— Hola morocha — saludó el cordobés con un beso en el cachete a Olivia.— Hola Córdoba, todo bien?
— Bien, vos?
— Todo bien — sonrió Olivia.
— Voy a buscar algo a mi departamento y vamos — avisó el cordobés y Olivia asintió.
Todavía Julián no había hablado con Emilia, ni siquiera le había avisado que iba, pero le chupaba un huevo sinceramente. Era su departamento y no tendría porque avisar si va.
Julián sabía que estaba mal que Emilia se haya quedado ahí y que él se fuera, pero no quería seguir peleando.— No tardo — avisó Julián y trabó las puertas del auto por las dudas.
El morocho entró y se dirigió al ascensor, tocó el botón que lo llevaria al quinto piso y se quedo usando su celular hasta que las puertas del ascensor se abrieron.
Al entrar a su departamento escuchó ruidos que no se imaginaba escuchar.
Se escuchaban gemidos de fondo y lo único que quería creer era que no sea su novia. Caminó sigilosamente y pensó dos veces antes de abrir la puerta.— ¿Que mierda? — fue lo único que salió de su boca al ver a Emilia desnuda arriba de un chico.
— ¿Julián? — lo primero que hizo Emilia fue taparse con la sabana — ¿Qué haces acá? — preguntó nerviosa.
Julián se quedó estático por unos segundos y luego cerró la puerta furioso. No podía creer que su novia de hace años lo esté cagando en su propio departamento y en su cama. Él le había dado todo y ella le pagaba así. No tenía sentido lo que hacía Emilia, lo celaba y después iba lo gorreaba con el primero que se le cruzaba.
Ahora le cerraba todo, por eso Emilia siempre se iba.
— Para Juli, no te vayas — salió rápidamente Emilia y lo agarró de la muñeca — no es lo que parece.
— ¿No es lo que parece? ¿Y qué es entonces? Explícame porque no entiendo.
— Yo... estaba mal por la pelea de ayer entonces...
— No me mientas Emilia! — la interrumpió el cordobés — Esto viene pasando hace rato. Terminamos, agarra tus cosas y ándate de mi departamento, cuando vuelva no te quiero ver acá.
— ¿A donde queres que me vaya Juli?
— No sé, búscate algo, pero no te quiero ver nunca mas — la miró furioso Julián.
No estaba triste, estaba muy enojado. Todo este tiempo Emilia le estaba viendo la cara de boludo. Mientras él se esforzaba porque su relación no terminara ella se cogia a otro o a otros.
— No terminemos así porfavor, yo te amo.
— ¿Ah si? No se nota — dijo agarrando las llaves para irse — Chau Emilia — saludó secamente y agarró el picaporte para irse.
— Para Juli, enserio yo no sé qué hacer sin vos.
— Hubieras pensado mejor las cosas antes de hacerlas.
— Te juro que no lo hago más, fue... una calentura del momento.
— Por una calentura del momento perdiste una relación de años — habló enojado el cordobés — no me busques más, chau emilia.
(...)
— ¿Todo bien? — preguntó Olivia al ver la expresión seria en el rostro de Julián.
— Si, tranqui.
Julián no estaba listo para contar lo que había pasado, ni él lo podía asimilar. Pasó todo muy rápido y aunque en el fondo tenía alguna que otra sospecha fue inesperado. Más que nada que se la encuentre en su departamento y en el cuarto de los dos, donde estaban sus fotos, sus pertenencias y sobre todo sus recuerdos.
Julián se sentía traicionado. Más que una pérdida amorosa sentía que lo habían tomado de boludo todo este tiempo, sentía que la persona que en su momento fue en la que más confío le había clavado un puñal por la espalda más que en el corazón.