Capitulo 9: Miedo, terror, pánico.

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Sentía todo su cuerpo congelado, como si estuviera en una habitación bajo cero. Además el miedo le recorría por todo su cuerpo haciéndola temblar.

—Paul, responde —Dijo desesperada.

No paraba de sangrar por más que apretara la herida con todas sus fuerzas para evitar la hemorragia, pero sus delgadas manos no eran lo suficiente.

Vió como varias veces intentaba hablar, pero gracias a que el disparo dió en el pulmón derecho, cada vez que intentaba hablar una tos con sangre salia de su boca.

No podía tomar su radio y pedir ayuda porque para eso tendría que dejar de hacer presión, el pelinegro posó una de sus manos sobre las manos ensangrentadas de la directora y las acaricio con cariño.

Dirigió su otra mano libre al rostro de la morena y luego la deslizó hasta tomar el cuello de la camiseta de la mujer y acercarla a él.

—Tu creas esto, Dominique —Susurró, y la directora se estremeció al ver los ojos grises del pelinegro cargados de odio —. Por tu culpa todos murieron, incluyendome.

Paul con sus últimas fuerzas la empujó para que se alejara de él, los ojos de Dominique se comenzaron a empeñarse, el frío se había ido y ahora no sentía nada solo había vacío.

—No me vuelvas a tocar —Dijo el jefe adjunto con su voz tan cargada de rabia que no pudo contener más las lágrimas.

La morena sentía dolor por todas partes, no era dolor físico, estaba en completo estado de shock, sus manos no paraban de temblar igual que sus lágrimas de brotar. Sin importar cuánto lo intentará no se podía mover por más que lo intentará, solo lo veía ahí tratando de encontrar aire y desagrarse.

No, se negaba, rotundamente, no quería ver a Wesker asi, estaba muriéndose del miedo, en ese momento su miedo era mucho más grande que el que le tenía a D'Angelo.

—¿Dominique? —Escucho su voz y abrió los ojos.

Parecía que el aire había vuelto a sus pulmones y se sentó rápidamente para controlar su respiración que estaba completamente descontrolada, al girarse se encontró con un pelinegro sentado en la cama preocupado.

Se llevó la mano a la cara al sentir que habían lágrimas en su rostro.

—No quiero perder a nadie más —Quería decirle que no quería perderlo a él, pero su voz era apenas un hilo y por alguna razón no tenía fuerzas —. Está noche, acate mis órdenes y no haga ninguna estupidez.

—Yo siempre acató sus órdenes —La mirada que le dió la morena lo hizo girar los ojos —. Ok, no siempre, pero mayormente.

Al mirar a su alrededor oscuro y solo la luz de la luna entrando por la ventana la hizo buscar su teléfono de trabajo notando que eran las ocho de la noche.

No recordaba en que momento se había quedado dormida, no solía dormirse después de despertar puesto que desde que había pisado Marbella le costaba dormir y cuando lo lograba sin algún problema no pasaba de más de cinco horas de sueño.

Había dormido toda la tarde después del desayuno, no se sentía cansada como solía sentirse cada vez que despertaba.

Reconoció que todo fue gracias a la paz que le regaló estar acostada al lado de Wesker, la hizo sentir muy relajada, haciendo que se quedara dormida a los minutos sin notarlo.

—¿Tuviste una pesadilla? —Preguntó con cautela, extendío su mano hasta llegar a la de la directora y acarició el dorso con su pulgar —. Tranquila, solo fue un mal sueño.

El ver como el pelinegro intentaba ayudarla la hizo sonreír tristemente, ella no merecía lo buena persona era el jefe adjunto. Wesker logró notar la falta de luz en los ojos de la directora, así que se acercó con cuidado y le dejo un beso en la mejilla.

Eyes For You (Domisker) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora