Capitulo 22: No hay vuelta atrás.

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Todo lo que pasó esa tarde noche fue un terrible huracán de emociones, pero el silencio que llegó después casi los mata a todos.

Era la calma después de la tormenta, solo que el desastre que había dejado era horroroso. Los escombros de sus emociones estaban esparcidos por todas partes.

Ya todos habían sido tratados, excepto Paul. Su resistencia a recibir atención médica era un reflejo de su obstinación y su deseo de mantenerse fuerte para los demás.

Estaban esperando en la habitación donde tenían a la directora, pero lo más estresante era que no sabían en qué estado se encontraba y ningún doctor les quería decir nada.

Haciendo que el peso de no saber como estaba la morena los aplastara.

Paul no levantó la vista del suelo y simplemente se quedó mirando el suelo. No tenía ni siquiera ganas de hablar y no había palabras para expresar lo que estaba sintiendo en ese momento.

Su mente era un torbellino de pensamientos y emociones, pero su exterior permanecía estoico.

Lo único que escuchaba era las botas de Aleksander y Vera sonando contra el suelo por estar moviendo sus piernas, un recordatorio constante de la inquietud que los consumía.

Las máquinas que mostraban los signos de Dominique solo los alteraban más, había pasado una hora desde que habían llegado al hospital.

Cada pitido, cada fluctuación en las líneas de los monitores, era una puñalada en sus corazones.

El pelinegro intentaba no prestarle atención al sonido de la máquina, pero era inevitable corroborar su estado a pesar de que hubiera una enfermera al lado.

La impotencia era abrumadora.

En un momento vio de reojo como el ruso se levantaba mientras se quitaba la chaqueta que tenía puesta y se la extendía para que la tomara sin decir una sola palabra.

—Estoy bien —Dijo sin verlo.

—Pareces exhibicionista —Señaló su camisa rasgada donde mostraba claramente su pecho y abdomen—. Pero tu versión es como para Halloween.

No dejó de extenderle la chaqueta hasta que la tomara sin tener más ganas de discutir, ya que habían discutido anteriormente porque el pelinegro se negaba a ser atendido.

Para colmo del jefe adjunto, el rubio tuvo que ayudarle a pasar la chaqueta por sus brazos porque el ardor apenas y lo dejaba moverse.

La enfermera intentó acercarse para revisarle los cortes, pero sin importar las insistencias, Wesker no la dejó tocarlo.

No tenía ganas de que alguien se le acercara, tampoco que le vieran todas las heridas y mucho menos quería que lo tuvieran lejos de Dominique.

Armiche y Aleksander comenzaron a insistir en que le revisaran las heridas, Paul trató de no subir la voz, pero no tuvo éxito y terminó por pedirles que se largaran.

La enfermera, al notar el ambiente, salió de la habitación junto a los otros dos agentes.

—Ella va a estar bien, tiene que estar bien —Dijo Vera, quien fue la única que se quedó en la habitación.

El jefe adjunto alzó la vista y se encontró con los ojos de la rubia llenos de lágrimas.

Esa imagen simplemente quebró al pelinegro, se desmoronó.

No sabía por qué.

Pero se encontraba muy cansado.

—Es cuestión de lo que digan los médicos —Habló mientras las lágrimas caían por sus mejillas—. Pero sé que ella es fuerte.

Eyes For You (Domisker) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora