|Olivia Sabatini|
📍Inglaterra, Manchester
Junio de 2022
Después de un día largo y cansador debido a mucho trabajo y estudio lo único que deseaba era llegar a casa y descansar.Enchanted se reproducía en la radio del auto que estaba conectado al Spotify de mi celular y sonreí inconscientemente, de alguna manera escuchar Taylor Swift me alegraba un poco más mi día.
Luego de unos largos e interminables quince minutos llegue a mi casa, la cual compartía con mi novio, Joaquín. Sonreí contenta por haber llegado pero mi sonrisa se borró al ver que el United había perdido.
— Hola amor — salude apenas cerré la puerta con llave, pero no recibí ninguna respuesta.
Me dirigí hacia el living buscándolo y ahí estaba, jugando a la play con los auriculares puestos, bastante enojado.
— Ah hola — apenas me mira.
— Ya comiste? — le pregunté y él se corrió el auricular de una oreja.
— No, estaba esperando a que llegues para que me cocines vos.
— Pero vos llegaste hace unas horas acá, pudiste haber cocinado vos... — dije con calma — aparte yo estuve todo el día estudiando y de acá para allá.
— Yo hoy tuve partido estoy cansado — dijo de mala manera — anda a cocinar algo y no me hables que estoy jugando — rodé los ojos.
Cada vez que su equipo perdía significaba que va a estar de mal humor todo el día y me iba a tratar mal.
Aveces me gustaría que las cosas sean como los primeros meses de nuestra relación, como cuando lo conocí en un restaurante y era tan amable conmigo.
Hace un año y cuatro meses que estamos juntos. Los primeros meses fueron hermosos, éramos la pareja perfecta con una muy buena relación, hablábamos todo, salíamos juntos, no nos importaba mostrarnos en público, era simplemente perfecto, pero al pasar el tiempo ese amor y cariño se fue apagando. Cada vez que su equipo pierde me trata mal, los findes sale y llega muy tarde o aveces ni llega a dormir conmigo, me cela por todo, es tóxico y posesivo, pero de alguna manera no lo quiero ver y me aferro de los momentos lindos que vivimos antes. No puedo soltarlo, no quiero.
Como no tenía ganas de pelear fui a cocinar unos fideos, es la opción más rápida.
Puse el agua a hervir y le tiré un caldito así agarran más sabor los fideos, mientras busqué en la alacena los fideos y los partí así los podía poner en la olla.
— Toma — dije poniendo su plato con fideos y el solo se dedicó a comer, ni siquiera un gracias salió de su boca.
— Mañana vas a venir al evento no?
— Si — dije no muy convencida.
Mañana el club hacía un evento donde iban a ir todos los jugadores con sus parejas, la verdad que no tenía ganas de ir, la paso bastante mal en esos eventos, pero tampoco quiero que Joaquín se enoje.
— No te noto convencida — dice — si no queres venir decimelo.
— Sabes que no me gustan mucho estos eventos...
— Pero soy tu novio, me tenes que acompañar.
— Ya se — digo mientras me servía más fideos.
— Vas a comer más?
— Si, por que?
— Mañana te tenes que poner un vestido, no comas tanto que se va a notar — dice obvio.
— Por un plato más o uno menos voy a seguir igual Joaquín.
— Se va a notar, si últimamente estás bastante más rellenita.
— No hables de mi cuerpo — dije perdiendo la paciencia — me voy a dormir — me levanté del sillón.
Apenas entré a la habitación me miré al espejo, "Encerio estoy así? Capaz que Joaquín tenga razón" pensé al ver mi cuerpo en el espejo.
Los comentarios hacia mi cuerpo estuvieron presentes en mi vida desde muy chica y realmente me afectaban, ya que al ser hija de figuras públicas eso me convierte en una a mí y es tan cruel y triste que al serlo la gente tenga el derecho de opinar de vos, de como te vestís, de tu cuerpo, de tu cara, las cosas que haces o no haces, las que decís o no decís...
Me acosté y me tape hasta el cuello, solo quería descansar en paz.
— Perdón amor — escuchó como Joaquín entra a la habitación — Es que perdimos y me la agarró con vos, perdóname — se sienta en la cama y me acaricia la espalda.
— No pasa nada, tranquilo — dije.
— Segura?
— Si.
Obviamente que si pasaba, pero en cierto punto ya estaba acostumbrada a perdonarlo después de que me haga sentir mal y venga arrepentido, siempre es lo mismo.
10 de junio de 2022
— Felicitaciones! — era la décima vez que Olivia escuchaba eso.
Joaquín había ganado un premio al mejor jugador de la temporada y obviamente que todos venían a felicitarlo.
La morocha todavía no lo había felicitado, ya que él estaba rodeado de gente y no pudo acercarse.
Olivia estaba muy cansada e incómoda con esta situación, al estar rodeada de tanta gente y muy junta, ella solo quería felicitar a su novio, el cual ni la mencionó en su discurso de agradecimiento al ganar el premio, ella realmente está muy triste, nunca se imaginó que él pueda llegar a ser así por más que la relación esté bastante desgastada y aún así ella lo sigue amando como el primer día porque su amor propio no es lo suficientemente fuerte como para poder cortarle.
Después de que todo se calmase su novio se acercó a ella.
— Amor, no me felicitaste — dijo Joaquín levantando sus brazos para que ella pueda abrazarlo.
— Felicitaciones — le dijo ella sonriendo mientras se abrazaban, después de todo ella si estaba verdaderamente orgullosa de él y de todos sus logros a tan corta edad.
— Me estás escuchando? Te estoy hablando Oli — le reclamó su novio logrando sacarla de su transe.
— Perdón me quedé en otra.
Ella solo siguió perdida en sus pensamientos mientras miraba al suelo, estaba acostumbrada a que su novio luego de ganar algo empiece a alagarse a él mismo y decir lo grandioso que era, así que solo fingió escucharlo y asentir con una sonrisa a todo lo que él diga.