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—E-espera, espera, ¿aquí? —preguntas incrédula, mientras tus manos tiran frenéticamente del borde de tu vestido hacia abajo mientras te mueves en el regazo de Umemiya. Ya estabas en un aprieto suficiente. El vestido que tenías puesto era corto , tal vez un poco más corto de lo que habías pensado originalmente. Bajarlo demasiado por tus muslos solo significaba que tus tetas se mostrarían desde arriba, y subirlo para cubrirlas mejor haría que tu trasero se derramara por debajo.
"¡Solo un vistazo!", se queja, y tú gimes cuando sus grandes palmas comienzan a recorrer los costados de tu cintura de arriba a abajo. "¿Bastante, bonita, por favor?"
Él se acerca más, lo suficientemente cerca para morderte suavemente la oreja, y te estremeces tan pronto como su aliento sopla contra tu piel. "Mmm, te ves tan bonita, nena", susurra, sus fuertes brazos envolviéndote alrededor del abdomen para acercarte hacia él, "y hueles tan bien. Se está volviendo un poco difícil para mí ignorarlo".
Una mirada rápida a la mirada suplicante en sus ojos es todo lo que necesitas para quebrarte.
—B-bien... —refunfuñas, y el calor inunda tus mejillas mientras apartas la mirada de él. Ni siquiera tienes que mirar en su dirección para saber la sonrisa alegre que te está dando en respuesta, y crees que es bastante fácil saberlo por la forma en que vuelve inmediatamente a tirar de tu vestido en el segundo en que las palabras salen de tu boca.
"Pero date prisa. Pueden volver en cualquier momento..."
Él se ríe, "mhm, no te preocupes. Sólo un pequeño vistazo a mi chica".
Dudas cuando te inclinas hacia delante en su regazo, tus manos se acercan para equilibrarte en la mesa justo en frente, tu trasero presiona aún más contra su bulto mientras él empuja tu vestido hacia arriba. Él está tarareando de nuevo, sonriendo ante tu vergüenza, pero se apaga en un instante, deteniendo abruptamente sus movimientos tan pronto como se encuentra con la tanga de cordones desconocida , la respiración se le atasca en la garganta al verla.
Él sabe con certeza que nunca has usado eso . Definitivamente lo habría recordado.
—Vaya —su dedo se desliza bajo la cuerda con asombro, tirando de ella hacia arriba mientras gritas, tu trasero presionando accidentalmente más fuerte contra él en respuesta—. Este es nuevo, ¿no?
Ahora lo aprieta entre sus dedos, tirando de él hacia arriba y hacia abajo, observando la forma en que te mueves incómodamente cada vez que la tela se engancha en tu clítoris.
—¡Detente! —Giras tu cuerpo para golpear débilmente su mano, pero él solo la levanta aún más, la tanga se desliza profundamente entre tus pliegues mientras sisea—. ¡H-haji!
—Lo siento —se ríe, pero se nota que tiene la mandíbula apretada por el sonido de sus palabras, un poco más profundas e inestables, y su respiración de repente se vuelve entrecortada—. Parece que no puedo evitarlo.
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