27

158 12 0
                                    

La noche había llegado y la lluvia seguía cayendo con suavidad, creando un ritmo constante en el exterior que acompañaba el ambiente tranquilo en el interior. Sunoo había pasado todo el día cuidando a Jungwon, asegurándose de que estuviera bien alimentado, hidratado y cómodo. Aunque él mismo estaba agotado, sentía que era su responsabilidad estar allí para su amigo.

Después de asegurarse de que Jungwon estaba instalado en la cama y de que todo estaba en orden, Sunoo se levantó para ir a dormir en una habitación separada. No quería contagiarse, aunque en realidad, había estado en contacto cercano con Jungwon todo el día. Sin embargo, la idea de descansar en otro lugar le daba una sensación de seguridad, aunque no tuviera mucho sentido.

—Voy a irme a dormir en otra habitación —dijo Sunoo en voz baja, tratando de no despertar a Jungwon.

Jungwon, que estaba medio adormilado, sintió el movimiento y abrió los ojos con dificultad. La fiebre aún le estaba afectando, pero pudo percibir la presencia de Sunoo a su lado.

—No te vayas... —murmuró Jungwon con voz débil, extendiendo una mano hacia Sunoo. Su expresión mostraba una mezcla de incomodidad y necesidad de compañía.

Sunoo, al escuchar la voz de Jungwon, se detuvo en seco. Miró a Jungwon, que parecía tan vulnerable y cansado, y sintió una oleada de compasión. A pesar de su deseo de no contagiarse, no podía dejar a Jungwon solo en ese estado.

—Está bien, no te preocupes —dijo Sunoo con suavidad mientras se acercaba de nuevo a la cama—. Voy a quedarme aquí contigo.

Con una mezcla de preocupación y ternura, Sunoo se acomodó al lado de Jungwon, ajustando las mantas para que ambos estuvieran cómodos. Jungwon, al sentir la presencia cercana de Sunoo, se giró y extendió los brazos, buscando el calor y la seguridad de su amigo.

Sunoo se dejó abrazar por Jungwon, notando cómo el calor del cuerpo del chico se transfería a él. Aunque la fiebre de Jungwon aún no había bajado por completo, el contacto cercano parecía proporcionarle un consuelo y alivio.

—Gracias por quedarte —dijo Jungwon, acurrucándose más cerca de Sunoo—. Me hace sentir mejor tenerte cerca.

Sunoo sonrió, acariciando suavemente el cabello de Jungwon, aliviado de ver que el chico estaba un poco más tranquilo ahora.

—No tienes que agradecerme. Es lo que hacen los amigos, ¿no? —dijo Sunoo mientras acomodaba la almohada y se ponía más cómodo—. Además, no me importa estar aquí contigo. Quiero que te mejores pronto.

Con el tiempo, el ritmo de la lluvia y el calor del cuerpo de Jungwon ayudaron a calmar a Sunoo. Se sintió satisfecho de estar allí para su amigo, sabiendo que su presencia era un consuelo importante para Jungwon en ese momento.

Mientras la fiebre comenzaba a ceder y Jungwon se hundía en un sueño más profundo, Sunoo permaneció a su lado, observando cómo su respiración se volvía más regular y tranquila. Aunque no podía evitar preocuparse por su propio bienestar, se dio cuenta de que estar con Jungwon era más importante en ese momento. El vínculo que compartían era fuerte, y su presencia ofrecía un alivio que no podía ser reemplazado por nada más.

A medida que el sueño comenzaba a reclamar a Sunoo también, sintió una mezcla de cansancio y satisfacción. Con una última mirada a Jungwon, que parecía más sereno mientras dormía, Sunoo se acomodó a su lado, cerrando los ojos con la esperanza de que la noche les trajera alivio y una recuperación pronta.

La lluvia seguía cayendo afuera, y el sonido de las gotas golpeando la ventana parecía casi tranquilizador, un suave recordatorio de que, a pesar de las dificultades y los desafíos, siempre había un momento de paz y calma al final del día. En medio de la tormenta, Sunoo y Jungwon encontraron consuelo el uno en el otro, recordando que la amistad y el cuidado eran las fuerzas más poderosas que podían enfrentar cualquier adversidad.

 Entwined |SunWonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora