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⊹ con: umemiya hajime x lector de gn!
₊˚⊹ resumen : los fines de semana, exactamente a las diez de la mañana, Umemiya visitaba la biblioteca pública. Siempre tenía dos agendas específicas: una, leer y dos, adorarte desde lejos, sentado tan bonitamente mientras tú tienes la cara metida en otro libro.
₊˚⊹ recuento de palabras : 1.07k
₊˚⊹ advertencias : errores gramaticales
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Era parte de la rutina de Umemiya pasar sus horas leyendo en la biblioteca pública cada fin de semana exactamente a las diez dela mañana. Vestido con su camisa blanca con estampado de tigre combinada conpantalones negros casuales
Umemiya entró a la biblioteca y se sentó en su lugar habitual: el extremo de una mesa de estudio compartida en el medio de la habitación. Dejó su bolso y sacó un libro que había estado leyendo desde ayer.
pero, había una razón particular por la que Umemiya hacía todas estas actividades: ir a la biblioteca a las 10 y sentarse en la mesa del medio. En diagonal frente a él, en la misma mesa de estudio, había una imagen con la que se había familiarizado en las últimas semanas. Allí estabas, con la cara metida en otro libro de clásicos de Penguin.
Aunque la mayor parte de tu rostro estaba oculto por el libro, podía ver tus cejas asomándose cuando fruncías el ceño ante lo que estabas leyendo. Umemiya se rió levemente de lo linda que te veías cada vez que hacías eso.
Él te admiraba desde lejos, sus ojos miraban casualmente desde su libro hacia ti. Descubrió que su mirada siempre te seguía cuando entrabas a la biblioteca y cuando salías de ella. Da miedo , piensa. La forma en que lo habías atrapado en esta espiral interminable de enamoramiento lo asustaba.
Había pasado semanas intentando alinear su agenda con la tuya, intentando hacer un solo movimiento, pero cada uno de sus esfuerzos parecía ser en vano. Porque, en el momento en que se paraba a un metro de ti, su cerebro dejaba de funcionar y se encontraba sin saber qué hacer.
Mientras Umemiya exhalaba otro suspiro, no particularmente debido al libro que estaba leyendo, sino debido a los numerosos intentos que tenía en mente y que parecía no poder ejecutar cuando se enfrentaba a ti, su mano involuntariamente despeinó su cabello, despeinando sus mechones blancos.
