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Advertencia de contenido: Fem!Reader x Hajime Umemiya. Eres la novia de Bofurin para ser compartida y amada por todos, mención de actividades sexuales con otros, fem! recibiendo sexo oral, menciones de comer culos, pero te perdoné ESTA vez, algo de charla sucia, mención de vello púbico, lo siento por los dos cabrones Nirei que están ahí afuera, estoy seguro de que come coños como un campeón, es obscenidad. Los menores no interactúan.
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Una de las cualidades de un buen líder es ser desinteresado, y Umemiya encarna esa virtud a la perfección.
Cuando asumió el papel de líder de Bofurin, sabía que implicaría compartir mucho y que podría poner a prueba la paciencia de cualquiera. Pero como si fuera su vocación (y definitivamente lo es), Umemiya comparte voluntariamente su sabiduría con aquellos que estén dispuestos a recibirla y, lo más importante, comparte su recurso más limitado: su tiempo. Nunca ha tenido problemas en dar tanto de sí mismo a cambio de tan poco.
No fue hasta que Bofurin regresó de ganar un intenso enfrentamiento con un grupo rival al otro lado de la ciudad, y todos estaban celebrando en la azotea con comida y cerveza, que se le ocurrió lo obvio.
Mientras observaba los rostros alegres de su tripulación, se encontró estudiándote, como siempre lo hace, mientras interactuabas con Hiragi, cuyos ojos miraron tu forma con hambre después de que colocaste un trozo de Gyoza contra sus labios y la punta de tu dedo tocó su lengua.
Él observó cuando fuiste a hablar con Kiryu, quien te sentó en su regazo juguetonamente y te plantó un beso en la mejilla, sus manos descansando bajo la curva de tus pechos.
Y te observó mientras cruzabas el lugar para subir el volumen de la música pop-punk que sonaba en el estéreo. Suo se acercó a ti sin que se lo pidieras y colocó un cabello suelto detrás de tu oreja; su mano se demoró demasiado tiempo como para que se la considerara inocente.
Para Ume quedó muy claro que le haría un flaco favor a su equipo si no te compartía también.
Pensaste que te estaba sugiriendo una relación abierta cuando te propuso la idea. De inmediato, tus pensamientos cambiaron. ¿Era infeliz? ¿Había alguien más? El corazón se te hundió en el estómago ante la idea y las dolorosas implicaciones de tal arreglo, pero Umemiya simplemente negó con la cabeza.
