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La chaqueta Shishitoren debería haber funcionado como una cinta de advertencia amarilla vibrante que te envolvía, combinada con luces rojas intermitentes para alertar a cualquiera que estuviera cerca sobre el peligro. Te mantenía alejado de los problemas mientras te sentabas en una de las mesas altas con tus amigas mientras Togame se quedaba no muy lejos, sentado junto a Choji en una cabina mientras te vigilaba desde el otro lado de la habitación.
Lo mirabas furtivamente entre una conversación y otra mientras lo saludabas con la mano como si se acabaran de ver por primera vez. Togame hizo lo mismo mientras inclinaba su copa hacia ti. Esperaba al menos otros treinta minutos antes de que regresaras hacia él para sentarte en su regazo, con las piernas sobre sus muslos para apoyar tu cuerpo contra el suyo.
Pero aparentemente la chaqueta sola no era suficiente.
Justo cuando levantaste tu bebida para tomar un sorbo con la pajita, un chico te tomó por sorpresa y se invitó a entrar en tu círculo e invadió la conversación. Te moviste en tu asiento mientras te ajustabas un poco más la chaqueta Shishitoren de Togame cuando sentiste que el chico intentaba echar un vistazo por debajo de tu blusa, irritada porque estaba bloqueando tu línea de visión para que no pudieras hacerles señales a Togame o Choji desde el otro lado de la habitación de que estaba siendo una molestia.
"¿Puedo invitarte a una copa?"
—No me interesa. —Frunces los labios, conteniendo el insulto que tienes en la punta de la lengua mientras él da un paso más cerca.
"¿Por qué no? Es sólo una bebida..."
—Mi novio ya me invitó a una bebida, gracias. —Te estiraste sobre la mesa para beber un sorbo para enfatizar lo que decías, preguntándote si Togame te invitaría a otra si esta terminaba sobre este tipo.
