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— Día 5 de 5: "Podríamos vivir tan felices // Si nadie supiera que estás conmigo"
Son las 7:00 am y Umemiya no está afuera de tu puerta.
Te acurrucas en tu cama y miras por la ventana, la calle de abajo se llena de actividad matutina. Después de que te dejara la noche anterior con un breve "que duermas bien" y un recordatorio para que te pongas hielo en el tobillo, te quedaste en un dormitorio extrañamente silencioso mientras dabas vueltas en la cama pensando en los eventos del día. Un timbre te hace bajar cojeando las escaleras y abrir la puerta de entrada, solo para encontrarte con una Sakura muy rosada, flanqueada por Suo y Nirei.
—No salgas hoy —dice Sakura sin rodeos. Nirei se estremece y la sonrisa de Suo se vuelve ligeramente forzada, ambos miran con recelo a su capitán de clase.
—Lo que quiere decir —dice Suo antes de que Sakura pueda decir algo más— es que no necesitas venir a estudiar Bofurin hoy. Tu corazón se hunde. Esto debe haber sido por lo del día anterior. Estaba realmente enojado porque te lastimaste, ¿eh?
—No te pongas tan triste —murmura Sakura, sus mejillas se tiñen de un rojo ligeramente más oscuro—. Es molesto. —Tartamudeas una disculpa inesperada y de repente sientes la urgencia de esconderte en tu habitación hasta tu tren del día siguiente.
—Lo entiendo —dices en voz baja—. Está enojado conmigo. Por favor, dale las gracias por la hospitalidad que me ha mostrado esta semana. Me iré mañana a las 8:00. —Te mueves para cerrar la puerta cuando los tres chicos prácticamente se arrojan en el camino.
—Espera, ¡eso no es lo que queríamos decir! —Los ojos de Nirei son del tamaño de pelotas de baloncesto.
—Por favor, no escuches nada de lo que Sakura está diciendo; le cuesta empatizar con los demás. —Nirei asiente con entusiasmo en acuerdo con Suo, colocando una mano sobre la boca de Sakura para evitar que el chico hable—. En serio, eso no es lo que queremos decir cuando decimos que ya no necesitas estudiarnos.
—Umemiya quiere que te tomes el día para descansar —explica Nirei rápidamente—. No cree que debas caminar hacia y desde la escuela con tu tobillo lastimado. Tu tristeza se transforma en indignación y cruzas los brazos sobre el pecho.
—¿No podría haberme dicho esto él mismo?
—Lo haría, pero... —La voz de Nirei se apaga y ves a Suo mordiéndose la mejilla por dentro. Sakura es la primera en romper el silencio y aparta la mano de Nirei de su rostro.
"Umemiya y los estudiantes de último año han estado dándole una paliza a esos imbéciles de color rosa intenso desde anoche".
"Debe haber sido bastante serio, ya que ni siquiera permitió que Suo o Sakura fueran con ellos", agrega Nirei, "Y son algunos de los mejores luchadores de nuestra clase".
