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— Vine a buscar jugo para el terere.

Las palabras costaron salir de la boca de Olivia ya que Julián todavía no había despegado sus manos de su cintura.

Los dos se quedaron mirando, apreciando la belleza del otro. Los dos seguían en malla y Olivia hacía todo lo posible para que su mirada no se desviara al abdomen de Julián, ese abdomen marcado y con esa mancha cerca de su hombro, eso la calentaba, no lo iba a negar.

En cambio Julián no disimulaba nada, su mirada se desviaba a la boca de Olivia o a su cuerpo y eso la morocha lo notaba.

— ¿Qué miras tanto? — preguntó de una Olivia sin miedo a nada.

— Lo linda que sos — Julián le guiñó el ojo y soltó la cintura de Olivia — Bueno, te dejo.

Olivia seguía en su lugar con el jugo en sus manos, no entendía nada de lo que acababa de suceder.

¿Acaso me está chamuyando?

Todos sabemos que Julián no amaba a Emilia y desde que conoció a Olivia le voló la cabeza.
Julián sabía que no estaba listo para empezar otra relación ahora, pero lo que sí sabía es que sus sentimientos hacia Olivia eran fuertes, mucho más fuertes de los que él creía. Esto se lo contó obviamente a su mejor amigo, Enzo. Primero el morocho sonrió victorioso al tener razón, él sabía que Emilia lo cagaba a su amigo y no se lo dijo ni una, ni dos, ni tres veces, se lo dijo millones.

Enzo le aconsejó que se de un tiempo para el, pero que tampoco duerma con Olivia, si la morocha quería tenía a media Argentina a sus pies, ella era muy hermosa, así que el cordobés tendría que ir activando de a poco.

— Uf cuanta tensión sexual eh — dijo Yaz apareciendo en la cocina asustando a Olivia la cual estaba sumergida en sus pensamientos.

— ¿Qué?

— Entre vos y Julián boluda. Los vi y se les nota en la cara las ganas que se tienen.

— Ay no digas boludeces.

— Ahre que te encanta el cordobés — dijo Yaz y Olivia la calló.

— Cállate que está en el baño boluda, va a pensar cualquiera.

— Cuando admitas que te gusta me voy a hacer la sorprendida.

— Cállate boba — la golpeó suavemente Olivia a su amiga.

(...)

— Al fin volves — dijo Ramiro cuando la vio acercarse con el jugo — ¿fuiste a buscarlo a la heladera o a fabricarlo? — bromeó su amigo.

— Que chistoso eh — rodó los ojos la morocha.

— Pasa que se quedó embobada con su novio — esta vez bromeó Yaz.

— ¿Y quien no se queda así por ese cordobés hermoso? — preguntó Enzo, el cual estaba sentado en una de las reposeras y al lado estaba Valu con Oli.

— Bue, alto complot loco — se quejó Olivia — váyanse a cagar, no le haga nada terere.

— No te enojeee — dijo Ramiro.

— Vino un lindo — dijo Enzo cuando vio a Julián salir del baño.

— Su novio — siguió bromeando Yaz.

— Pobrecita, déjenla — la defendió Valu.

— Gracias! — sonrió Olivia — A vos sí te hago terere amor.

— ¿Y a mi? — preguntó Julián una vez que se sentó al lado de Olivia.

— A vos también porque no me molestaste — los dos sonrieron.

Y cuando Olivia estaba apunto de pasárselo se acordó de algo que hizo que frene su acción.

— Para! — dijo la morocha y todos se asustaron — vos me tenes que contar algo a mi eh — Julián frunció el ceño.

— ¿Qué cosa?

— ¿Cómo qué cosa? No me contaste que terminaste con Emilia, saben todos menos yo — reclamó — así sos eh, encima yo te cuento todo.

— Pasa que me olvidé de contarte.

— ¿Como te vas a olvidar de contar eso Julián?

— Me colgué.

— Sisi, contame o te cuelgo yo de allá arriba — amenazo la morocha.

(...)

La noche había llegado y el hambre también.

— Dale, vayan a comprar jeropas — dijo Ramiro.

— ¿Porque nosotros? — preguntó indignado Julián.

— Porque Yaz y Valu están haciendo las ensalada y nosotros vamos a preparar el fuego — explicó Ramiro.

— Alta paja — se quejó Olivia.

— Dale vayan y cómprenle un chocolate a Oli menor, porfa — dijo Enzo y los demás se rieron por el apodo "Oli menor"

— Y a la Oli mayor nada ¿no? — bromeó Olivia y los chicos rieron.

Después de unos minutos en los cuales Olivia se fue a poner un short y un remeron porque estaba en malla y no pintaba caer así al supermercado fue con Julián.

— Repetime lo que hay que comprar, ya me olvidé — dijo Julián y Olivia soltó una pequeña risa.

— Carne, huevos, pan, po...

— Para, para vamos de a uno — la interrumpió Julián.

Tardaron unos veinte minutos en encontrar todo y finalmente se dirigían a la caja con el carrito de compras.

— Uh para que voy a comparar el chocolate a Oli — avisó Julián y dejó a Olivia con el carrito.

Por suerte Olivia ya no es una niña de siete años que entra en pánico cuando la mamá o el papá la deja sola en la caja y es su turno de pagar así que espero sin ningún problema.

Julián volvió y la morocha vio que dejó dos chocolates, un huevo kinder y un milka relleno de dulce de leche.

Luego de dos personas su turno había llegado y después de unos minutos ya estaban subiéndose al auto.

— Toma — dijo Julián y dejó el chocolate milka sobre las piernas de Olivia — Lo vi y me acordé que me habías contado que era tu favorito.

Olivia no sabía qué sentir. Estaba sorprendida, Julián le había comparado un chocolate y encima su favorito! Sin dudas el cordobés iba conquistando cada vez más el corazón de la muchacha y eso la asustaba. No quería salir herida otra vez, no le gustaba que alguien le guste y mucho menos con esa intensidad, tenía miedo y es completamente comprensible.

Ella sentía que Julián la iba a lastimar o que ella lo iba a lastimar a él. Olivia todavía no había sanado del todo sus traumas y le aterraba la sensación que estaba sintiendo.

— Gracias Juli, no hacía falta — los dos sonrieron.

Quién diría que esa iba a ser la última vez que se verían...

ENCHANTED - Julián Álvarez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora