LXV

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Denna

Cada día me sentía peor, era completamente inservible, Alexia lo hacía todo ella sola y yo me sentía peor aún por no poder ayudarla.

Solo llevaba una semana de reposo, pero estaba ya hasta el mismísimo, al menos estaba con ella en casa y no me sentía sola.

Sabía que lo más probable es que no pudiese volver a jugar, poco a poco me iba preparando mentalmente para aceptar aquello, pero era completamente incapaz de hacerlo.

Alexia me hizo unas tortitas deliciosas para merendar, no sabía cómo agradecerle lo mucho que me estaba cuidando, era la mejor mujer que se podía tener al lado.

Al estar tanto tiempo sin hacer nada tuve tiempo para ir avanzando algunas cosas de la boda, contratar un catering, músicos, empezar a pensar el destino de la luna de miel, etc.

Las primeras semanas de reposo tenía que tomarme unas pastillas para el dolor después de cada comida, aquellas pastillas no solo me relajaban el dolor del tobillo después de la operación, si no que me relajaban entera y solía quedarme dormida después de tomarlas.

Después de merendar me tomé la pastilla, Alexia y yo estábamos mirando en el portátil sitios donde ir de luna de miel, poco a poco fui notando como se me cerraban los ojos, ella se dió cuenta y cerró el portátil para quitarlo de mis piernas.

-Duerme un rato-Dijo dejando un beso en mi cabeza y acto seguido yo me tumbé sobre su regazo.

Pocos minutos después me quedé completamente dormida mientras ella acariciaba mi pelo.

No se cuanto dormí, pero cuando me desperté ya había oscurecido, seguía sobre el regazo de mi prometida mientras ella se leía el libro que me regaló para mí cumpleaños, el cual yo ya me había terminado, me moví un poco y en cuando lo hice volvió a acariciar mi cabeza, siempre que me desvelaba un poco hacía eso para ayudarme a dormir de nuevo.

Volví a caer en los brazos de Morfeo, no estaba cansada, pero la relajación que me transmitía aquel momento me hacía dormirme por completo.

Me desperté con el timbre de la puerta, me incorporé para que Alexia pudiese salir y ella fue hacía la puerta, con los ojos aún borrosos de haberme despertado ahora mismo vi como cogía una bolsa le daba las gracias a un repartidor y sentaba de nuevo dejando la bolsa en la mesa.

-¿Japo?-Pregunté con voz de dormida y ella asintió.

-He pedido tu ramen favorito-Dijo sacándole una sonrisa.

Preparó todo lo necesario para comer mientras yo sacaba toda la comida de la bolsa, no nos íbamos a quedar con hambre, eso seguro.

-¿Quieres?-Le pregunté ofreciéndole un poco de mí ramen.

-Eso pica como el infierno, ni de coña-Dijo causando mi risa.

-Yo no critico tu arroz enrollado en alga-Dije haciéndome la ofendida.

-Y bien que haces, porque sabes que está buenísimo-Dijo llevándose un Maki de salmón a la boca.

-¿Pescado crudo?, quita, quita, mejor me quedo con el picante-Dije haciéndola reír.

Seguimos comiendo entre risas, al terminar ella recogió todo y se tumbó junto a mí al terminar, fue directa a mis labios, eso era otra cosa por la que odiaba la lesión, Alexia no quería que hiciese ningún movimiento de más, y eso significaba que llevábamos demasiado tiempo si hacerlo.

-Denna no...-Me regañó cuando aquel beso empezó a intensificarse y yo rodé los ojos con un suspiro.

-No puedo ni acostarme con mi prometido, esto es un infierno-Dije causando su risa y ella dejó un tierno beso en mis labios.

-En unos meses-Me dijo dejándome boquiabierta.

-¿¡Meses!?-Pregunté sin creerme lo que acababa de decir.

-Podrás aguantar-Dijo poniendo una mano en mi hombro en forma de apoyo sarcásticamente.

-Lo haré yo sola-Solté de golpe y su expresión cambió.

-No amenaces-Dijo seria y yo reí.

...

Alexia no mentía, llevábamos más de un mes sin pasar de un simple lío, y eso me estaba matando, siempre me quedaba con ganas de más.

Hoy tenía mi primera sesión de rehabilitación con el fisio el cual Alexia había contratado, la parecer estaba especializado en este tipo de lesiones, de camino a su consulta estaba de los nervios.

-Todo saldrá bien-Dijo Alexia dejando un apretón en mi muslo, lugar dónde su mano había estado apoyada todo el trayecto.

-¿Y si no?-Pregunté con miedo.

-Si no, yo estaré aquí en todo momento y no lo afrontaras sola-Dijo con una sonrisa tranquilizadora y aquellas palabras me relajaron un poco.

Al llegar me presenté al fisio, era un chico bastante amable y simpática, se le notaba que tenía muchísimo experiencia y eso me daba muchísima seguridad, al ser la primera sesión no fue nada muy fuerte, solo ligeros movimientos para ir recuperando la movilidad total de la zona lesionada.

El fisio y Alexia no dejaban de darme palabras de ánimo, pero yo notaba que en los ejercicios me quedaba muy lejos de lo que tenía que conseguir.

Hacía solo unas semanas que ya no llevaba escayola y ahora llevaba una bota que era incómoda de cojones, sobre todo para dormir, poco a poco me fui acostumbrando, sentía que tendría que estar con ella puesta más de lo previsto.

-Hemos terminado por hoy González, es la primera sesión y es normal que te cuesten tanto algunos ejercicios, pero intenta hacerlos también en casa, no te vengas abajo, puedes conseguirlo-Dijo el fisio antes de que saliéramos.

-¿Ves como no ha ido tan mal?-Dijo Alexia mientras subiamos al coche.

-¿Qué no?, Ale no he podido hacer ni un ejercicio entero-Dije algo irritada y rápido me di cuenta de que estaba siendo bastante borde-Lo siento, tú no tienes culpa de nada, no tendría que haberte hablado así-Me disculpé rápido al darme cuenta de mi error.

-No te preocupes, entiendo cómo te sientes. A veces, no quieres escuchar mensajes de ánimo o apoyo porque no ves una luz al final del túnel, pero te aseguro que la hay, en momentos de así es natural sentirse abrumada y creer que no hay salida, pero es importante recordar que, aunque ahora todo parezca oscuro, la vida tiene una manera de cambiar y mejorar, todo esto es temporal, y aunque el camino pueda ser largo y desafiante, te repito hay una luz al final del túnel, puede ser difícil ver progreso cuando te sientes atrapada en una tormenta de emociones y dificultades, pero incluso los pasos más pequeños hacía adelante son significativos-Soltó dejándome completamente sorprendida.

-Joder Ale...ha sido precioso-Dijo sonriente y ella se sonrojó un poco.

-Esque quiero acerte ver de alguna manera que aunque las cosas se pongan difíciles todo estará bien, no te quiero ver mal ni frustrada, no me gusta ver así a la persona que amo, ya te vi así una vez y no supe afrontarlo, ahora te ayudaré, y si caes yo estaré ahí para levantarte una y otra vez-Dijo mirándome fija y yo no pude evitar que una lágrima corriese por mi mejilla, acto seguido la besé con los sentimientos a flor de piel.

-¿Te puedo pedir otra vez que te cases conmigo?-Pregunté en medio del beso y ella soltó una risa.

-Todas las que quieras-Dijo para después dejar un beso en la punta de mi nariz y separarse de mí para conducir hasta casa.
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Alexia se ha puesto sentimental en este capítulo

no pueden ser más monas juntas


𝐈 𝐇𝐀𝐓𝐄 𝐘𝐎𝐔-𝐀𝐥𝐞𝐱𝐢𝐚 𝐏𝐮𝐭𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora