprender a decir que no— apuntó la hija de Maléfica señalándola.

— Pero esque si me lo pide el hada madrina no puedo— suspiró frustrada.

— Impecable— dijeron Evie y Becca a la vez observando sus vestidos. Ambas se miraron y comenzaron a reír.

— Evie— la llamó Mal sabiendo que podía preguntarle aquello que rondaba su cabeza aún con ambas princesas delante— ¿Piensas alguna vez lo que estaríamos haciendo si estuviéramos en la isla?

— Que graciosa— le respondió la peliazul riendo— Mira quién esta en la tele— sonrió mirando la pantalla.

Mal se sento sobre su cama y Verónica sobre la de Evie, no sabía cuánto tiempo aguantaría allí antes de salir corriendo hacia otro lugar a seguir con todas las cosas que todavía tenía pendientes por hacer aquel día.

— A mi si me gustaría saber cómo es la isla— comentó la hija de Aurora con curiosidad— Siempre se habla de allí, pero jamás lo he visto y honestamente me muero de curiosidad.

— Es un sitio lleno de basura, maldad y mucha mucha pobreza y suciedad— dijo Evie mirando la pantalla de su iPad.

— En la isla no hay normas— le dijo Mal sonriendo, adoraba a Veronica porque siempre la entendía y en el fondo sentía que ambas tenían un cierto parecido que las había hecho encajar de aquella manera— Puedes coger lo que quieras, hacer cualquier cosa.

— Hay que luchar para sobrevivir— añadió Evie.

Ronnie miró a Mal con curiosidad, su tono era completamente diferente al de Evie, Mal hablaba desde la nostalgia mientras que la hija de la reina malvada lo hacía desde un dolor  o una pesadez instaurada dentro de ella con relación a la isla.

— Pero no te juzgan si no eres perfecta— aseguro Mal mirando sus uñas con aburrimiento.

Verónica se acercó hacia Mal sentándose junto a ella en la cama agarrando su mano para captar su atención.

— Suena genial— aseguró— Aquí siempre hay normas y estándares, pero allí simplemente haces lo que quieres.

— Allí rompes las normas porque no existen, haces el loco sin que nadie te frene.

Evie frunció el ceño pensando que quizá aquellas preguntas de Mal tenían un trasfondo más oscuro de lo que pensaba y que sumado a la curiosidad de Ronnie podría traer problemas.

— ¡Me tengo que ir!— gritó la rubia levantándose para cambiarse rápidamente parándose antes de atravesar la puerta se paró agarrándose al marco de esta mirando a sus tres amigas— ¡Gracias, os amo!

Y entonces salió corriendo hasta donde Jane debía de estar mirando todos los preparativos que les quedaban por cuadrar.

— Lo siento Jane— se disculpó apoyandose en una mesa para tratar de recuperar el aliento— Evie y Becca me han hecho un vestido y me convencieron para probarmelo y no había tenido tiempo antes de buscar un vestido hasta ahora y por eso he llegado tarde hasta aquí— explicó rápidamente mientras Jane la miraba con una sonrisa divertida.

— No hace falta que te agobies— aseguro apoyando sus manos sobre los hombros de la chica— Nos haces un gran favor ayudando siempre con los preparativos, pero eso no tiene que llevar a que dejes tu vida de lado por todo esto, Vero.

— Pero se lo dije a tu madre...— murmuró.

— Elegimos ahora un par de cosas más y tú te vas a ir con Hugo, con Jay o con Mal a hacer cualquier otra cosa que no este relacionado con el cotillón.

— Vale— se resignó.

Jane sonrió realmente agradecida de que Ronnie la estuviese ayudando con los preparativos de todas las festividades, ella creía que si solo estuviese en su mano se volvería loca entre tipos de servilletas, pasteles y platos.

𝐇𝐔𝐑𝐀𝐂𝐀𝐍- DescendantsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora