LXVII

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Tres meses después
Denna

Habían pasado ya tres meses desde que dejé el fútbol, por culpa de la lesión tuvimos que retrasar la boda un poco, en teoría tendríamos que habernos casado a principios de Junio, pero al final decidimos que sería a finales de agosto, unos días después de que Alexia volviese de jugar la Eurocopa en suiza.

Cuando volvió no nos vimos, nos casariamaos en la playa de Ibiza, en la cual nos dimos nuestro primer beso, nuestra familia y amigas habían planeado que no nos viésemos hasta el día de la boda así que viajaríamos a Ibiza por separado.

Yo me quedé en un apartamento con Marina y mis amigos más cercanos y Alexia estaba en otro con las chicas y su familia.

-¿Quién diría que serías la primera en casarte?-Dijo Nerea mirándome orgullosa.

-La que menos vida amorosa tenía y mírala-Añadió su novio con una sonrisa.

-A ver quién es el siguiente-Dije con una risa.

Esa casa era grande, pero aún así tuvimos que compartir habitaciones, Obviamente Nico y Nerea durmieron juntos en una, Marina y yo en otra y por último Gabriel durmió solo, si, Gabriel estaba aquí, había sido mi mejor amigo durante muchísimos años y tuvimos una madura conversación sobre lo que pasó, aquello hizo que nos arreglasemos un poco.

Pasamos toda la mañana preparando cosas, Marina se tiró todo el día de una casa a otra para ayudar en todo, al menos los dos apartamentos eran vecinos y no era para tanto.

Alexia

Ya estaba completamente preparada para ir hacía la playa, sería yo la que la esperaría en el altar, de camino entraba de los nervios, no dejaba de jugar con mi anillo.

-Ey, estate tranquila-Dijo mi hermana dándome la mano.

-¿Como voy a estar tranquila?, ¿Y si se arrepiente o tiene dudas?, ¿Qué pasa si no aparece?-Dijo con notable ansiedad en la voz.

-Veo completamente imposible que Denna te deje tirada, solo hace falta ver cómo te mira y como es contigo, ella estará igual de nerviosa que tú, y eso es normal, pero no pienses esas cosas y disfruta de tu día-Dijo ahora mi madre y yo sonreí.

No tardamos mucho más en llegar, era todo precioso, los invitados ya estaban allí, mi madre dejó un beso en mi frente y volvió a irse, ella sería la encargada de llevar a Denna al altar.

Cada una de nosotras tenía dos damas de honor, las de Denna eran Marina y Nora, sus dos mejores amigas, y las mías Alba y por una promesa del pasado Mapi.

El momento llegó y mi corazón iba a mil, pero me relajé por completo al verla de nuevo, caminando del barco de mi madre y acercándose a mí.

Tercera persona

El sol comenzaba a descender, pintando el cielo con tonos dorados y rosados. Una suave brisa marina acariciaba sus rostros mientras se preparaban en pequeñas cabañas de madera, escondidas entre palmeras. Denna, con su cabello ondulado suelto y una corona de flores silvestres, respiraba profundamente, tratando de calmar los nervios que se mezclaban con la emoción. Alexia, con un sencillo vestido de lino blanco, ajustaba los últimos detalles de su atuendo, sintiendo la misma mezcla de nerviosismo y felicidad.

Los invitados, amigos cercanos y familiares, se reunían en la arena, formando un semicírculo íntimo alrededor del altar decorado con conchas y flores tropicales. El sonido del océano proporcionaba una banda sonora natural, perfecta para la ocasión.

Denna caminó hacia el altar, sus pies descalzos hundiéndose ligeramente en la arena, mientras su mirada buscaba a Alexia, quien la esperaba con una sonrisa que reflejaba todo el amor y la historia compartida. Al encontrarse sus ojos, el mundo exterior desapareció, y solo existieron ellas dos, recordando el primer beso bajo el mismo cielo.

El oficiante, un viejo amigo de la pareja, comenzó la ceremonia hablando de cómo la playa había sido testigo del inicio de su amor. Con voz cálida y llena de emoción, les pidió que compartieran sus votos. Alexia fue la primera. Sus palabras, cargadas de sinceridad, recordaron los momentos difíciles y los hermosos que habían vivido juntas, prometiendo seguir a su lado en cada etapa que la vida les presentara. Denna, con lágrimas de felicidad, habló de cómo Alexia había transformado su vida y cómo esperaba seguir construyendo recuerdos juntas, cada uno más significativo que el anterior.

Cuando llegó el momento de intercambiar los anillos, la brisa marina pareció detenerse, como si incluso la naturaleza quisiera ser testigo de ese instante. Con las manos entrelazadas y el amor reflejado en sus miradas, sellaron sus votos con un beso. Aquel beso no era solo un símbolo de su unión, sino también un homenaje al primer beso que habían compartido en ese mismo lugar.

Los aplausos y las risas de sus seres queridos llenaron el aire mientras el sol se ocultaba en el horizonte, dejando paso a una noche estrellada. La celebración continuó con una cena al aire libre, luces colgantes y música que invitaba a bailar. Pero para Alexia y Denna, lo más importante era que estaban comenzando una nueva etapa en el mismo lugar donde todo había empezado, con el sonido del mar como testigo constante de su amor eterno.

Denna

Ya está, Alexia Putellas era mí mujer, fue el momento más feliz de mi vida, después de todos los momentos duros que pasé antes de conocerla e incluso algunos durante la relación, podía decir que ahora era completamente feliz, con la mujer de mi vida al lado.

Durante la cena todos hablaban y reían, pero nosotras estábamos en nuestro propio mundo hablando y riendo entre nosotras y aprovechando cualquier momento para dejar alguna caricia en el cuerpo de la otra.

Bailamos juntas una canción lenta a la que se fue agregando más gente, cada vez que la miraba o besaba me perdía completamente en ella.

Nos cambiamos de vestido para poder disfrutar de la fiesta como dios manda, antes de que la buena música comenzase había una tradición que queríamos cumplir, todas las invitadas se pusieron juntas y Alexia se puso de espaldas para lanzar el ramo, el cual cayó directamente sobre las manos de su hermana.

La cara de Alba fue un plano y todas reímos, vi como Marina le guiñaba un ojo y acto seguido dejaba un beso en sus labios, aquellas dos no tardarían mucho en dar también el paso.

La primera canción en sonar fue Reina, obviamente volví a cantársela entera a mí ahora mujer mientras ella me miraba con una sonrisa que reflejaba puro amor.
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Mis amores, tic tac para el final😞

Ya las tenemos casadas, falta la luna de miel y ya se acaba la historia

𝐈 𝐇𝐀𝐓𝐄 𝐘𝐎𝐔-𝐀𝐥𝐞𝐱𝐢𝐚 𝐏𝐮𝐭𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora