📍Inglaterra, Manchester
10 de septiembre de 2022Y no les jodo cuando esa sería la última vez que se verían en mucho tiempo.
Olivia había estado dos semanas encerrada en su departamento estudiando y estudiando. Solo salía para ir a las clases y algunas las hacía virtuales. Y si, se había mudado sola después de bastante tiempo. Yaz estaba triste, no quería que ella se vaya pero ambas necesitaban su espacio aunque claramente iban a estar todos los findes en el departamento de la otra aunque estos últimos no se vieron, Olivia estaba aislada de todos. Obviamente que hablaba por chat con sus amigos pero rechazaba todos los planes ya que quería estar enfocada en el estudio porque era la famosa época de finales y eso significa ESTRÉS y autoexigencia.
Olivia ya es una persona que se va estresa muy fácil con absolutamente todo pero el estudio la superaba, también es una persona que se auto exige demasiado.
Hoy rendía el último final y estaba más que nerviosa, de hecho nerviosa es poco. La muchacha en cualquier momento iba a explotar del estrés.
— ¿Cómo crees que te fue? — le preguntó Luz, una amiga de la facultad.
— Ojalá que bien porque sino voy y me mato enfrente de la casa del profe.
— Ay Olivia! — dijo Luz y ambas rieron.
— No jodo eh.
(...)
Después de rendir Olivia fue a su departamento y lo primero que hizo fue pegarse una ducha e intentar despejarse.
Las gotas de agua caliente recorrían su cuerpo al igual que el jabón con aroma a vainilla. Después de mucho esfuerzo por fin sentía un poco de paz, bañarse la relajaba, sentía que todo el estrés se iba como la espuma generada por el jabón. Una vez que terminó de bañarse salí de la ducha parándose sobre la alfombra blanca que había en su baño. Agarró su toalla del mismo color que la alfombra y se envolvió en ella, pero mientras se estaba secando escuchó como le tocaban el timbre.
¿Quién chota será a esta hora?
Salió del baño envuelta en la toalla y con sus pantuflas rosas. La confusión en su cara era notoria.
— ¿Qué haces acá? ¿Cómo te dejaron pasar? — preguntó al ver al cordobés parado con unas medialunas.
— Y tengo mis contactos chiquita — guiñó el ojo.
— Bue, sorry eh. Veni pasa — dijo con confianza.
Pero lo que no había tenido en cuenta es que todavía estaba envuelta en la toalla y tenía todo el pelo empapado.