Es una mañana muy hermosa y radiante con un sol impresionante... Provoca ir a la montaña, pero no estoy de ánimo justamente hoy. Desde hace tiempo que no salgo a ningún lado y cada día que pasa siento que me estoy ahogando más, que voy a... No, mejor no lo vuelvo a pensar porque me hago daño yo mismo.
Estoy en el baño de mi habitación parado mirándome fijamente en el gran espejo. ¿Qué estoy pensando? Paso mis manos húmedas por mi rostro y luego lo seco. ¿Qué me está pasando?
Mi castillo se está desmoronando cada segundo más, no porque lo logre ver, sino porque lo puedo sentir. Las flores cada vez crecen como espinas y ellas recorren cada parte de mí como si fuera alguien nuevo, pero ni siquiera me gusta porque no me reconozco al verme en el espejo.
Tengo una multitud llamándome loco por las cosas que hago y no hago. ¿Quién puede entenderlos?
Me sumerjo hacia el futuro, pero estoy cegado por el sol. Soy renacido cada momento y entonces quien sabe en qué me convertiré. Pero seré honesto, estoy agradecido porque es mi tiempo de darme cuenta, es mi tiempo para volar, es mi tiempo de sentir libertad en este renacimiento.
-Louis: Todo tiene que ser diferente. –Me digo a mí mismo-.
Mierda. ¿Quién puede ser? Volteo al escuchar que abren la puerta de mi habitación y de seguro es Karla (Una de las ayudantes de la mansión). Me la llevo muy bien con ella a pesar de todo.
-Karla: Buenos días, señor Louis. –Dice arreglando mi cama-.
-Louis: Buenos días, Karla. –Digo saliendo del baño-. No me digas señor, sabes que no me gusta que me digan así, cuando en realidad soy un adolescente. Deja de arreglar mi cama, yo lo puedo hacer.
-Karla: Su madre nos dice al personal de trabajo que le digamos así, no te molestes.
-Louis: No me gusta. Me puedes decir Louis cuando estás conmigo, no hay problema y lo sabes muy bien. Déjame ayudarte a acomodar mi cama. –Me acerco a ella y comienzo a ayudarla-.
-Karla: ¿Vas a ir a la fiesta? –Dice curiosa y me mira-.
-Louis: Tengo que ir aunque no me gusten ese tipo de cosas. –La miro fijamente y hago un gesto de fastidio-.
-Karla: Hmmm... Es de tu familia, tienes que ir.
-Louis: Sí, lo sé. Bueno, me voy a desayunar antes que mamá grite en el cielo porque no he desayunado.
-Karla: Está bien, anda. Yo termino aquí rápido. –Dice y le sonrío-.
Salgo de mi habitación con flojera. ¡Qué fastidio! ¿Por qué tengo que ir? Bajo la escalera y me dirijo a la cocina, cuando llego está Ana. Siempre está atenta de que todo en la cocina esté impecable y muy limpio.
-Ana: Buenos días, mi niño. –Me sonríe y su sonrisa es contagiosa, me gusta-.
-Louis: Buenos días, Ana. –Le sonrío y la abrazo-.
-Ana: ¿Qué quieres desayunar? –Se dirige a la nevera -.
-Louis: Frutas, por favor. No quiero nada pesado. –Me siento y la miro fijamente-.
-Ana: Bien. Últimamente no estás comiendo mucho, tienes que comer. –Me mira y me encojo de hombros-.
-Louis: No me ha dado mucha hambre, eso es todo. –Miro mis manos y quedo pensativo-.
¿Qué me está pasando realmente? ¿Por qué todos los cambios que estoy sintiendo?
-Ana: Tienes que comer para que seas fuerte. –Dice sirviendo las frutas-.
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El Secreto Del Chico Silencioso. (Larry Stylinson)
FanficTodo comienza a cambiar cuando miro fijamente esos hermosos ojos verdes. ¿Por qué estoy tan lleno de preguntas si soy tan joven? No pensé conocer a una persona que cambiara mi vida tan rápido, tengo tantas preguntas para ese chico que realmente desd...