Dieciocho

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El sol de la tarde bañaba con su luz dorada el parque local en Australia, un lugar tranquilo que Minho solía visitar para escapar del bullicio de la ciudad. Jisung estaba parado en la entrada del parque, mirando alrededor mientras se preparaba para encontrarse con Minho. Sus nervios estaban a flor de piel. Sabía que este encuentro no solo era una oportunidad para enmendar el pasado, sino también para enfrentarse a una realidad complicada: no solo era el padre ausente de Minho, sino también el ídolo que él admiraba desde la distancia.

Minho estaba sentado en un banco, su guitarra acústica en el regazo. Tocaba acordes suaves, sumido en su música. Jisung avanzó lentamente hacia él, su corazón palpitando con fuerza en el pecho. Al acercarse, el aroma del césped fresco y el sonido de las hojas al viento parecían amplificar la tensión en el aire.

Cuando Jisung finalmente se detuvo a unos metros de Minho, el joven levantó la vista, sus ojos encontrándose con los de su padre. Minho paró de tocar, su expresión cambiando de concentración a sorpresa.

—Hola, Minho —dijo Jisung, tratando de sonar tranquilo a pesar del torbellino emocional que sentía.

Minho lo miró fijamente, con los ojos abriendo con incredulidad. —¿Tú eres… Jisung?

—Sí, soy yo. —Jisung dio un paso más cerca, sintiendo la mirada intensa de Minho sobre él—. Quiero hablar contigo si estás dispuesto.

Minho se quedó en silencio, procesando la revelación. El ídolo que había seguido durante años, la voz detrás de las canciones que tanto amaba, estaba frente a él, revelando un vínculo aún más profundo. La sorpresa se mezcló con confusión y una oleada de emociones que Minho apenas podía controlar.

Finalmente, Minho asintió, bajando la guitarra a un lado del banco. —Está bien. ¿Qué quieres decirme?

Jisung se sentó al lado de Minho, su mirada fija en el suelo mientras buscaba las palabras correctas. —Sé que esto es un shock. No solo para ti, sino también para mí. He pasado mucho tiempo pensando en cómo acercarme a ti y en lo que debería decir.

—¿Por qué ahora? —preguntó Minho, con una mezcla de frustración y esperanza en su voz—. ¿Por qué decidiste aparecer ahora?

—He estado pensando en el pasado y en cómo puedo cambiar las cosas —dijo Jisung, su voz temblando ligeramente—. Entiendo que fui un padre ausente y que esto es difícil. Pero quiero ser parte de tu vida. Quiero conocerte y, si me das la oportunidad, construir una relación contigo.

Minho lo miró, el dolor y la admiración luchando en su interior. —Siempre admiré tu música, pero nunca pensé que el hombre detrás de ella sería mi padre. Es difícil de procesar. ¿Cómo esperas que te acepte después de todo este tiempo?

—No espero que todo sea fácil —respondió Jisung, con sinceridad—. Entiendo que tengo que ganarme tu confianza. No quiero que esto sea solo sobre mí. Quiero ser parte de tu vida y respetar tus intereses. He aprendido mucho y estoy dispuesto a hacer el esfuerzo.

Las lágrimas comenzaron a asomarse en los ojos de Minho, su lucha interna era evidente. —Me has dado muchas emociones encontradas. Te admiraba como a un ídolo, pero ahora, enfrentarte a mí como mi padre… Es confuso.

Jisung extendió una mano hacia Minho, con un gesto de aprecio y empatía. —Sé que esto es complicado, pero estoy aquí para ti. Si alguna vez has sentido que mi música te ha acompañado, quiero que sepas que ahora estaré aquí para acompañarte en la vida real. No prometo que será fácil, pero quiero intentarlo.

Minho miró la mano extendida de Jisung, su corazón latiendo con una intensidad desconocida. Finalmente, tomó la mano de Jisung con una mezcla de esperanza y dudas. —Voy a darte una oportunidad. Pero quiero que sepas que esto no será rápido ni fácil. Tendremos que trabajar en esto juntos.

Jisung sonrió, sintiendo una mezcla de alivio y gratitud. —Gracias, Minho. Haré todo lo posible para estar a la altura de tus expectativas.

A medida que la tarde se desvanecía y el sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, Jisung y Minho continuaron conversando, compartiendo sus pensamientos y sentimientos. Era un primer paso hacia la reconciliación, y aunque el camino sería largo y lleno de desafíos, ambos estaban dispuestos a enfrentarlo.

Felix observaba desde una distancia discreta, sintiendo una mezcla de alivio y esperanza. Había dado a Jisung la oportunidad de demostrar su compromiso, y ahora veía que, a pesar de los desafíos, había un camino hacia una nueva conexión entre padre e hijo. Mientras la noche se cernía sobre el parque, el futuro de Jisung, Minho y Felix parecía estar tomando un giro inesperado, lleno de nuevas posibilidades y desafíos por venir.

Todavía te amo.                                                            JilixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora