LVIII

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Sus palabras enviaron un escalofrío de anticipación por mi columna. Denna se apartó un poco para ajustar la temperatura del agua, asegurándose de que fuera perfecta. Luego, sus manos volvieron a recorrer mi cuerpo, explorando cada rincón con una mezcla de delicadeza y firmeza que me hacía estremecer.

Esta vez, Denna tomó el control completamente, y yo dejé que lo hiciera sin problema. Me agarró del cuello y me beso con fuerza, apretó su cuerpo contra el mío obligándome a retroceder, fue así hasta que mi espalda chocó contra la pared de la ducha, la mano que tenía libre se deslizó hacia abajo, acariciando mis muslos antes de encontrar su objetivo. Sentí cómo su toque seguro y experto despertaba cada nervio de mi cuerpo, llevándome rápidamente a un estado de intensa excitación, aún no recuperada del todo de la anterior.

Denna se agachó lentamente, sus labios dejando un rastro de besos húmedos y cálidos por mi abdomen. Cuando llegó a mi intimidad, no dudó en usar su lengua de una manera que me hizo gemir y aferrarme al borde de la bañera para mantener el equilibrio. Cada movimiento, cada caricia de su lengua y sus labios, era meticulosamente calculado para llevarme al límite del placer.

El agua seguía cayendo, mezclándose con el sudor y el calor de nuestros cuerpos, creando un ambiente de vapor y pasión. Denna se tomó su tiempo, disfrutando de cada segundo, y yo me dejé llevar por las olas de placer que recorrían mi cuerpo.

Cuando finalmente el clímax se acercaba, mis gemidos se hicieron más intensos, y mis piernas comenzaron a temblar. Denna intensificó sus caricias y sus movimiento, al notar mi inestabilidad me agarró de las caderas y me sujetó contra la pared, mis manos pasaron a su cabeza, enredándose con su melena rubia para que no se separase de mi en ningún momento.

Nunca pensé que pudiese tener dos orgasmos tan fuertes seguidos, pero ella lo consiguió llevándome a un segundo orgasmo profundo y liberador que me dejó sin aliento, aferrada a ella mientras el agua seguía cayendo.

Nos quedamos un momento más bajo la ducha, nuestras respiraciones entrelazadas, disfrutando de la intimidad y la conexión que habíamos compartido. Denna se incorporó, besándome de nuevo con una ternura que contrastaba con la intensidad de lo que acabábamos de experimentar.

-Te amo-Me dijo suavemente, sus ojos llenos de amor y satisfacción.

-Y yo a ti-respondí, sintiéndome más cerca de ella que nunca, agradecida por la conexión profunda y el amor incondicional que compartíamos.

Cuando recuperé algo de fuerza salimos de la ducha, ambas nos pusimos los albornoces que daba el hotel y yo seguí intentando recuperar mi aliento.

De repente noté como pasaba un brazo por debajo de los míos y otro por debajo de mis piernas levantándome del suelo cual película romántica.

Así salí del baño, en los brazos de mi futura mujer, me dejó sobre la cama y dejó un último beso en mis labios.

-Todas las chicas estarán abajo, ¿Bajamos?-Preguntó mientras se vestía.

-Me acabas de anular complemente y pretendes que bajé, ves tú, en unos minutos bajo, cuando me pueda mantener en pie-Dije tumbándome mejor en la cama y ella rió.

-Allí te espero, te amo Reina-Dijo dejando otro beso en mis labios.

Denna nunca me había llamado por algún apodo, pero parecía que el de Reina le había gustado y mucho, normalmente me daba algo de rabia que me llamaran así, pero si lo hacía ella me encantaba.

Denna

Cuando bajé muchas estaban merendando, cuando entré a la cafetería se me quedaron mirando.

-5 euros a que Alexia también baja con el pelo mojado -Dijo Laia solo verme y yo reí.

-Alexia llegando de las últimas, ¿Qué le estás haciendo?-Dijo Irene haciéndose la dramática.

-Se está cambiando, ahora baja-Dije sentándome junto a ellas entre risas.

No mucho después Alexia llegó, con ropa mía puesta, se sentó junto a mí y me guiñó un ojo.

-Nunca te había visto esa camiseta-Dijo Misa fijándose en la ropa de mi chica.

-Es nueva-Contestó ella y yo negué con la cabeza riendo.

-Me da a mí que no eh, por la cara de González te puedo asegurar que es suya-Dijo Laia y ella comenzó a reír.

-Su ropa es más cómoda-Habló Alexia encogiéndose de hombros.

-Que cara tienes-Le dije mirándola mal en broma.

-Una preciosa-Dijo acercándose a mí peligrosamente.

-Que creído te lo tienes, fea-Le dije de coña y ella me robó un beso.

-Las demás también estamos aquí eh-Dijo Jenni causando nuestra risa.



Hoy era el primer partido de las olimpiadas, tenía que hacerlo bien, era mí vuelta a la selección.

Estábamos en el vestuario preparándonos para salir cuando escuché un grito proveniente de la zona en la que estaba Alexia, cuando me fijé vi a Laia con la mano en la boca y una cara de sorpresa increíble.

-¿Qué te pasa loca?-Le preguntó Misa desde la otra punta del vestuario.

Lo único que hizo Laia fue coger la mano de Alexia y enseñarla a todo el vestuario, en uno de sus dedos se podía ver perfectamente el anillo de pedida.

-Será una broma, ¿¡Os casáis!?-Preguntó Patri emocionada y yo asentí con una sonrisa.

-Bueno si no la matas antes de la boda mejor-Dijo Alexia al ver lo fuerte que me estaba abrazando Patri.

-¿Somos las primeras en saberlo?-Preguntó Laia emocionada.

-Mi madre y mi cuñada ya lo sabían-Dijo dejándome alucinada.

-¿¡Marina lo sabe!?-Pregunté mirando directamente a Alexia.

-Uy, alguien se ha ido de la lengua-Dijo Jenni haciéndome reír.

-No te enfades-Dijo Alexia con miedo.

-No pasa nada-Dije riendo.

-Que nos vamos de bodorrio chicas, vamos a ganar este partido por el futuro matrimonio-Dijo Cata animándonos antes de salir.

El partido empezó y nosotras teníamos un claro control del juego, el tiempo iba avanzando y nos acercábamos cada vez más a la portería, en una jugada me fui de mi marcadora, vi a Alexia sola pidiendo el balón y no dudé en pasarlo, el esférico chocó contra la red y ella salió corriendo hacía a mí para saltarme encima, yo la agarré en el aire y poco después todas las demás se añadieron.

Terminó el partido con un 2-0, fui la MVP, sin duda había vuelto por todo lo alto, cuando terminó el partido Alexia vino directa a mí y volvió a abrazarme.

-Sois asquerosamente perfectas hasta dentro del campo, que rabia me dais-Dijo Ona cuando nos vio.

-Que sola estoy-Dijo Vicky añadiéndose.

-Tienes 17 años mujer, paciencia-Dije yo riendo.
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Ya se han enterado las de la selección, faltan las que no están🤭

Conexión dentro y fuera del campo, vaya dupla

𝐈 𝐇𝐀𝐓𝐄 𝐘𝐎𝐔-𝐀𝐥𝐞𝐱𝐢𝐚 𝐏𝐮𝐭𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora