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Pensando en cómo Ume te invitaría a salir.
Sería muy tierno. Planearía una pequeña reunión con tus amigos más cercanos y cree que no lo cuestionarías ni sospecharías en absoluto, ya que organiza estas reuniones todo el tiempo. Incluso para los logros más pequeños que puedan tener tus amigos, Ume los reuniría a todos para celebrar.
Aunque esta vez es diferente.
Ume te envía un mensaje de texto de antemano para reunirte con él en Pothos para cenar con todos. Tienes algo de tiempo libre antes de eso, así que decides salir con tus amigos. A lo largo del día, te encuentras con la gente de Makochi que te da pequeños obsequios mientras sales a caminar con tus amigos como lo harías normalmente los fines de semana. Pero no tanto como esto: pasteles de temporada (todavía no es otoño, pero ¿han preparado sus mejores bollos de batata para ti?) , el florista local tenía "tallos adicionales" de tu flor favorita, así que te los está dando (... ¿se supone que no están floreciendo en esta época del año?
¿Cómo sabían acerca de tu flor favorita? ¿Son muy caras también? ¿Gratis?) , comidas especiales para el personal (¿salsa extra? ¿Porciones extra también?) , ¡¿incluso una botella gratis de whisky Yamazaki?! (Lo cual rechazaste cortésmente después de consultar el precio. Dijeron que lo guardarían para otra ocasión, lo que te hizo pensar un poco).
Mmm.
A la hora de cenar, estás rodeada de tus mejores amigos y de tu comida favorita. Y, por supuesto, de Ume . Después de cenar, ambos salen a dar uno de sus paseos nocturnos habituales por las calles de Makochi para derretir la comida. Pero empiezas a sospechar algo cuando él toma tu mano entre las suyas. Está muy húmeda (está muy nervioso, ¿vale?), pero no te importa. Si fuera él, te atreverías a recibir las manos más húmedas y los abrazos más embarrados.
Y él haría lo mismo por ti y mucho más. Mucho, mucho más.
Te hace girar para que lo mires y te encuentras con un Ume sonrojado pero con una mirada muy decidida. Con el ceño fruncido y la luz de la farola a contraluz, casi parece etéreo.
Dios.
Extendiendo la mano, tomas su otra mano y juras que lo ves ablandarse. Como si supiera que todo estará bien. "Has estado conmigo en todo. Eres la primera persona a la que busco cuando estoy feliz, triste... Diablos , incluso cuando estoy un poquito enojada busco tu consuelo". Él dice con una pequeña risita, pasando sus pulgares sobre tus nudillos.
Solo puedes asentir en respuesta, sintiendo tu corazón palpitar por lo amorosamente que te está mirando en este momento. "Sabes que significas el mundo para mí, ¿verdad?" Dios mío. Ahora estás ahogada. Solo asientes, luchando por evitar que las lágrimas de felicidad caigan. "Entonces, lo que estoy tratando de decir aquí es..." Él toma una respiración profunda. "¿Puedo ser tu novio por favor?" Hace una pausa, acercándose tentativamente a ti. No das un paso atrás. "¿Por favor?" susurra. Con lágrimas derramándose de tus ojos, no pronuncias una sola palabra. Solo asientes. Pero lo besaste esa noche. Besaste sus dientes, de verdad. Pero eso es algo al menos.
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