¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nunca has sido del tipo que busca peleas al azar con tu novio. Desafortunadamente para él, esta no fue solo una pelea al azar. (wc: 0.9k)
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"No puedo soportarlo más", tu voz rompió el silencio en la habitación. Kaji, al borde del sueño, se despierta de su posición tendida en su cama.
"...¿eh?" preguntó después de un minuto de intentar procesar lo que estabas diciendo.
—Ya no puedo más, Ren —repetiste, alejándote de él y sentándote. Él hizo lo mismo, sentándose lentamente y bajándose la camisa de dormir para cubrir su abdomen expuesto—. Siempre me dices que vaya a tu casa y terminas haciendo esta mierda.
—¿De qué mierda estás hablando? —se quejó, mientras los restos de sueño abandonaban lentamente su organismo.
—Sabes perfectamente de qué estoy hablando. Ya hablamos de eso ayer. ¡Yo también estoy cansada! —Te quejaste, echando la cabeza hacia atrás y apoyándola contra la pared.
Todavía confundido sobre lo que estabas diciendo, Kaji permaneció en silencio mientras se devanaba los sesos pensando qué podría haber hecho para provocar esa reacción en ti.
¿Fue cuando se comió el último chupa chup de tu sabor favorito? ¿O tal vez la semana pasada cuando llegó veinte minutos tarde a recogerte? Pero si pensara muy, muy seriamente en lo que pudo haber hecho para hacerte enojar hasta el punto de despertarlo, no se le ocurriría nada.
—Espera, ¿puedes...? —hizo una pausa y levantó una mano para apretarse las sienes—. Al menos explicar por qué estás enojada. No puedo leer tu maldita mente.
—¡Y yo digo que ya deberías saberlo! No juegues conmigo, Kaji Ren —resoplaste, con los brazos cruzados frente a tu pecho—. No puedo creerlo. Nunca escuchas.
—¿Hablas en serio? —replicó, con la ira aumentando de forma constante. Respiró hondo, intentando recuperar la compostura antes de estallar y empeorar lo que fuera que había hecho— . Tampoco me llames así. Sabes que no me gusta esa mierda.
—Oh, lo siento mucho, cariño ... ¿es mejor para ti? —gruñiste sarcásticamente, y tu propia hostilidad aumentó en respuesta. Te alejaste un poco más de él, sin cruzar las piernas y con los pies tocando el suelo—. Creo que me voy a ir a casa.
Kaji gimió y dejó caer la cabeza contra la pared. "No te estoy diciendo que te vayas . ¿Puedes decirme cuál es el problema para que pueda solucionarlo y podamos volver a dormir?"
Le lanzaste otra mirada fulminante, murmurando algo en voz baja que él no pudo escuchar, pero está bastante seguro de haber captado algo como " imbécil" y "le mostraré" . Dejaste de moverte e incluso volviste a llevar las piernas a la cama, pero a Kaji casi se le salen los ojos de las órbitas cuando se dio cuenta de que te subías la camiseta (la suya) por encima de la cabeza.
—¿Qué coño estás haciendo? No te estoy follando ahora mismo —a pesar de haber visto todo eso y más antes, se puso una mano respetuosamente sobre los ojos ante la inesperada muestra de piel. Miró a través de sus dedos tu silencio, la mano cayó cuando notó las marcas de color púrpura claro que florecían en tu torso.
Te acercaste a él arrastrándote, arrodillándote entre sus piernas abiertas y señalando los moretones que cubrían tu piel. "¿Ves esto? Te lo dije..."
—¿Quién lo hizo? —Kaji te interrumpió, en voz baja y con los ojos listos para matar. Una mano áspera se acercó para trazar lentamente las marcas en tu costado—. Dime quién hizo esto y lo mataré.
—¡Vete a morir entonces! —le gritaste—. ¡He estado tratando de decírtelo durante la última semana! ¡Ya no puedo dormir contigo, me duele la mierda!
Kaji se concentró en las manchas moradas, sus dedos callosos las recorrieron suavemente. "¿Qué se supone que significa eso? ¿Qué tiene que ver dormir con esto?"
—Dios, ¿cuántas veces he dicho esto ya? —Pusiste los ojos en blanco y cruzaste los brazos sobre el pecho otra vez. Él no pudo evitar que sus ojos se fijaran en tu pecho ante el movimiento—. ¡Sigues dando patadas y puñetazos mientras duermes, deja de hacer que vaya si no puedes quedarte quieto!
Sus manos dejaron de trazar sobre los moretones, retrayéndose hasta que descansaron sobre sus muslos. Él no te miraba, el flequillo proyectaba una sombra sobre sus ojos. "... ¿yo hice eso?"
—Sí —te burlaste—. O consigues una cama más grande o te vienes a la mía. Siempre viene y nunca está de camino ... ¡Y mi habitación es más bonita que la tuya! Yo también quiero dormir —te quejaste, y la ira se disipó en oleadas ante su falta de respuesta.
Kaji comenzó a murmurar en voz baja, y no importaba cuán cerca acercaras tu rostro al suyo, no podías entender las palabras que salían de su boca.
Pero no insististe y optaste por recostarte sobre tus talones y mirarlo expectante.
—Lo siento —soltó después de unos minutos más de silencio, inclinando la cabeza hacia adelante hasta que su frente descansó en tu hombro—. Nunca quise lastimarte.
Sus brazos subieron y te envolvieron, acercándote más hasta que tu cuerpo quedó al ras del suyo. Promesas de " no volveré a hacerlo" y súplicas de " no te vayas" murmuradas en tu piel desnuda.
Rodeaste su cuerpo con tus propios brazos, recorriendo su espalda contus dedos, y tu corazón se ablandó ante su sinceridad. Sentiste que él se movíay te empujaba en su regazo, pero su agarre sobre ti nunca se aflojó, incluso cuando escuchaste golpes detrás de tu espalda.
"¿Qué estás haciendo?"
"...comprar una cama nueva."
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
